Lunes, 20 de Enero de 2025

Acciones frente al chocorazo

ColombiaEl Tiempo, Colombia 19 de enero de 2025

Nadie duda que en Venezuela se vivió un chocorazo

Nadie duda que en Venezuela se vivió un chocorazo. Mientras la valiente María Corina Machado publicó el 85 % de las actas de escrutinio que daban por ganadora a la oposición, ninguna autoridad venezolana mostró las actas que acreditaran el triunfo del chavismo. De allí que en Occidente no se reconozca a Maduro como jefe de Estado, incluidos sus amigos vergonzantes, la Sheinbaum, Lula da Silva y Petro. Junto a la comunidad internacional, Colombia debe reclamar con vehemencia la vigencia del orden constitucional en el país vecino. Pero ello será imposible con nuestra meliflua diplomacia, que llegó al extremo de no acompañar la decisión de la OEA de rechazar la ilícita posesión del usurpador. Hay que ser conscientes de que la prolongación del régimen chavista constituye una amenaza real para nuestra seguridad nacional y un desafío humanitario, por los problemas migratorios que la situación apareja. La política internacional de Colombia no puede seguir sosteniéndose sobre una premisa pusilánime de convivencia pragmática, mientras la dirigencia venezolana facilita su territorio a la guerrilla colombiana, les da amparo a sus comandantes y construye con ellos alianzas desestabilizadoras, producto de una vieja relación que surgió desde cuando las Farc le aportaron a Chávez, en la cárcel, 100 millones de pesos y, más tarde, financiaron su gobierno con una donación de 300 millones de dólares, lo cual consta en los computadores de ‘Raúl Reyes’. La perversa relación entre la insurgencia colombiana y el Gobierno vecino no puede tolerarse, menos frente a una dictadura que puede obrar sin ley ni control que le impidan avanzar en su perfidia. Venezuela no puede seguir siendo un santuario para la guerrilla. Aunque anecdótico, pero muy diciente sobre la seguridad de que gozan los comandantes en ese país, es ilustrativo el último mensaje del ‘Mono Jojoy’ al secretariado, en el que le informaba, en medio de su grave diabetes, de su retiro "al salto Ángel, la cascada más alta de Venezuela donde pueda trabajar un poco con más dedicación y [...] sin tantos y constantes operativos". En los computadores incautados por el Ejército existe un histórico trazo documental acerca del grado de connivencia de la desestabilizadora relación entre el chavismo y la guerrilla colombiana, que ha tenido un delicado componente de suministro de material de guerra. En los ordenadores de ‘Jojoy’, que se obtuvieron en la operación Sodoma, hay correspondencia con el secretariado de las Farc, en la que se da cuenta, por ejemplo, del alistamiento de "una fuerza de 1.500 para avanzar sobre esa frontera a recibir los armamentos y ponerlos a funcionar con base en una idea que dio el camarada Manuel", a partir de la adquisición de "fusiles y municiones por medio de los camaradas Timo e Iván". Allí se prueba igualmente el libre tránsito de rebeldes en territorio venezolano e inclusive la existencia de estructuras militares en ese país, para actuar sobre Colombia. Es copiosa la documentación que demuestra la actividad guerrillera de alias Grannobles sobre "un personal que está al mando de él en Venezuela" y otros muchos comandantes. No puede ocultarse que ha existido un diálogo político entre la insurgencia y el Gobierno venezolano, inclusive a nivel presidencial, para hablar de "nuestro proyecto político-militar", según la correspondencia de las Farc, que buscó en algún momento que fueran reconocidas como una fuerza beligerante, para afectar la unidad nacional. Y, por supuesto, todo esto ocurrió en medio de una sociedad ilícita para traficar droga, que involucró al Gobierno venezolano, al Cartel de los Soles y a las Farc, como lo develó el fiscal general de Estados Unidos en el 2020. Llama poderosamente la atención que solo ahora se hable del tema en Colombia, cuando fue noticia mundial hace cinco años. Será necesaria más diplomacia para protegernos de los vínculos entre los grupos al margen de la ley y la tiranía venezolana. Pero no suficiente. Para la paz de Colombia es imperativo que nuestra justicia devele este entramado, porque la impunidad alimenta estos oscuros lazos. Taponazo. Los nuevos integrantes de la Constitucional y el Emisor no constituyen un desafío institucional. ¡No alimentemos el terrorismo especulativo!
Develar el entramado
Néstor Humberto Martínez Neira
Hay que ser conscientes de que la prolongación del régimen chavista constituye una amenaza real para nuestra seguridad nacional y un desafío humanitario, por los problemas migratorios.
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