Lunes, 28 de Abril de 2025

Puerto Madero: la historia del barrio que recuperó el acceso al río y revivió a una zona obsoleta

ArgentinaLa Nación, Argentina 30 de septiembre de 2024

Foto histórica de Puerto Madero Se proyectó a fines de los ochenta y se convirtió en el barrio más nuevo de Buenos Aires, en tanto que refuncionalizó e integró una zona que había quedado en desuso y acercó el río a una ciudad que históricamente le había dado la espalda

Foto histórica de Puerto Madero



Se proyectó a fines de los ochenta y se convirtió en el barrio más nuevo de Buenos Aires, en tanto que refuncionalizó e integró una zona que había quedado en desuso y acercó el río a una ciudad que históricamente le había dado la espalda. El impacto de Puerto Madero sobre la ciudad tuvo y tiene muchas implicancias, tantas que lo considera uno de los proyectos urbanos más exitosos de Latinoamérica.

"¿No es Puerto Madero la instancia que pone en funcionamiento a la ciudad del siglo XXI? Y finalmente, ¿el nuevo paseo y los Parques del Bajo no unen a un mismo tiempo la ciudad y su puerto, su presente y su historia?", plantea el recientemente libro Puerto Madero a mano alzada , una publicación de la Corporación Puerto Madero (CPM), que se presenta como una bitácora de aquellos primeros trazos que configuraron el perfil de esta zona. La historia del barrio se remonta a la necesidad que tuvo la ciudad por su carácter fuertemente comercial de tener su propio puerto

Sus páginas destacan el hecho de que el barrio volvió a sacar la ciudad a su río y a su costanera, olvidados durante mucho tiempo. "Desde el principio, los hoteles de lujo, los edificios elegantes, los restaurantes sofisticados, le dieron a Puerto Madero una atmósfera de refinado encanto; sin embargo, la belleza de los parques públicos y las arboledas, el agua de los diques, los docks restaurados, el perfil de la ciudad a lo lejos, los jardines, el confort del equipamiento urbano rápidamente hicieron del Puerto Madero un nuevo escenario para Buenos Aires en el que todos quieren y pueden estar, desintegrándose, por los deseos, las barreras", enfatiza el texto. El mismo recorre su evolución a partir de los croquis o trazos, esas primeras ideas de urbanización. Entre ellos se incluyen los del reconocido arquitecto francés Le Corbusier -realizados en 1929 y 1947-, así como los de Clorindo Testa en 1999, hasta el del Puente de la Mujer de Santiago Calatrava, entre tantos otros. De manera que el libro introduce la historia y desarrollo de Puerto Madero a partir de los dibujos que lo imaginaron.

Fin y principio

La historia del barrio se remonta a la necesidad que tuvo la ciudad por su carácter fuertemente comercial de tener su propio puerto. De acuerdo detalla el libro de la CPM, la poca profundidad del Río de la Plata resultó beneficiosa y perjudicial al mismo tiempo. Por un lado, la larga extensión de playa ante la costa de Buenos Aires había impedido reiteradamente los desembarcos ingleses durante las invasiones de 1806 y 1807 y los ataques realistas desde Montevideo en 1811 y 1812. "Por la misma razón, la carga y descarga de mercaderías y el desembarco de pasajeros se hacían dificultosos y tenían que realizarse con grandes carretas o botes. Ante esta situación incómoda, ya a mediados del siglo XVI comenzó a barajarse la posibilidad de construir un puerto para Buenos Aires", describe el texto. El libro Puerto Madero a mano alzada

Según explica Sandra Guillermo, arqueóloga de la Universidad de Buenos Aires (UBA), referente del área de Arqueología de la Dirección General de Museos de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural de la Nación, cronológicamente se sucedieron, la aduana colonial, que funcionó entre 1793 y 1857, en una casa alquilada a la familia Azcuénaga en la zona de las actuales calles Belgrano y Balcarce. Sin embargo, esta necesitaba de un carro que fuera hasta la costa a buscar la mercadería que se trasladaba desde los barcos en una barcaza. Luego, ese carro debía subir la pendiente de la meseta de Buenos Aires, situación que se volvió insostenible con el incremento del comercio. Es entonces, cuando se construyó la llamada aduana nueva o aduana de Taylor, entre 1855 y 1857, levantada por el arquitecto e ingeniero Edward Taylor, una imponente construcción de grandes dimensiones, que estuvo en pie por poco tiempo ya que, en 1891, comenzó a demolerse. Las razones de esta decisión responden a los avances tecnológicos, ya que a medida que avanzó el siglo XIX, el porte de los barcos se incrementó y, nuevamente, no podían llegar cerca del muelle. Estos debían quedarse río adentro y los productos ser buscados por un bote como pasaba en un primer momento. En el contexto de una ciudad pujante en constante crecimiento, la concreción de un puerto no podía esperar más. Los docks de Puerto Madero antes de la transformación

