OPINIÓN

Por Elsa GalarzaProfesora e investigadora de la Universidad del Pacífico

El agua es un recurso esencial cuya escasez se ha convertido en una preocupación creciente en el Perú. A pesar de contar con abundantes fuentes hídricas en algunas regiones, muchas zonas del país enfrentan graves crisis de abastecimiento. Entre las principales causas de esta situación destacan la mala gestión del recurso, la contaminación de fuentes hídricas, el crecimiento poblacional y el cambio climático.

Un ejemplo reciente y alarmante de esta crisis se encuentra en Piura, donde la represa Poechos, principal fuente de agua para la región, alcanzó niveles críticos de almacenamiento. En su punto más bajo, llegó a almacenar menos del 2% de su capacidad total debido a sequías prolongadas, poniendo en riesgo el acceso al agua potable y afectando gravemente la agricultura local. Esto ha tenido un impacto negativo en la economía de miles de familias que dependen de estos cultivos.

Más allá de la crisis en Piura, el problema de escasez de agua en el Perú es consecuencia de una gestión fragmentada e ineficaz. La falta de coordinación entre diversas instituciones y niveles de gobierno ha impedido una respuesta efectiva. Como resultado, decisiones cruciales, como el mantenimiento y modernización de la infraestructura hidráulica y la inversión en soluciones naturales han sido postergadas durante años. La gobernanza del agua necesita un enfoque integral que contemple la gestión por cuencas, considerando las necesidades de todos los usuarios y la preservación de los ecosistemas.

Para enfrentar esta crisis de manera sostenible, es imprescindible adoptar estrategias basadas en la eficiencia y la conservación. La modernización de la infraestructura hídrica, la implementación de sistemas de riego eficiente y el uso responsable del agua en la industria y los hogares son medidas claves. Además, la protección y restauración de ecosistemas que regulan el ciclo del agua, como bosques y humedales, deben ser prioritarias para garantizar la disponibilidad del recurso a largo plazo.

El cambio climático es un factor determinante en la crisis hídrica, con sequías prolongadas y alteraciones en los patrones de lluvia. En este contexto, es fundamental fortalecer la investigación y el monitoreo del recurso hídrico para anticipar y mitigar sus impactos. Asimismo, la educación y sensibilización de la población sobre el uso responsable del agua son esenciales para fomentar una cultura de conservación y sostenibilidad.

La escasez de agua seguirá siendo un problema recurrente en el Perú, por lo que es urgente que se establezca una política de Estado que otorgue a la gestión del agua la relevancia que merece para la economía nacional. Solo con un enfoque integral y sostenido en el tiempo podremos garantizar un manejo adecuado del recurso hídrico en beneficio de la población, de la producción agrícola y del desarrollo del país.

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