Martes, 08 de Octubre de 2024

Guía identifica "árboles patrimoniales" de Santiago e invita a conocerlos

ChileEl Mercurio, Chile 1 de octubre de 2024

La publicación, que cuenta con una versión online y gratuita, incluye especies nativas y exóticas. La idea es aprender a valorarlas y preservarlas de diversas amenazas.

En Santiago existen árboles excepcionales que no solo embellecen el paisaje, sino que también han visto pasar a distintas generaciones bajo su sombra.
Cuidar este tesoro natural es esencial. Con este objetivo, la nueva guía "Árboles Patrimoniales del Gran Santiago", editada por la Corporación de la Madera (Corma), acerca a la ciudadanía 48 de estas especies a través de fichas informativas, mapas para encontrarlas e incluso tips para que los lectores reconozcan y detecten otros ejemplares notorios que podrían entrar en la categoría patrimonial.
Y si bien "no existe una definición clara de lo que es un árbol patrimonial, en este libro hemos considerado siete parámetros, entre los que se encuentran la edad, el tamaño, la belleza, la rareza botánica y el cómo se vincula al paisaje original", explica la autora principal de la publicación, María Paulina Fernández, académica de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la U. Católica.
La guía -disponible en formato físico en librerías, pero que también puede descargarse sin costo en https://tinyurl.com/arbolespatrimoniales- es fruto de "la culminación de muchos años de estudios en la ciudad, recorriendo sus parques, plazas y calles. Debemos sorprendernos de que todos los árboles patrimoniales que vemos hoy están ahí porque alguien los plantó, conservó y cuidó para que llegaran hasta nuestros días. Hay ejemplares, por ejemplo, que alcanzan más de 100 años. Si bien esta edad es corta, porque existen especies que pueden llegar a superar los 3.000 o 4.000 años, Santiago es una ciudad relativamente joven, por lo que es relevante poseer árboles que están aquí desde los inicios de su arborización", comenta.
Y agrega: "Los árboles en zonas urbanas entregan un sinnúmero de servicios ecosistémicos: nos proveen de un entorno agradable, oxígeno, disminuyen la contaminación de material particulado y controlan la temperatura, lo que de alguna manera suaviza las condiciones al interior de la ciudad y ayuda a tener una mayor biodiversidad. Por otra parte, el paisajismo original de Santiago se basó en muchas especies exóticas que hoy no se usan. La presencia de estos remanentes aporta entonces a aumentar la diversidad de especies en la urbe".
Entre los árboles patrimoniales considerados en el libro no solo se encuentran ejemplos endémicos, como el peumo, sino que también especies introducidas como el brachichito rosado (nativo de Australia) y el ginkgo biloba (China y Japón).
"La guía está pensada como una invitación a re-conocer Santiago a través de sus árboles. Ha sido dividida en diversas secciones que permiten explorar diferentes lugares y entender la historia detrás de lo que vemos. Pusimos especial énfasis en presentar algunos ejemplos del antes y después para dar una idea de cómo los árboles patrimoniales han sido testigos de la historia de la capital en los últimos 140 años", dice Fernández.
Por ejemplo, en el Parque Quinta Normal, hay un cedro del Atlas y una araucaria columnar, mientras que en el Parque O'Higgins es posible observar un antiguo ejemplar de magnolio. Por otro lado, en la Plaza Nemesio Antúnez (Providencia), los visitantes podrán encontrar un "magnífico ejemplar de ombú con cuatro troncos de gran tamaño", se lee en el libro.
Asimismo, continúa la experta, "se presenta un capítulo dedicado a las consideraciones necesarias para mejorar el bienestar de estas especies y otros consejos para protegerlas. El cambio climático y algunas condiciones adversas con las que se encuentran hacen que su vida sea difícil. Las alteraciones de las copas, de las raíces, la sequía y las variaciones en las condiciones de riego son solo algunos de los problemas que enfrentan". En esta línea, la recomendación es intervenir lo menos posible al árbol y su entorno.
"En condiciones normales, los árboles ajustan su estructura balanceando raíces, troncos, ramas y hojas a los esfuerzos físicos derivados del viento, su propio peso y la disponibilidad de agua. Las podas de ramas de gran diámetro y el rebaje de copa, por ejemplo, alteran este equilibrio, afectando la producción de nutrientes. Asimismo, la pavimentación de veredas, la compactación del suelo y la construcción de zanjas para instalaciones subterráneas en las cercanías producen daños que son, la mayoría de las veces, irreparables, afectando este balance y dejando heridas que pueden ser vehículo para su pudrición y muerte".
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