"El 21 de septiembre de 1880 durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se aprobó la Ley 1029 de Federalización de la ciudad de Buenos Aires, que fue promulgada en diciembre de ese mismo año bajo la presidencia de Julio Argentino Roca. El nuevo estatus de capital nacional no permitía más la dilación de la construcción del puerto para Buenos Aires, por lo que a partir de 1880 las autoridades retoman el análisis de proyectos para su realización", se describe en Puerto Madero a mano alzada . Se destaca en el texto que los dos proyectos más importantes que se presentaron para su concreción fueron el de Luis Huergo, en 1881, que, en un momento en que la industria naviera venía transformándose muy rápidamente con el reemplazo de los barcos a vela por los de vapor, más pequeños y veloces, propuso un sistema de dársenas abiertas al río. Mientras que, al año siguiente, Eduardo Madero presentó su proyecto, elaborado en Gran Bretaña por la firma Hawkshaw, Son & Hyter que contemplaba la construcción de un sistema de cuatro diques intercomunicados entre sí con dos canales de acceso y la generación de una gran isla artificial a ser urbanizada entre los diques y el río. "Entre 1882 y 1886 se discutieron ambos proyectos hasta que finalmente fue elegido el de Madero. Su construcción se inició en 1887 y terminó en 1898. Como complemento para agilizar el desembarco y distribución de mercaderías se construyeron los llamados docks, dieciséis almacenes proyectados por la misma firma Hawkshaw, Son & Hyter que caracterizaron y caracterizan -con sus perfiles ordenados y el uso del ladrillo en sus muros exteriores", aclara el libro. Una ilustración de Jorge Sábato

Sin embargo, poco tiempo después de su inauguración se sucedieron nuevos cambios en los vapores que aumentaban considerablemente su tamaño, de manera que el flamante Puerto Madero ya comenzaba a mostrar limitaciones y disfuncionalidades. "Sobre todo, la poca profundidad y estrechez de los diques fueron impidiendo el paso de los barcos de gran escala. Es así que rápidamente se decide la construcción de un nuevo puerto hacia el norte de la ciudad", aclara. En 1908, José Figueroa Alcorta, entonces presidente, estableció la construcción del llamado Puerto Nuevo. Las obras comenzaron en 1911 y concluyeron a mediados de la década de 1920. Desde un primer momento, los sectores que se completaban se abrieron a la actividad portuaria lo que aceleró el abandono de Puerto Madero que para fines de esa década estaba en desuso. "No caben dudas de que Puerto Madero nació obsoleto, ignorando los cambios que vivía la época de su construcción. Sin embargo, abandonado y alambrado, atravesando los flujos y los reflujos de las mareas históricas de la ciudad, se convirtió desde mediados de 1990 en el mayor proyecto urbano realizado en Buenos Aires y le permitió a la ciudad recuperar su río", advierten las páginas del libro.

El barrio modelo

Según explica Agustina Olivero Majdalani, presidenta de Corporación Puerto Madero, la concreción del barrio más joven de la ciudad comenzó en 1989, durante la presidencia de Carlos Menem y la intendencia de Carlos Grosso, cuando se dio origen a esta sociedad integrada en partes iguales por el estado nacional y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El objetivo fue la urbanización de las 170 hectáreas que conformaban el antiguo puerto. "El estado nacional le dio la propiedad a la corporación para desarrollar el barrio. El compromiso que tenía el gobierno de la ciudad era darle una normativa y plantear un plan maestro", asegura. Entre 1992 y 1996 se llevaron adelante las tareas de reciclaje y venta de los dieciséis galpones con lo que se recaudó el dinero para las obras de infraestructura. La Aduana de Taylor

