Jueves, 19 de Septiembre de 2024

Pablo Touzon: "Es insólito creer que esta oposición que lo trajo a Milei es la que lo va a sacar"

ArgentinaLa Nación, Argentina 17 de septiembre de 2024

Pablo Touzón, analista y consultor político Pablo Touzon es politólogo, analista y consultor, y está convencido de que con Javier Milei empezó una nueva etapa en la política argentina, etapa que demanda una nueva oposición

Pablo Touzón, analista y consultor político



Pablo Touzon es politólogo, analista y consultor, y está convencido de que con Javier Milei empezó una nueva etapa en la política argentina, etapa que demanda una nueva oposición. "Es insólito creer que esta oposición que lo trajo a Milei es la que lo va a sacar", dice.

Touzon cuestiona a quienes están "parapetados detrás de sus coaliciones fenecidas", creen que Milei es una "falla en la matriz" que será pasajera y, convencidos de que pronto volverá a imponerse la "sensatez", no inventan una oposición nueva.

Codirector general de Escenarios, una consultora especializada en opinión pública y comunicación política, Touzon, que sigue el minuto a minuto de encuestas y focus groups , sostiene que "el antiguo régimen" subsidia a Milei con la amenaza de su retorno, que el peronismo perdió su condición de "mutante", su "plasticidad", y que el eje de la gobernabilidad de La Libertad Avanza es hoy su oposición a "la casta".

-El plan de Milei, ¿puede funcionar?

-Depende de cuál sea el objetivo. Hay un mandato claro, que es el de un ajuste fiscal tremendo, que lo está llevando a cabo. Los últimos años de la política argentina se habían convertido en una especie de concurso cínico de a ver a quién le tocaba apretar el botón rojo, quién finalmente cortaba el hilo de la bomba y le explotaba. En la candidatura de [Roberto] Lavagna, en 2019, antes de que apareciera Alberto Fernández traído por Cristina [Kirchner], el planteo que subyacía era que por la edad del candidato y por impronta histórica, podía ser quien pagara el costo. Después pasaron cuatro años, viene el Ministerio de Economía de [Sergio] Massa. Él podría haber hecho el ajuste y por ahí le rebotaba después... uno podría decir: "No tenía las condiciones políticas por el kirchnerismo". No lo sé. Pero al final, cuando llega Milei, propone eso en campaña y lo ejecuta. En ese sentido sí funciona. Lo que no sé es si va a funcionar para crear un nuevo orden. Tenemos en la Argentina etapas históricas. Yo creo que el ‘23 es claramente un cambio de época, no es un cambio de gobierno. ¿Es una nueva hegemonía, como fue el menemismo en los ‘90, como fue el alfonsinismo? No lo sé ¿Es su misión histórica? ¿Milei se ve como un personaje imperial o piensa que lo suyo es más bien rápido y furioso, una especie [Eduardo] Duhalde de 2002, esos personajes que son como clivaje entre un mundo y otro? Pablo Touzon es licenciado en Ciencia Política (UBA), cursó estudios internacionales en Science Po (París) y lleva 20 años desarrollando campañas electorales y estrategias de comunicación política

-Él no da señales de que quiera ser un fenómeno de transición, ¿no?

-Claro, pero a la vez no hace lo que hay que hacer para construir un orden nuevo. Aunque esa puede ser su nueva forma de hacer política: no hace una coalición con nadie, no tiene una idea de gestión como sí la tuvo el Pro. De hecho ni siquiera en los gobiernos provinciales hay una idea de gestión. Tal vez el último portaestandarte de eso en la política argentina fue [Horacio Rodríguez] Larreta.

-¿Cómo está la opinión pública respecto de Milei?

-Está apoyando el proceso de Milei, mayormente. Va cayendo un poquito, va, viene, pero todo el mundo lo tiene consolidado alrededor de entre el 45% y el 50%, que considerando el ajuste que hizo, es importante.

-¿A qué obedece la tolerancia social al ajuste?

-Yo creo que en ese sentido la intuición que tuvo el peronismo fue al revés. El peronismo suponía que era necesario el famoso [plan] platita, esa cosa denigrante y en el fondo gorila: para evitar un 2001 hay que mantener la calefacción, mantener el ciclo de la inflación y la platita en el bolsillo. Nadie puede apagar ese botón, parecía ser el mandato de 2001. Lo que se garantiza es que no explote. Viene Milei y dice: "No, no, que explote. Me votaron para que explote". La gente banca esto porque suponía que lo otro era una especie de muerte lenta. También hay una suerte de memoria histórica: sabemos que la Argentina es incapaz de reformarse sin explotar porque no puede tener reformas. Tocqueville hablaba de Francia en el siglo XIX y decía: hay muchas revoluciones en Francia porque es la forma que tenemos de hacer reformas. Esto es así. En la Argentina somos gente de shock. Entonces dicen: en el ‘89 explotó, en 2001 explotó y esto es una forma de explosión por otros medios. Votar a Milei implica decir: "Cierro los ojos y listo, vamos a la pileta". Además, el antiguo régimen lo subsidia a Milei, la idea del retorno. Por eso creo que empezó a polarizar con Cristina otra vez, que es la gran tentación de todos los políticos no peronistas.

