Una guerrera que con la lucha libre se disciplinó

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 25 (EL UNIVERSAL).- La Chola encontró en la lucha libre la forma de apaciguar su explosivo carácter y gracias a la guía de las personas correctas logró consolidar una notable carrera de 40 años en los cuadriláteros.



Su historia comenzó con su debut en la Arena Azteca Budokan, un 30 de abril de 1984 haciendo equipo con Cinthia Moreno para enfrentar a dos grandes rudas, Estela Molina y Marina Rey.



"Sentí una sensación grandiosa porque este deporte es lo mío. Aquí encontré la paz, porque era una persona muy conflictiva y la lucha libre me ayudó a disciplinarme", dijo esta leyenda de la lucha libre femenil a El Gráfico.



A sus 64 años recuerda con cariño a sus profesores, quienes fueron fundamentales para ella.



"El que forjó mi carácter y me dio bases fue el Hombre Bala, posteriormente, cuando estuve en el Toreo de Cuatro Caminos nuestro profesor fue Tony Salazar y en los 10 años que estuve en Triple A, entrenaba con el Gran Apache. Ellos hicieron la guerrera que soy, estoy agradecida con ellos porque les debó todo".



La Chola fue Campeona femenil de Guatemala, arrebatándole el título a Mary Apache, además de que se agarró de clienta a la Demoledora, le quitó la máscara y también la cabellera. Sin embargo, hace 11 años tuvo un golpe muy duro al perder la máscara con Esther Moreno, en el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera, durante una función de la empresa del Hijo del Santo.



Agradecida con Dios, su familia e hijos, la ?pequeña gran estrella? de la lucha libre femenil ya piensa en el retiro.



"Quiero que me recuerden como una gladiadora que ha dado todo en el ring y aunque sigo activa, viene pronto mi retiro, lo tengo planeado desde el año pasado y si Dios me presta vida será el próximo año", concluyó.