¿Pobres sin deudas o ricos en el futuro?
Eduardo Behrentz
La iniciativa del Gobierno Nacional de eliminar la figura de banca pública del Icetex, cuyo propósito ha sido la oferta de préstamos blandos para educación superior, es un error histórico
Eduardo Behrentz
La iniciativa del Gobierno Nacional de eliminar la figura de banca pública del Icetex, cuyo propósito ha sido la oferta de préstamos blandos para educación superior, es un error histórico. Aquí presento una historia figurativa que bien puede reflejar la realidad de muchos de los más de cinco millones de colombianos que han mejorado sus vidas gracias a esta institución. Juan es un niño que por la lotería de la cuna nació en una familia de estrato 2 de alguna ciudad intermedia de Colombia. Después de múltiples malabares y esfuerzos, sus padres le consiguieron un cupo en la escuela pública del barrio. No era buena pero era gratis. Allí estudió primaria y secundaria. Fue un estudiante aplicado pero ciertamente no contaba con ese tipo de talentos excepcionales que llenan titulares y se usan como referentes emocionales. Juan es un tipo normal, como la mayoría de los habitantes de esta tierra. Al momento de graduarse, inspirado por la historia del primo genio de la familia, alimentó la ilusión de estudiar ingeniería en la Universidad Nacional. Hizo varios intentos pero nunca estuvo cerca de lograr uno de los 6.000 cupos disponibles para los cerca de 50.000 aplicantes. Aquí le pasó factura la condición deficiente de su escuela secundaria. Juan, como muchos niños de estratos bajos, no fue entrenado en las habilidades intelectuales que se necesitan para salir airoso en un proceso de alta competencia. Y vale la aclaración que la universidad pública de calidad resulta excluyente con los estratos bajos. En dichas entidades lo normal es encontrar jóvenes de estratos medios y medios altos que, a diferencia de Juan, tuvieron acceso a educación básica de mayores estándares. En ese momento de su vida Juan tuvo dos opciones: 1) Optar por una universidad pública de menor calidad en la que si lograra ingresar; 2) Buscar un préstamo para ingresar a una universidad privada de mejor calidad (aunque de menor demanda dada la barrera del precio). Su instinto de superación lo inclinó por la segunda opción, para lo que fue necesario hacer uso de un crédito de largo plazo del Icetex. Juan se graduó, obtuvo un buen trabajo y gracias a su ingreso digno y sostenido logró pagar su obligación con el Estado, además de generar un patrimonio por medio del cual pudo proveer para su familia. En esta historia no cabe la equivocada declaración del Gobierno, según la cual los préstamos del Icetex son una carga injusta y un legado equivocado. Todo lo contrario, dicha "deuda" es en realidad el instrumento para lograr movilidad social. Un resultado muy distinto se lograría si Juan hubiese optado por la opción alterna: estudiar gratis en una universidad de mala calidad. De allí se hubiese graduado sin ninguna deuda, pero también sin las competencias para tener una vida profesional exitosa. Esta es entonces la disyuntiva que nos ofrece el Ministerio de Educación: ¿queremos ser pobres sin deudas o mejor buscamos las herramientas de la riqueza a pesar de estar temporalmente ilíquidos?
Analista.