A principios de los 90, se realizó un concurso en el que participaron cien proyectos de todo el país, pero no hubo un primer premio sino tres finalistas, en tanto que se convocó a los arquitectos de los proyectos elegidos para trabajar durante un año en el plan maestro. "El concurso fue un disparador que llevó a un Master Plan que resultó una síntesis de los tres seleccionados y que incluso tomó referencias de otras propuestas presentadas. Este plan establecía dónde iban torres, los límites de altura, las plazas, etc. La legislatura, en ese momento Consejo Deliberante, aprobó la ley y quedó establecida la normativa de Puerto Madero. Con eso la ciudad cumplimentó su obligación de su 50% con respecto de Nación, que le había dado la tierra, para valorizarla y tener aprobado lo que sería un Master Plan de toda el área", detalla la presidenta de CPM. Las primeras construcciones en el barrio comenzaron en 1997 y el primer edificio de mayores dimensiones fue el Hotel Hilton que se inauguró en enero de 2000, poco después comenzaron a levantarse conjuntos de torres de gran altura, una de ellas, la Alvear Tower, ubicada en Azucena Villaflor 559, es la estructura más alta del país con 235 metros. Foto histórica de Puerto Madero

"El proyecto pasó por varias devaluaciones y todos los problemas económicos que tuvo el país a lo largo de 20 años y no solo no se cayó, sino que creció muchísimo", añade. Para Olivero Majdalani la clave estuvo en la gestión de la corporación que llevó adelante la obra pública y al mismo tiempo generó una cantidad de condiciones para que los privados hicieran las inversiones en los momentos adecuados, en etapas, para facilitar un crecimiento conjunto. "Cuando uno tiene 170 hectáreas, en un primer terreno donde no hay nada, este vale mucho menos que el último cuando ya tenés casi todo el barrio consolidado", dice. En ese sentido, las ventas y construcciones por etapas permitieron una evolución exitosa. La venta escalonada de los terrenos fue con la obligación de construir, de manera que se presentaba el proyecto a la corporación y luego existía un compromiso para hacer la obra en determinado lapso para evitar la especulación inmobiliaria.

"Naturalmente, el espacio público de Puerto Madero ha sido modelo de desarrollo no solo para la ciudad, sino también en el mundo. Hay pocos lugares en la ciudad donde podés tener una línea de vista de tres kilómetros. También es una virtud el hecho de tener una política de cara al río, ya que en Buenos Aires siempre le ha dado espalda", advierte. Puerto Madero, años atrás

Otro punto para destacar es que el barrio permitió reequilibrar la ciudad en términos de lo que es el desarrollo inmobiliario y físico. Al ubicarse como un reflejo del casco urbano de la ciudad generó todo un desarrollo y crecimiento de zonas como San Telmo, La Boca, entre otras. "A su vez, se produjo una revalorización del centro de la ciudad. Puerto Madero genera un aporte importante porque precisamente reafirma el centro, siendo que está a 300 metros de Plaza de Mayo", sostiene. Asimismo, recuerda que parte de los grandes problemas que tienen las ciudades es el abandono o el empobrecimiento de sus cascos urbanos o de sus centros históricos. "Y precisamente Puerto Madero, tanto para San Telmo, para La Boca o como para el centro de la ciudad, les da vida, situación de ciudad, movimiento y cercanía", destaca.

Actualmente, Puerto Madero es un polo de atracción no solo para el turismo extranjero o del interior del país, el barrio convoca a los habitantes de toda la ciudad. "Sus parques se abren a la Costanera Sur, a la Reserva y son de escala metropolitana. Entonces, cuando vos hacés algo de esa escala y bien diseñado, viene gente de todos lados y no solo el vecino que vive a tres cuadras. Se produce una apropiación del lugar lo que te demuestra que está bien diseñado", finaliza.

Por estos días, la última obra que lleva adelante la CPM es el desarrollo del campo de deportes y complejo polideportivo del Colegio Nacional de Buenos Aires, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La obra, sobre un terreno de 10.000 m2 se situará en avenida De los italianos y Macacha Güemes y su finalización se prevé hacia los últimos meses del año próximo.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela