Libro relata las vicisitudes del amor y la guerra en el Chile del siglo XIX

Abogado y emprendedor, Pedro Errázuriz Montes (1958) decidió hace unos años dedicarse por completo a escribir, y tras publicar en 2017 una autobiografía -"Dios mío, qué he hecho de mi vida"-, ahora se lanzó con una novela de largo aliento. En 632 páginas, "Guerra, tragedia y destino" (Pendragon, $29.900) despliega la vida de José Antonio Urzúa, un joven de la segunda mitad del siglo XIX que hace fortuna fuera del país, pero luego regresa y participa de la Guerra del Pacífico. Mezcla de novela histórica militar con novela romántica, el relato de Errázuriz va saltando de una época a otra en la vida de Urzúa, desde 1871, cuando con casi 22 años le anuncia a su padre que se va a Estados Unidos, hasta 1894, año en que el protagonista muere en Limache, envuelto en la melancolía de los recuerdos de una vida intensa y la desesperanza de un futuro sin un destino claro. En el intertanto, ha tenidos amores, hecho amistades, participado de una guerra, ha quedado viudo y ha sido padre, entre otros acontecimientos.
"La guerra es el telón de fondo de toda la narración y aquel conflicto es el que determina el desarrollo de las historias románticas que se relatan. Es esta una novela donde predominan los rasgos propios de la tragedia, género sempiterno que describe la imposibilidad de los personajes de eludir las adversidades que imponen las circunstancias de la vida. La guerra es la condicionante de las tragedias personales", comenta Errázuriz sobre su novela, que destaca por lo bien documentada tanto en el escenario bélico como en la vida cotidiana de sus personajes decimonónicos.
"Dar con el estilo de vida de generaciones pretéritas es un logro del novelista, especialmente del novelista histórico. No siempre se intenta con decisión y éxito. Muchos novelistas que describen sucesos de siglos pasados, tratan de expresar a través de sus personajes sus propios sentimientos y formas de pensar con lo cual resultan personajes del siglo XXI trasplantados a épocas remotas. Me documenté a través de crónicas históricas, pero sobre todo de cartas, diarios de vida y relatos familiares de abuelos que tuve la suerte de escuchar. Aprendí de Ortega y Gasset su teoría de generaciones, para construir personajes ligados a sus circunstancias muy diferentes a la nuestra. También debo agradecer a la web, que es una biblioteca colosal", explica el escritor.
Errázuriz le dedica su libro al vicealmirante Patricio Lynch (1824-1886), destacado marino y político chileno, quien fue el general en jefe de la ocupación en Lima, y en la narración el personaje de Urzúa siente gran admiración por él, con quien trabaja en la capital peruana. "¿Por qué Urzúa admira a Lynch? Por la misma razón que debemos los chilenos hacerlo. Porque Lynch fue un héroe que nos legó los frutos de la victoria y le dio sentido al esfuerzo de miles de chilenos combatientes. ¿Cómo lo logró? Con decisión, valentía, perseverancia, resistiendo y acometiendo ante las adversidades. En la novela, no es el personaje central y lo que describo es la punta del iceberg de sus virtudes. Lynch da para otra novela", comenta.
Pablo Errázuriz sigue trabajando en nuevos relatos, y cuenta que tiene uno bastante avanzado. "Pero esto es como pintar un cuadro: solo se ve su calidad y atractivo cuando ya toca a su término. Veremos qué resulta".