Conflictos generacionales
Tengo 42 años y, más allá de los cambios físicos, que aún son muy lentos, lo interesante de llegar a esta edad ha sido pensar en los aspectos generacionales de la vida
Tengo 42 años y, más allá de los cambios físicos, que aún son muy lentos, lo interesante de llegar a esta edad ha sido pensar en los aspectos generacionales de la vida. Cuando era veinteañera pensaba mucho en el conflicto de clases, el cual influenció mis decisiones en ese momento. A partir de los treinta, fueron las diferencias de género y de raza las que me marcaron, y, en los cuarenta, las generacionales. Esto no quiere decir que ahora las demás diferencias sean secundarias, lo que significa es que los conflictos generacionales entraron en la ecuación, y me han puesto a reflexionar sobre muchas cosas, en especial dos. La primera, en la que pienso con cierta nostalgia, es que no sabremos cuál será el impacto que tendrán nuestras creaciones artísticas o intelectuales en las futuras generaciones. Nunca sabremos lo que nuestras obras producirán en otras personas. Por esto, uno de mis propósitos para la vida es hacer esos reconocimientos mientras la persona esté en vida, y no esperar a que se muera para honrar su memoria. La segunda es reflexionar sobre los abismos que se van creando entre generaciones. Pienso en lo difícil que ha sido para la generación de nuestros padres lidiar con la nuestra, y, al mismo tiempo, admiro cada vez más las rupturas, muchas veces dolorosas, entre la generación de mis padres y la de mis abuelos. En el libro Los alemanes, el sociólogo Norbert Elias describe muy bien la generación de nuestros padres: la generación de la contracultura y de las experiencias guerrilleras. Después de dos guerras mundiales y de las experiencias del nazismo y fascismo, los jóvenes quisieron adherir a una creencia política diferente a la de sus padres o abuelos. El marxismo fue una de esas creencias, sobre todo su aspecto moral; sin embargo, a diferencia de la clase obrera, los jóvenes de clase media no padecían las mismas penurias económicas. De hecho, en el periodo de posguerra, hubo una mejora de la calidad de vida de gran parte de la población; así como aumentó la esperanza de vida, aumentó el tiempo de entrada al mercado de trabajo, lo cual explica la radicalidad del movimiento estudiantil de esa época, convertido en el espacio de ruptura con las ideas de las generaciones precedentes. En cuanto al uso de la violencia como arma política, los jóvenes de clase media estaban transgrediendo un tabú, así que fue necesario un gran trabajo de reflexión y legitimación teórica para poder justificarla. A pesar de que Elias se refiere al caso europeo, en particular al alemán, en esa época los cambios se difundieron en la mayoría del mundo occidental, y América Latina fue un escenario clave de ese conflicto generacional. Ahora entiendo que puede haber abismos infranqueables entre generaciones porque, a pesar de compartir la condición humana, hay momentos históricos que no compartimos con nuestros padres, ni compartiremos con las futuras generaciones. El feminismo es, actualmente, uno de esos clivajes generacionales. Lo hemos comprobado con la ya famosa expresión "soy un hombre de mi época", usada por hombres que han sido denunciados por acoso sexual o por quienes defienden a hombres acusados de violencia sexual. Pero el clivaje también se manifiesta en las mujeres. Me ha llamado la atención las veces que Florence Thomas y otras mujeres de su generación han manifestado "sentirse perdidas" y "nostálgicas" con respecto a los feminismos actuales. Son estos clivajes generacionales los que hacen que la historia se repita porque las personas mayores nos podrán transmitir las ideas más brillantes, pero es a través de la experiencia como el ser humano aprende. Y, a veces, ni siquiera la experiencia es suficiente, pues en algunos casos repetiremos los mismos errores en nuestras vidas, una y otra vez.
Los abismos infranqueables
Sara Tufano
Son estos clivajes generacionales los que hacen que la historia se repita porque las personas mayores nos podrán transmitir las ideas más brillantes, pero es a través de la experiencia como el ser humano aprende.