Trump II y proteccionismo
Jesús Antonio Vargas Orozco
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca se prevé una profundización de las políticas proteccionistas que impulsó en su primer mandato trayendo efectos para la economía mundial y para Colombia en particular
Jesús Antonio Vargas Orozco
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca se prevé una profundización de las políticas proteccionistas que impulsó en su primer mandato trayendo efectos para la economía mundial y para Colombia en particular. Los postulados de este nuevo proteccionismo se basan en restringir importaciones, desincentivar la inversión en otros países, renegociar acuerdos y fomentar la producción nacional. Esta política tiene grandes implicaciones para las economías emergentes cuyas exportaciones tienen una alta dependencia de ese mercado, como es el caso de Colombia. Para Colombia, este proteccionismo en EE. UU. trae consigo una reducción en el acceso a uno de sus principales mercados de exportación. El establecimiento de nuevos aranceles, cuotas y barreras no arancelarias afecta sensiblemente la competitividad para sectores como el agrícola, la agroindustria, las manufacturas y productos industriales en este mercado. Colombia, podría ver reducidas sus oportunidades en productos como café, flores, textiles e hidrocarburos, y como consecuencia tendría una caída en ingresos por exportaciones con efectos en la balanza de pagos y el crecimiento económico. Otro aspecto de la política económica de Trump II con incidencia global son los incentivos que se proyectan otorgar para promover la relocalización de las cadenas de producción que podría acelerar la tendencia hacia la regionalización y el nearshoring. De este proceso podría favorecerse Colombia, en la medida que se relocalicen industrias que busquen abastecer al mercado estadunidense desde zonas más cercanas que Asia, especialmente en sectores como el textil, automotriz y tecnológico pero que requieren crear un entorno favorable a la inversión extranjera, como mejoras en seguridad jurídica, incentivos fiscales y capacitación laboral. Sin embargo, los flujos de inversión hacia estos países podrían verse disminuidos por el riesgo que enfrentan con la política proteccionista de Trump. En el caso de Colombia, la inversión extranjera se ha dirigido principalmente hacia el sector minero-energético y de manufacturas que podría verse afecta por esta nueva orientación económica. Otra dimensión del proteccionismo de Trump II es el impacto que tiene sobre el marchitamiento de los organismos y acuerdos multilaterales de comercio dando paso a tratados bilaterales que beneficien en lo fundamental a EE. UU. Frente a este panorama para los próximos cuatro años de una política proteccionista, hace necesario que Colombia y América Latina establezcan una política productiva y comercial que se oriente a diversificar tanto su oferta exportadora como los mercados para reducir su dependencia de EE. UU., incluyendo el propio mercado regional. Esto exige retomar a profundidad y de manera sostenible el Programa de Transformación Productiva que fue abandonado cuando apenas comenzaba a dar sus primeros frutos. Así mismo, volverle a darle la orientación con la que fue creado el Mapa Regional de Oportunidades, Maro, hoy convertido simplemente en una ayuda estadística.
Consultor empresarial Jesusvargas.orozco@gmail.com