Sábado, 18 de Enero de 2025

Un Frente distinto

UruguayEl País, Uruguay 18 de enero de 2025

Será interesante ver cómo esta versión del Frente ejercerá el gobierno, qué liderazgo tendrá Yamandú Orsi y cómo se comportará la bancada.

La llegada al gobierno del Frente Amplio, bajo la presidencia de Yamandú Orsi, no será un reenganche con los anteriores 15 años de gobierno frentista. Al igual que ocurrió con el triunfo de Luis Lacalle Pou, este Frente Amplio, su dirigencia y quien fue elegido presidente responden a ese "tiempo de cambio" que analicé en mi libro publicado en 2021, donde sostenía que surgía una nueva generación, diferente a la que estuvo en los primeros puestos desde el retorno democrático, con formas distintas de organizarse, otro lenguaje y otro estilo de liderazgo.

Basta ver al presidente electo. En el libro mencionado decía que ni en sus posturas políticas ni en sus estrategias y objetivos, pero sí en la empatía que generaba con la gente, Yamandú Orsi y Luis Lacalle Pou parecían usar el mismo manual.

Hace dos semanas, ofrecí mi interpretación en la primera de esta serie de notas, sobre qué significaba el triunfo del Frente. Ahora quiero analizar cual es la realidad interna del Frente Amplio. Realidad que lo llevó a plantear la campaña de una determinada manera, a ganar las elecciones y a posicionarse para gobernar.

Tras 15 años de gobierno, el Frente llegó a las elecciones de 2019 desgastado y digiriendo una transición interna. Figuras relevantes desde el retorno democrático se iban yendo en un proceso similar a los otros partidos. Tabaré Vázquez entregó la banda presidencial y a los pocos meses falleció. Danilo Astori pasó a una suerte de retiro con pocas apariciones no siempre escuchadas y en 2024 murió. El tercer pilar del triunvirato, José Mujica, renunció al Senado pero siguió opinando y a veces enojando a sus seguidores. Pese a estar mal de salud, jugó sus piezas para que su elegido, Yamandú Orsi, llegara a las elecciones con fuerte respaldo de su sector, el MPP. Mujica resiste, pero su tiempo ya pasó y eso será más evidente a partir de su conmovedor anuncio.

Por otra parte, si bien surgieron figuras relativamente jóvenes, no parecen dar con la talla. Esto ocurre en todos los partidos: políticos poco sólidos que actúan por reacción y con argumentos previsibles. Pero, en el Frente, esa realidad está agudizada. Un ejemplo es la formación de un gabinete más bien anodino. La otra es ver que en el Parlamento las voces más fuertes son las de Caggiani, Civila, Sabini. Tal vez sean sólidos en las disciplinas en que se formaron, pero no actúan como políticos de fuste. Quizá le hubiera venido bien al Frente más tiempo para decantar su proceso para que emergieran liderazgos de otro nivel. Pero los ritmos políticos tienen sus reglas.

La conformación del Frente fue cambiando. Aquel "partido de coalición", como lo llaman algunos, intentaba mantener un equilibrio entre sus miembros. Eso se fue desdibujando con el tiempo. El ala moderada no marxista prácticamente no existe. A su vez, el Partido Comunista perdió fuerza electoral (nunca la pierde en otros terrenos) y también el Partido Socialista, cuyo peso se volvió casi insignificante. Se fortalece, a su vez, el MPP, partido que promovió a Orsi a la Presidencia.

En su origen, el MPP fue la expresión parlamentaria del MLN, que sigue existiendo con una jefatura desconocida, como una secta secreta, y con esporádicos pronunciamientos siempre extremistas.

No todos los integrantes del MPP son tupamaros, pero sí algunos de los más destacados, al punto que logró que varios ocuparan cargos de relevancia en los gobiernos frentistas: no solo ministros, también un presidente de la República.

Al desdibujarse (al menos en apariencia) el perfil ultra e ideológico del MPP, ganó más votantes. Quien se dice frentista a secas, hoy vota al MPP, que logró que su sector se identificara con un vago sentimiento frentista.

Un flanco complicado es la política exterior. Si bien hay quienes no dudan en decir que lo de Venezuela, Cuba y Nicaragua son dictaduras, lo hacen en voz baja. Otros lo saben, pero con argumentos esquivos (y cínicos). Igual apoyan a esos regímenes. Y están los que los defienden con desembozada dureza antidemocrática.

Queda por último ver qué rol jugará un Pit-Cnt que contaminó y casi copó al Frente, pero que tras su derrota en el plebiscito jubilatorio surge aún más desprestigiado.

El Frente Amplio de hoy es muy distinto al conocido hasta ahora, más allá de que hubo cambios a lo largo de estos años. Si bien hay nombres que se repiten con los de los pasados gobiernos, no estamos hablando de lo mismo.

Será interesante ver cómo esta versión del Frente ejercerá el gobierno, qué liderazgo tendrá Yamandú Orsi y cómo se comportará la bancada. Como no pasó (y debieron hacerlo) con Lacalle Pou y la Coalición, periodistas y politólogos tendrán que "reprogramarse" para entender que en algunas cosas, no todas, este será un gobierno diferente a los otros que ejerció el Frente. Si no se ajustan, seguirán repitiendo lugares comunes poco vinculados a los hechos. Como se vio en estos cinco años.
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