-¿Cuánto lo afectan medidas tales como el veto de la recomposición a los jubilados? ¿Paga un costo en términos de imagen?

-No lo tengo medido así, pero hasta ahora eso no pasó. Es casi su único mandato social, eso y la anti casta. Yo creo que después de los episodios con [Ariel] Lijo y toda esta especie de escenario de negociación bilateral, trilateral con [Mauricio] Macri y Cristina, va a tener que dar algún gesto anti casta más contundente.

-Reunirse con legisladores en busca de acuerdos, ¿no es un riesgo para él? ¿Él no está entregando parte de su esencia?

-A él le pasa algo parecido a Cristina: su radicalidad verbal y permanente hace que se pueda juntar con la gente más distinta. Lo mismo que en políticos más centristas supone casta, negociación, en él no parece que esté negociando con la casta aunque lo esté haciendo de verdad. Tiene ese blindaje todavía. Sobre todo si lo dice otro político. Creo que la relación con la casta es el eje de la gobernabilidad de Milei . Cuando ganó decíamos: "Hasta los bolcheviques en el 17 metieron gente del ejército zarista". No existía la maquinaria estatal funcionando sin un pacto con la casta y no existía una gobernabilidad posible. En ese momento la hipótesis más normal hubiese sido un acuerdo con Pro. El más afín ideológicamente, que tenía los cuadros técnicos del gobierno anterior. Milei se niega. Va tomando como en una especie de tenedor libre de la casta, uno de acá, un poco de allá y arma como una especie de conato de gobierno. Después cada vez que hay una crisis o un peligro, siempre aparece Macri como lo racional, una especie de "Rompa el vidrio. Llame a Macri". Milei yo creo que inteligentemente evitó eso: después de Alberto Fernández no puede haber un gobierno en el que no sea el jefe el Presidente. Si él enseguida, con lo débil de su estructura y con lo outsider que es, hacía un acuerdo con Macri, lo más probable es que Macri le hubiese tomado el gobierno. Yo creo que en ese sentido tuvo razón. Ahora bien, está haciendo una especie de experimento extraño en donde no hay no hay un sostén permanente del Gobierno. Pablo Touzon es fundador y editor de la revista Panamá

-¿Creés que esto va a seguir así?

-Creo que en La Libertad Avanza hay dos grandes tendencias. Una es la del triángulo de hierro que dice: "Vamos solos", y yo creo que el peligro de esa gobernabilidad alternativa es que es la que más pisa la línea de lo republicano. Santiago Caputo dijo en la cuenta de Twitter que se le atribuye: "La República es un medio para un fin". Toda una definición. Como diciendo: "Si no caza ratones, cambiemos de gato". Vos ves lo de Lijo y lo de los fondos de la SIDE y podés decir: ¿Acá están creando una gobernabilidad? ¿Esta es otra versión del pacto con la casta? Y la otra versión del pacto con la casta es la que sería Villarruel-Macri, el pacto con Pro. Son dos formas del pacto con la casta. Porque hasta la más autónoma también pacta con la casta, pacta con el kirchnerismo.

-Y para adelante, ¿qué modelo va a primar?

-Yo creo que pueden hacer un acuerdo electoral con Macri, pero va a ser bajo la égida de Milei. Yo creo que Milei cuanto más pueda bancar este sistema que está ahora, lo va a tratar de bancar. Él está negociando con todos. Y eso incluye que hay acuerdos implícitos con el orden anterior. [Milei y su círculo] Están obviamente atados al resultado de la economía, pero si pueden con la economía y con La Libertad Avanza en este contexto ir hasta el año que viene y cerrar las listas, lo van a tratar de hacer. Yo creo que Milei solamente podría hacer un acuerdo de concertación en un contexto de mucha debilidad. No lo veo queriendo eso. Y yo creo que tiene las de ganar en la confrontación con la casta.

-¿Y la oposición?

