La vulnerabilidad de la técnica
"Nada falla tanto como el éxito" ha de haber sido el proverbio, no de un desencantado del progreso, sino justamente de alguno de sus más fervientes promotores
"Nada falla tanto como el éxito" ha de haber sido el proverbio, no de un desencantado del progreso, sino justamente de alguno de sus más fervientes promotores. Mientras más exitosos son los desarrollos técnicos y más dependientes se hacen las personas de máquinas y artilugios, más serios y dañinos son sus fallos. Así lo expresa el sabio Critilo.
Lo que ocurrió hace poco con la empresa Crowdskype, encargada al parecer de actualizar una plataforma tecnológica usada ampliamente, sumió a buena parte del mundo en un caos. Vuelos retrasados, horarios de trenes alterados, instituciones financieras paralizadas. Confusión y desamparo. Hasta entonces, quizá pocos sabían de la existencia de esta empresa y muchas personas hasta ignoran cuánto dependen de sus computadores, teléfonos inteligentes y programas que incentivan la pereza (como los malamente llamados de "inteligencia artificial"). Menos aún, ignoran cuánto de sus vidas es observado y manipulado por algoritmos que predicen hasta las más mínimas preferencias o alteran sus hábitos de trabajo y consumo. La escisión entre quienes saben y tienen y quienes ignoran y no tienen se profundiza día a día.
Cuando esta compleja red de máquinas falla, lo hace de manera estrepitosa y notoria. Mal no estaría preservar algunos hábitos más "humanos" que permitan sobrevivir sin artilugios y rescatar alguna esfera del quehacer de la omnipresente tecnocracia.