Miércoles, 04 de Diciembre de 2024

‘Mi personaje transita por el duelo y por la búsqueda de la verdad’

ColombiaEl Tiempo, Colombia 3 de diciembre de 2024

JUAN JOSÉ RÍOS ARBELÁEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO
La historia de Esmeralda (interpretada por Marcela Mar), una mujer que tras vivir una tragedia familiar se obsesiona con desentrañar las verdades que envuelven a La Alameda, la comunidad minera donde vive, es el hilo conductor de la película UNO

JUAN JOSÉ RÍOS ARBELÁEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO
La historia de Esmeralda (interpretada por Marcela Mar), una mujer que tras vivir una tragedia familiar se obsesiona con desentrañar las verdades que envuelven a La Alameda, la comunidad minera donde vive, es el hilo conductor de la película UNO. La ópera prima de Julio César Gaviria es un thriller psicológico y de acción en el que presenta un retrato crudo sobre la minería en Colombia, cuya trama se sostiene sobre el personaje de Mar. "Nos llegó una investigación acerca de la minería de oro, entonces intentamos meter esa temática que no es exclusiva de Colombia, porque pasa en muchos países de Latinoamérica e incluso en África, y fue ahí como las dos cosas empezaron a conversar de una manera perfecta, en mi opinión", comentó. El realizador cuenta con más de 15 años de experiencia en la industria audiovisual como productor y director de cortos, comerciales y videos musicales. Para esta historia se encontró con el reto de crear desde cero el pueblo en el que suceden los hechos. "La Alameda es esa hermosa pero desigual población que retrata la innegable realidad de nuestra Latinoamérica, un pequeño rincón de un país rico en recursos naturales y que naufraga en injusticias, ambiciones y sufrimiento", dijo el director, que tomó como locaciones a El Peñol, Guatapé, Marinilla y Tarazá. La película fue producida por Clover Studios, del también cineasta Simón Brand y su socia Laura Franco, y contó con la participación del diseñador de sonido de las series Game of Thrones, Only Murders in the Building y la película El efecto mariposa, Matthew Waters. Marcela Mar conversó con EL TIEMPO acerca de las exigencias de encarnar a Esmeralda, la mujer que pierde a su familia y termina implicada en una peligrosa intriga dentro del negocio de la minería. Ella considera que ha sido uno de los trabajos más exigentes de su carrera. ¿Qué la hizo aceptar este papel? Me cautivó el hecho de que la voz principal era esta mujer y sentí que era un gran reto y un honor que Julio César pensara en mí. Él me ofreció el personaje dos años antes de empezar a rodar, y yo me sentí honrada de que un guionista como Juliana Ospina hubiera escrito un personaje tan rico y con tanta sustancia. No es usual en nuestra industria encontrar personajes femeninos que lleven esa voz principal de la historia. ¿Cómo fue trasladar el intenso dolor y a la vez la intriga de Esmeralda? Creo que es entender la naturaleza del personaje. Esmeralda es una mujer que cree en la gente, que tiene buenas intenciones. Es una mujer que le apostó a ese matrimonio porque creyó que iba a tener una familia hermosa. Entonces es importante que la inocencia de ella esté porque somos inocentes hasta que descubrimos la verdad. Creo que mi personaje transita por el duelo y por la búsqueda de la verdad. Sin embargo, en esta historia se nos presenta al personaje en ese transito, lo poco que conocemos de su pasado nos llega por memorias, ¿cómo era antes de la tragedia? El trabajo que empecé junto a Victoria Hernández (su coach en el proceso) antes de rodar partía desde ahí, su pasado y la felicidad de la ilusión. Uno se imagina la vida cotidiana de Esmeralda, las cosas que la llevaron a irse a vivir a ese lugar. Eso nos dio pie para pensar que era una mujer que tenía como prioridad a su familia. Creemos que su gran ilusión era ser mamá. Es interesante porque para actuar esa pérdida toca construir el afecto que le antecedió. ¿Cómo lo construyó? Yo me enfoqué en construir un amor muy grande por ese hijo. Para Esmeralda, el centro de su vida era su hijo, entonces lo pude abordar desde ese amor. Para mí fueron muy importantes los encuentros con Pierre Joel, el actor que interpreta al niño, entonces cada ocasión tenía mucha ternura... Yo siempre le llevaba un cuento para buscar relacionarme con él y construir memorias sensoriales que me iban a servir en el momento de actuar esas escenas de pérdida. Era doloroso. En el set lloraron conmigo varios de los chicos que estaban. Por ejemplo, Pablo Gallo (director de fotografía). Es un tipo muy tímido, callado, en el set es un ser muy mágico, y no sabes cómo lloraba y al final me abrazó y me dijo: ‘Marce, lloré contigo, o sea, lloré con Esmeralda toda la película’. ¿Cómo se diferencia este rol de los demás que ha interpretado en televisión y en el teatro? El teatro me ha dado expansión, rigor y rango emocional, pero son medios muy distintos el teatro y el cine. Creo que es muy difícil hacer teatro, pero este proyecto ha sido el más retador de mi carrera audiovisual hasta el momento porque yo tengo que sostener la historia y estoy en todas las escenas. Entonces el compromiso es que ese personaje sea sólido, consistente, creíble y que lleve ese hilo narrativo sin caerse. Aquí la revelación es Julio como director. Juan Pablo y yo ya teníamos experiencia, pero Julio hizo un gran trabajo en la forma de pensar la película y es un director que ama y defiende a los actores y es la revelación del trabajo. ¿Sintieron que la temática de la película los dirigía a un público netamente nacional? Creo que es un tema que abarca a toda Latinoamérica. Además, el hecho de que haya actores que hablen en inglés hace que la película se vuelva internacional. Los países que hablan inglés están retratados de una manera diferente a como estamos acostumbrados a verlos, entonces es interesante ver ese cambio de paradigma. Después de ver la película, ¿qué detalles que no hacían parte de su trabajo la impresionaron? Algunas decisiones de montaje. Es muy interesante porque cuando yo leía el guion sentía que había más drama que thriller, ahora siento que la película es mucho más thriller que de drama y me gusta eso. Es una decisión acertada porque te tiene todo el tiempo en tensión y eso aliviana ese duelo por el que ella pasa. ¿Cuál fue el momento más exigente durante la grabación? La escena en el embalse de Guatapé en el bote. Fue un día muy complejo de rodaje porque estaba lloviendo, hubo tormenta eléctrica, emocionalmente era intenso y había muy poco tiempo. Verlo en pantalla es otra cosa, pero no hagamos spoiler.
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