Martes, 11 de Febrero de 2025

El mercado de trabajo y la violencia y la prostitución

UruguayEl País, Uruguay 10 de febrero de 2025

Dar simplemente transferencias monetarias a las mujeres en situación de explotación, no las saca de la prostitución.

Perder el trabajo aumenta el riesgo de violencia doméstica, y los subsidios por desempleo no logran bajar esa violencia. Más aún: cuando se termina el seguro de desempleo, la violencia aumenta aún más. ¿Y el mercado laboral, cómo se relaciona con la prostitución? Otorgar a las mujeres explotadas por la prostitución incentivos a trabajar en otros sectores de la economía, aumenta el trabajo de esas mujeres en otros sectores, bajan las horas que dedican a la prostitución, y sus ingresos globales aumentan. En cambio, dar simplemente transferencias monetarias no las saca de la prostitución.

Cuánta violencia doméstica

Una de cada tres mujeres señala haber sufrido violencia doméstica en algún momento de su vida. Así comienza su reciente investigación Paolo Pinotti (economista de Bocconi University) y sus colegas. Estudian cómo inciden los shocks económicos en ese tipo de violencia en Brasil. Emplean datos provenientes de casos judiciales del período 2009-2018. Intentan responder tres preguntas. Primero, si el hombre pierde el trabajo, ¿esto impacta en la violencia doméstica contra la mujer? Segundo, si la mujer pierde trabajo, ¿esto aumenta la violencia que el hombre ejerce contra ella? Tercero, los subsidios por desempleo, ¿atenúan los problemas de violencia doméstica?

Encuentran que, si el hombre pierde el trabajo, aumenta 32% la violencia doméstica contra la mujer. Si la mujer pierde el trabajo, aumenta 56% la violencia doméstica contra la mujer. Y estos impactos negativos persisten durante varios años.

Poco dinero y demasiado tiempo juntos

¿Por qué si cualquiera de los cónyuges pierde el empleo aumenta la violencia contra la mujer? Por dos razones, que se pueden resumir en "efecto ingreso" y "efecto contacto".

Primero, efecto ingreso. Consiste en que, si alguno de los dos pierde su empleo, se produce una pérdida importante y persistente de los ingresos del hogar, y esto reduce el poder de comprar los bienes (alimentos, ropa, servicios médicos, etc.) que necesitan. Aumenta así el estrés y los conflictos entre la pareja.


Segundo, efecto contacto. Perder el trabajo significa que van a estar más tiempos en casa, interactuando con el otro cónyuge en momentos donde hay un especial estrés por haber perdido el trabajo. Es lo mismo que la literatura científica ha encontrado en otros contextos: las noches, los feriados y los fines de semana aumenta la violencia doméstica porque los cónyuges pasan mucho tiempo juntos y, en medio de una situación de estrés como es la pérdida del trabajo, cualquier chispa puede encender episodios importantes de violencia.

Los subsidios por desempleo no resuelven todo el problema El seguro de desempleo otorga a quien fue trabajador un ingreso considerable por un tiempo. De esta manera, el hogar no se vería afectado por el "efecto ingreso" que contábamos más arriba, que gatillaba la violencia por carencia de medios para comprar los bienes necesarios para las personas y el hogar.

Pero el subsidio por desempleo no soluciona el desafío de que la pareja permanezca demasiado tiempo junta en medio de un estrés provocado por saber que el subsidio por desempleo se va a acabar. Y los problemas se agravan cuando se termina el subsidio por desempleo. Plan piloto para mujeres en el mercado de la prostitución Hay unas 52 millones personas en el mundo que ejercen la prostitución en un mercado que genera 180 mil millones de dólares al año. Ruchi Mahadeshwar (Brown University) y Alex Zhou (University of Warwick) implementan un programa en Camboya para ayudar a las mujeres que ejercen la prostitución. Hacen un experimento de campo para estudiar si dar mejores oportunidades laborales a mujeres que ejercen la prostitución tiene algún efecto sobre las horas que dedican a la prostitución y las horas que dedican a otros trabajos.

Para esto, invitan a participar del estudio a 600 mujeres en Camboya -son mujeres que ejercen la prostitución y que tienen además otro trabajo. Al azar, a algunas de estas mujeres les ofrecen incentivos para hacer otro trabajo (en concreto, para trabajar de encuestadoras), a otras les ofrecen una transferencia monetaria incondicional (sería como un subsidio por ser población vulnerable), y a otras nada.

Encuentran que, a las mujeres que les ofrecieron incentivos para trabajar de encuestadoras, realmente trabajaron en ese nuevo trabajo, disminuyeron las horas dedicadas a la prostitución, y aumentaron sus ingresos totales.

En cambio, las mujeres a las que se les regaló dinero, no cambiaron su conducta de trabajo: siguieron dedicando a la prostitución las mismas horas que antes.

Falsos preconceptos

Hasta hoy se creía que intentar reducir el mercado de la prostitución iba a terminar pegando negativamente en la posibilidad de generar ingresos por parte de estas mujeres en condiciones de vulnerabilidad. Pero los investigadores de Brown y Warwick demuestran que se puede reducir el mercado de la prostitución sin castigar a la mujer.

El descubrimiento de que las mujeres que ejercen la prostitución están dispuestas a cambiar de trabajo si tienen una mejor opción es bien novedoso en la literatura científica: hasta el momento se pensaba que la oferta de horas dedicadas a la prostitución no reaccionaba frente a cambios en los ingresos que puedan ganar trabajando en otros sectores. Ahora, gracias estas recientes investigaciones, sabemos que tener la posibilidad de un trabajo alternativo hace que las mujeres abandonen la prostitución.

Se observa el rol clave que juega la generación de empleo genuino.

En cambio, los subsidios y transferencias monetarias no logran compensar las pérdidas que genera en la persona no tener un trabajo digno.
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