Martes, 14 de Enero de 2025

Salario mínimo e inflación

ColombiaEl Tiempo, Colombia 13 de enero de 2025


Mauricio Cabrera Galvis
El aumento del salario mínimo es el malo del paseo en los análisis de los gremios y de muchos economistas


Mauricio Cabrera Galvis
El aumento del salario mínimo es el malo del paseo en los análisis de los gremios y de muchos economistas. Los principales argumentos se repiten todos los años: que presiona la inflación, que fomenta el desempleo y la informalidad o que afecta la competitividad de las empresas. Desde la otra orilla se argumenta que mayores salarios aumentan la capacidad de compra de los trabajadores y, por lo tanto, las ventas y la producción de las empresas, con lo cual se genera más empleo. Como en la economía no hay verdades absolutas, ambos argumentos pueden ser ciertos o falsos, dependiendo de la circunstancias y de la reacción de los demás agentes económicos. En estos debates hay dos hechos que poco se mencionan. El primero es que, aunque se aceptara considerar el trabajo como una mercancía cuyo precio es el salario, por lo cual su aumento lleva a que disminuya la demanda de trabajo y aumente el desempleo, y también se aceptara que el aumento del salario genera inflación, no es factible que tenga los dos efectos al mismo tiempo. Si los mayores salarios se transmiten a los precios, hay inflación pero la relación costo laboral sobre ingresos no se modifica, los empresarios mantienen sus márgenes y no necesitan despedir trabajadores. Por el contrario si el mercado no les permite subir los precios y para mantener sus utilidades necesitaran reducir el costo laboral, podría haber desempleo pero no inflación. Uno u otro, pero no impacto sobre la inflación y el empleo simultáneamente. El segundo hecho es que la subida de los precios no es una consecuencia automática del aumento salarial sino que es una decisión de los empresarios. Así suene a herejía económica, la realidad es que el aumento de la inflación es una decisión de los empleadores, no de los trabajadores. En efecto, la inflación se produce cuando los empresarios, a los que les aumentaron los costos laborales deciden transmitir el mayor costo a sus precios de venta para mantener su margen de ganancia. Podrían no hacerlo y no habría inflación, pero a costa de menores utilidades. La negociación salarial es el mejor ejemplo de lo que Raúl Prebisch llamaba la Pugna Distributiva, es decir la pelea por ver que grupo social se apropia de una mayor tajada del ingreso nacional. Cuando el salario mínimo sube por encima de la inflación, como en los dos últimos años, los trabajadores logran capturar una mayor parte; pero este comportamiento reciente solo compensa un poquito la tendencia de largo plazo de pérdida de participación del salario mínimo en la producción nacional. Un indicador de esta tendencia es la relación entre el salario mínimo y el PIB per cápita. En 1983 el primero equivalía al 79% del segundo, mientras que 40 años después, en el 2022, esta relación se había reducido a 42,2%. En una próxima columna volveré sobre esta tendencia que incide en la gran desigualdad de la sociedad colombiana.
Consultor privado.
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