Estados Desunidos

Se cumplen hoy doscientos dos años desde que en Guayaquil, entonces recién declarada independiente de España, se reunieran los dos más destacados líderes del movimiento independendista de las colonias de un imperio en cuyas fronteras no se ponía el sol. Las lealtades a la corona derivaron en la creación de nuevos pueblos más tarde institucionalizados como Estados, trayecto que cada territorio implementó separadamente, sin perjuicio de la natural identidad emanada de la comunidad de origen y de idioma.
En ese panorama, se destacaron las personalidades -sea por sus condiciones personales o por representar a territorios extensos con mayor potencial social y económico- de José de San Martín, en el Río de la Plata, y de Simón Bolívar, en Venezuela. Ambos líderes tenían visiones distintas acerca de la consolidación del nuevo sujeto internacional que ayudaban a crear. Bolívar era partidario de una guerra definitoria de fórmulas democráticas que integraran Estados que, igual que en el norte, fueran unidos en el sur. La reunión de Guayaquil nada resolvió sobre eso, salvo la marginación de San Martín del desafío independentista y la persistencia de la guerra frontal patrocinada por Bolívar.
De los "Estados Unidos del Sur" poco más se supo, salvo ocasionales frases de propaganda. En el decir de Darío, seguimos siendo "la América ingenua que tiene sangre indígena, que aún reza a Jesucristo y aún habla en español".