Jugadores florenses salieron después de la premiación a la gramilla para tomarse fotografías y hacer un recorrido con la copa... En la Liga vieron esto como una provocación.
Cuando parecía que el ambiente ya se había calmado en el Alejandro Morera Soto, Herediano recibió su título 30 y los futbolistas decidieron salir a la gramilla del estadio manudo y empezar a celebrar a lo grande. Los gritos de algarabía florense empezaron a cruzarse con la frustración que se vivía en el camerino local.
Un video de TigoSports captó el momento en el que jugadores como Jonathan Moya y personeros del departamento de prensa, como Rubén Murillo, fueron los primeros en exigir a gritos a la Fuerza Pública que sacaran a los jugadores del Herediano del césped, esto con el fin de no permitirles celebrar en ese lugar.
"Sáquenlos a ellos, ellos no son de aquí", "¡Sáquenlos!", decían con fuerza. Entre tanto grito y discusión, los ánimos se calentaron y un oficial se encaró con el defensor erizo Guillermo Villalobos; de hecho, estuvo cerca de pegarle con el bate que utilizan los uniformados. Esto provocó una reacción de parte de los jugadores. Empujones iban y venían, y en el medio, Alexandre Guimaraes y Celso Borges buscaban llevar calma, pero controlar los ánimos era complejo.
En realidad, entre florenses y manudos no hubo ningún amague de violencia en ese momento, ya que la Fuerza Pública sirvió como barrera de contención para evitarlo. Pero ante la vuelta que sí dieron los rojiamarillos, los manudos sintieron hervir su sangre.
El problema no quedó en un enfrentamiento entre la Liga y la autoridad, porque la policía tuvo que trasladarse a donde estaban los jugadores del Herediano para resguardarlos y evitar que se diera un choque cuando abandonaran el terreno de juego.
De hecho, la administración del Morera Soto apagó las luces del escenario con los jugadores todavía en el campo, lo cual provocó alguna molestia en el plantel campeón nacional.