-Creo que el proceso de Milei lleva a crear una nueva oposición. Esta es la que trajo a Milei, es insólito pensar que es la que lo va a sacar. Para mí hay dos grandes tendencias: la que piensa que esto es una especie falla en la matriz y después vuelve la "sensatez". Porque ellos trabajan de racionales, pero ¿cómo era de racional Alberto Fernández? La otra es la que sostengo yo: que esto es un proceso más largo, que es un cambio de época. Que se abre un proceso. Hoy lo único que se inventó es La Libertad Avanza, entonces todo el resto, los parapetados detrás de sus coaliciones fenecidas lo único que hacen es hacerle el caldo gordo ¿O por qué pensás que Milei habla todo el tiempo con Macri o con Cristina ahora? Porque lo que más le gustaría sería sacarlos a pasear en una carroza y mostrar que la única novedad es él . No van a volver entonces. Pero inventar una oposición exige pensar que esto puede durar. Si yo pienso que se cae mañana, no invento nada, estoy haciendo trapisondas para ver cómo entro por la ventana. El ejercicio de la construcción de una oposición en serio implica sostener sobre Milei -como decía el Papa Juan Pablo II del comunismo- que hay "semillas de verdad" en el planteo libertario, porque si no, no se puede dialogar con la época.

-¿Cómo ves el rol de Cristina Kirchner?

-Cristina fabricó una centralidad de donde ya no puede salir. Ella ya no puede salir del personaje que creó. Está encerrada en el avatar histórico que creo. Ellos crearon el kirchnerismo con unos cuadrantes ideológicos súper rígidos. Se negaron a hacer todos los ajustes basados en esos preceptos. Ahora debería hacer un giro de 180 grados.

-¿Y el peronismo cómo debería rearmarse?

-La posibilidad de reforma del peronismo tiene que ver con una reforma de ideas y cambio de liderazgos. Tiene que ser un nuevo paradigma de interpretación de lo popular hoy. Pero empieza por el cambio de sus dirigentes. Un sector del cristinismo querría hoy que Cristina se corra hacia la derecha. Quiere susurrarle un cambio a la jefa y yo lo que creo es que hay que cambiar de jefe, en todo caso. El peronismo funcionaba cuando era mutante, cuando tenía la plasticidad de acomodarse a la historia. Hoy no lo hace más, se convirtió en un partido centroizquierda , entonces quedó ahí. Esa plasticidad ya no la tiene.

-¿Y los gobernadores?

-Solamente podría ser Córdoba, que tiene los pergaminos de tener 20 años de un peronismo alternativo y refractario al kirchnerismo como si fueran dos peronismos. Como los papas de Roma y Aviñón. El resto de las provincias me parece que ninguna da el pinet para decir: "Acá hay un peronismo alternativo". Tienen relaciones más o menos distantes con Cristina, pero en última instancia los conduce Cristina. Pero yo creo que la reforma del peronismo no es por adentro, es por afuera. Cristina Kirchner y Javier Milei

-¿Estás viendo emergentes, nuevos personajes en la política?

-Yo lo que estoy viendo es una crisis interna del kirchnerismo. Un tema sucesorio entre [Axel] Kicillof y Máximo Kirchner. Es un conflicto interno que no se puede explicar bajo coordenadas ideológicas, porque ¿qué diferencias ideológicas hay entre Máximo Kirchner y Kicillof? Si yo fuese Kicillof tendría bastante precaución, porque Cristina no termina bien con sus avatares, nunca, ni Scioli ni Alberto. Uno podía pensar que Kicillof está en una situación análoga a la de Larreta en 2021: una especie de candidatura presidencial que todos sospechan, pero demasiado temprano; una presidencia claramente hostil a su gobierno; una situación fiscal difícil, como en todo el país; con su jefe condicionándolo, como Macri con Larreta, y con el peso de ser la gestión más visible del kirchnerismo él. El peligro para Kicillof es que Cristina haga lo que hace siempre, que lo vaya castigando, conteniendo, condicionando, lo mismo que él hizo a otros. Para mí el kirchnerismo funciona en base a este tipo de purgas. Hay una leyenda de cuando eran las purgas de Stalin y venían los distintos jefes de la NKVD cada vez que purgaban, después a ellos los purgaban también. Al final había uno que se llamaba Yagoda que cuando vino a buscarlo la Policía dijo: "Hagámosla fácil. Tráeme la confesión". Muchos sectores del kicillofismo ven eso, ya saben cómo funciona esto.

-¿Qué pasa con el resto de la dirigencia?

-En cuanto a lo más general, lo que vos ves es atomización por donde mires en la dirigencia argentina. En todos lados hay tres internas por lo menos, inclusive La Libertad Avanza. El escenario es una fragmentación completa. Cada uno gobierna micro fragmentos. Pero la sensación no es de agregación. Mi sensación es que el problema con el sistema político argentino no es que se rompió mucho, sino que no se rompió lo suficiente porque debería haber expresiones opositoras nuevas, como fue La Libertad Avanza. En el 2008, en España por ejemplo, se crea Podemos, pero después se crea Ciudadanos, se crea Vox. Acá hay una especie de incapacidad de la creatividad política que no salga de Macri y Cristina.
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