El Comercio, Perú
6 de octubre de 2024
Mineros ilegales coludidos con bandas delincuenciales han perpetrado 628 incursiones contra la mina aurífera, asesinado a 18 trabajadores, destruido 14 torres eléctricas y robado US$3.553 millones en oro desde el 2020.
Por juan saldarriaga v.
Hasta antes del arribo a Hualanga de los 350 efectivos militares y policiales desplegados para imponer el orden en Pataz, el distrito liberteño era la viva imagen del Viejo Oeste norteamericano.
Cuentan los funcionarios de Minera Poderosa ?la empresa más afectada por el accionar delictivo de los mineros ilegales? que las balaceras y asesinatos eran moneda de todos los días en los poblados más opulentos, como Zarumilla, Pueblo Nuevo y Pataz, donde ?la mayor parte de la gente caminaba con una pistola al cinto? y ?los night clubs funcionaban todo el día?.
?Ahora, la violencia en la superficie ha bajado por la presencia de la policía, pero es una tensa calma?, indica el gerente de la unidad minera, quien guio a El Comercio en un viaje de inspección.
En efecto, los mineros ilegales se han ?vuelto más cautos?, y por eso podemos desplazarnos sin temor por entre las callejuelas repletas de camionetas de alta gama, residencias con piscina, mansiones con canchas de fútbol y todo lo que el oro ilegal puede comprar.
Sin embargo, esa tensa calma se quiebra bajo la superficie, en las labores subterráneas de Poderosa, donde los trabajadores de la minera libran combates incesantes contra mineros ilegales coludidos con delincuentes pertrechados de explosivos y armas de largo alcance, los cuales buscan apoderarse de las vetas de oro de la unidad minera.
De hecho, Poderosa estima que los invasores han logrado capturar, a través de estas violentas incursiones, unos 30 sectores de la unidad Santa María, la más importante de Poderosa, pues genera el 70% de su producción de oro. ?Eso involucra las vetas Diana y Guadalupe, que son bastante ricas. Estamos hablando de 300 mil onzas de oro de afectación en promedio?, apunta el gerente de la mina.
En efecto, gran parte de Santa María se encuentra en manos de bandas delictivas, mayormente peruanas, que explotan con total impunidad las fabulosas vetas de oro de Poderosa.
Tan es así que no tienen problemas para procesar una parte de ese mineral en las 52 plantas ilegales que operan en Pataz, a vista y paciencia de las autoridades. Y tampoco para transportar el resto en volquetes con rumbo hacia las plantas de procesamiento de Trujillo y el litoral peruano. Esto, aprovechando la impunidad que otorga la utilización del Reinfo, certificado que los disfraza de mineros en vías de formalización, pero que en realidad es una patente de corso para delinquir.
Poderosa calcula que, de esta manera, habrían salido de Pataz en los últimos cuatro años unos 33.708 volquetes cargados con 674.160 toneladas de mineral aurífero por un valor de US$3.553 millones.
Saldo penoso de estos enfrentamientos es la pérdida de 18 vidas desde el 2022: 15 agentes de seguridad y dos supervisores de Poderosa, además de un minero artesanal formalizado. Esto, además de 58 heridos de gravedad y tres empleados mutilados, muchos de los cuales se encuentran en proceso de reinserción en la unidad minera.
