Miércoles, 28 de Mayo de 2025

Convención blanca ratificó la fórmula y Álvaro Delgado mostró las claves de su campaña

UruguayEl País, Uruguay 11 de agosto de 2024

Valeria Ripoll fue fue aceptada como candidata a vice por todos los convencionales que estaban presentes menos uno; el presidenciable, en tanto, planteó "cuatro ejes" de promesas para en caso de ganar.

La expectativa sobre el grado en que podía expresarse el malestar que algunos dirigentes todavía mantienen sobre la designación de la exsindialista Valeria Ripoll como compañera de fórmula de Álvaro Delgado estaba todavía en el aire a las 10 de la mañana de ayer, cuando militantes, legisladores y autoridades de gobierno ingresaban al club Atenas para celebrar una nueva Convención Nacional del partido que fue bautizado como blanco hace exactamente 188 años.



El clima, tal vez provocado por la alta concurrencia que dejó poco espacio para el movimiento de los convencionales puertas adentro, tuvo algunos momentos de tensión, sobre todo a partir de la indicación del personal de seguridad de que no se podía portar banderas que representaran a sectores o listas del Partido Nacional, lo que dejó muy molestos a algunos de los presentes y que algunos atribuyeron a determinadas sensibilidades a flor de piel.

Convención del Partido Nacional #188PN
Pero todo quedó en la nada. O se convirtió rápidamente en euforia positiva. Porque la Convención, que había sido convocada, precisamente, para poner a votación la candidatura a la vicepresidencia de Ripoll -además del programa de gobierno, que fue aprobado por unanimidad-, transcurrió con la normalidad que esperaban confiados en el comando de Delgado. Y aunque Ripoll no fue votada por los 442 convencionales presentes -hubo uno que levantó la mano en rechazo (ver nota aparte)-, lo cierto es que se hizo realidad un refrán que soltó al pasar un diputado que se movía entre las gradas: "Acá los tigres se transforman en gatos".



De manera que, sin sobresaltos, Delgado sorteó una "parada clave" que también era entendida como "prueba de fuego", como precisó una fuente de su comando en diálogo con El País.



También a criterio de los allegados al candidato, ayer quedaron demostradas dos cosas: que la fórmula blanca es "complementaria", puesto que Delgado y Ripoll tienen perfiles bien diferenciados -uno es blanco "de toda la vida" y conecta con el interior; la otra, con pasado en el Frente Amplio, está más asociada a la ciudad y le sale más fácil el "discurso de barricada"-; y que, a diferencia del binomio frenteamplista de Yamandú Orsi y Carolina Cosse, el oficialismo ya tiene promesas de campaña para mostrar.



Cuatro ejes



La Convención también fue escenario para presentar el nombre de la fórmula -Delgado / Ripoll, sus apellidos antes que sus nombres- y el claim o eslogan de campaña: "Reelegí un buen gobierno. Una nueva mirada".



Y en base a esos conceptos giraron los discursos de ambos protagonistas.



Ripoll, como viene haciendo en las recorridas vecinales en la zona metropolitana, volvió a referirse a su pasado reciente como dirigente de izquierda para subrayar que está convencida de la decisión que tomó el año pasado al elegir al Partido Nacional como su destino político, determinación que dijo estar basada en aceptar "lo bien que hizo las cosas este gobierno". Y en una apuesta por buscar aquellos votantes que hoy se definen votantes de la oposición pero que el oficialismo entiende que pueden cambiar de decisión -y que a eso contribuye la figura de Ripoll-, la candidata a vice se identificó como "mujer, mamá, militante social y trabajadora, con los mismos problemas y la misma vida que la mayoría de los trabajadores de este país".



"Es una uruguaya promedio", dijeron allegados a Delgado.



El candidato, por otro lado, sabía que tenía que dar un mensaje que motivara a la militancia, a la que le volvió a pedir el "compromiso" de "dejar el alma en la cancha" como dijo que hará él mismo en esta campaña, que oficialmente comenzó este fin de semana, y que arranca contra un Frente Amplio que se muestra optimista por el favoritismo que marcan las encuestas.



El discurso del exsecretario de la Presidencia fue de los más largos que ha dado desde que es candidato -habló durante unos 42 minutos-, y gran parte de su exposición la dedicó a realizar promesas de campaña, que dividió en cuatro "ejes" y que están incluidos en las 400 páginas del nuevo programa de gobierno nacionalista.



El primero de ellos es generar "más bienestar" ciudadano, para lo cual prometió la creación de 60.000 puestos de trabajo, "fundamentalmente" en el interior y para los jóvenes.



El segundo eje está dedicado a uno de los temas en que más insistencia ha hecho en todo este tiempo que lleva como presidenciable: la seguridad. Y prometió así -luego de destacar que "por primera vez" desde el retorno de la democracia este gobierno entregará al siguiente un país "con menos delitos"- "aumentar la cantidad de efectivos de la Guardia Republicana", organismo que además sostuvo que va a "descentralizar" en caso de ser presidente. O sea, abrir nuevas bases en "10 departamentos".



El tercer eje de promesas está vinculado a generar "más sociedad y más familias". Aquí prometió, entre otras cosas, bajar "a la mitad" la pobreza infantil, y dar un "premio económico" a los liceales que terminen el liceo y están en situación de vulnerabilidad.



Por último, y tal y como prometía en su momento la precandidata Laura Raffo, Delgado habló de generar un "Estado más simple". De ir hacia una "descontaminación burocrática".



Al final, como siempre, agarró el pabellón nacional, y dio por sentado que no habrá "un timbre, portera, barrio, ni villa ni localidad que no tenga un militante del Partido Nacional con esta bandera y este programa diciéndole a la gente que merecemos que este rumbo no se cambie".






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