Sábado, 05 de Octubre de 2024

Establecidos y marginados

ColombiaEl Tiempo, Colombia 5 de octubre de 2024

Hace unas semanas, el analista político Gabriel Cifuentes se preguntaba, en una de sus columnas, si en Colombia ser de izquierda y ser petrista eran la misma cosa

Hace unas semanas, el analista político Gabriel Cifuentes se preguntaba, en una de sus columnas, si en Colombia ser de izquierda y ser petrista eran la misma cosa. Y afirmaba: "No hay todavía en la izquierda colombiana quien se atreva a desafiar y cuestionar al Presidente". Como mujer de izquierda, pero lejos de ser una seguidora incondicional de Petro, puedo asegurarles que no somos pocas las personas que nos hemos atrevido a cuestionar al Presidente, muchas veces con argumentos de peso. Sin embargo, me gustaría explicarles por qué todavía somos muy pocos los que nos atrevemos a hacerlo tomando como ejemplo un clásico de la sociología relacional: el libro Establecidos y marginados, del sociólogo alemán Norbert Elias y John L. Scotson. Publicado en 1965, este libro es el resultado de una investigación en Winston Parva, una pequeña comunidad situada en la periferia de una ciudad industrial inglesa. La comunidad estaba dividida en tres grupos, pero solo dos de ellos son el foco del estudio: uno formado por residentes que llevaban allí dos o tres generaciones y otro formado por recién llegados. El primer grupo, los establecidos, discriminaba al otro, los marginados. Sin embargo, entre esos dos grupos no había diferencias de clase, de raza o de origen étnico. Lo que caracterizaba esa discriminación era su dimensión temporal: la antigüedad. Un grupo había llegado mucho antes y, por lo tanto, se habían creado unos lazos muy fuertes entre sus miembros, es decir, tenían un mayor grado de cohesión, lo cual le permitía acceder a las posiciones sociales más prestigiosas y excluir de ellas a los miembros de los recién llegados. Lo interesante de esta "sociodinámica de la estigmatización", como la llama Elias, es que no era solo una estigmatización hacia afuera, sino también hacia los miembros del propio grupo. Es decir, el grupo de los establecidos se consideraba superior y creía que tenía un "carisma grupal" que al otro grupo le faltaba, por esto evitaba cualquier contacto con el grupo considerado inferior a través de un estricto control social interno. Así, la contrapartida de hacer parte del grupo superior era someterse a las normas del grupo, lo cual significaba que sus miembros no podían tener ningún contacto con los miembros del otro; de lo contrario, serían condenados en el interior de su grupo y acabarían siendo también marginados. Por esto, un miembro del grupo establecido era indiferente a lo que opinaran los marginados, pero no a lo que opinaran sus pares. Este mecanismo es el que opera en las colectividades políticas, sobre todo en la izquierda, y más aún en un momento en que una de sus fuerzas, el petrismo, pretende ser la fuerza hegemónica dentro de ella. Es lo que explica que la crítica a Petro dentro de su grupo sea casi inexistente y que la reacción a los que se atreven a criticarlo sea implacable, pues esa persona estaría violando las normas del grupo, y estaría renunciando a hacer parte del "carisma grupal": estaría reconociendo que, en el fondo, no son tan superiores como ellos dicen que son. El estudio de Elias nos ayuda a entender que la estigmatización también se puede dar entre semejantes, que no tiene que haber ninguna diferencia objetiva para llevarla a la práctica, y que esta hace parte de un proceso histórico de larga duración. Así, la derecha no es la única fuerza política que estigmatiza, dentro de la propia izquierda también opera esa lógica. Y es importante reconocer cómo funciona ese mecanismo para evitar discriminarnos entre nosotros, así como es importante conocer la realidad para cambiarla; de lo contrario, seguiremos moviéndonos en el mundo del sentido común en el que las fuerzas políticas reaccionarias siempre se han movido como pez en el agua.
El estudio de Elias
Sara Tufano
La única fuerza que estigmatiza no es la derecha, dentro de la izquierda también opera esa lógica.
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