Lunes, 24 de Febrero de 2025

Omar Paganini: "Lacalle Pou deja a Uruguay con un prestigio internacional innegable"

UruguayEl País, Uruguay 24 de febrero de 2025

El canciller saliente dijo a El País que "nadie puede decir" que el gobierno "no intentó de varias formas modernizar las relaciones internacionales en términos de conseguir más mercados y abrirlos".

A menos de una semana de dejar el Palacio Santos en las manos de Mario Lubetkin, el canciller Omar Paganini hace una evaluación optimista de la política exterior de Luis Lacalle Pou, que deja, a su entender, "un prestigio internacional innegable".

En entrevista con El País, dijo, entre otras cosas, que el mandatario nacionalista llevó adelante "una voz reconocida en el continente", y que además dejó al "un país bien administrado". Sobre la decisión de frenar las invitaciones a Venezuela, Cuba y Nicaragua que había cursado el gobierno electo para el 1° de marzo, el canciller afirmó que no recibió "ningún mensaje" como reclamo de parte del equipo de Yamandú Orsi.

-¿Qué deja la gestión de Lacalle Pou en política internacional, a menos de una semana del cambio de gobierno?

-Deja una política internacional independiente del Uruguay, comprometida con los derechos humanos y comprometida con la apertura del país al mundo. Creo que nadie puede decir que no se intentó de varias formas modernizar las relaciones internacionales del Uruguay en términos de conseguir más mercados y abrirlos, incluso modernizar el Mercosur pidiendo su sinceramiento y su flexibilidad. Y después, como logros concretos, hay por un lado acceso a muchos mercados, y por otro un prestigio internacional innegable, además de los avances vinculados al acuerdo de la Unión Europea y Mercosur, que creo que son un hito muy valioso que por supuesto hay que continuar para que termine concretándose.

-Ese prestigio internacional innegable que dice, ¿lo atribuye como consecuencia directa de la política exterior de en este período?

-Es en función de la presidencia de Lacalle Pou en general; dejó un país bien administrado, un país donde impera una democracia plena, un país con prestigio en la región que además ha recibido inversión, que ha recibido gente, inmigración de forma abierta y un país fiel a su tradición democrática y un líder que ha tenido una voz reconocida en el continente.

-El Frente Amplio ha dicho en más una oportunidad que la expedición del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset podía haber impactado en la imagen del país. ¿Para usted no tuvo incidencia ese episodio?

-No, ninguna.

-Uno de las grandes objetivos que se persiguió en esta administración fue el Tratado de Libre Comercio con China, que al final no se concretó. ¿Cree que hubo un apresuramiento en su momento al anunciarlo como algo que estaba más cerca de lo que al final estuvo?

-Creo que parecía que estaba cerca. De hecho, no había pasado antes y no ha pasado mucho en la región que China empezara un estudio de factibilidad y lo completara, y en los países donde eso pasó después hubo un tratado. O sea, creo que la voluntad de hacerlo estaba; después el contexto cambió y eventualmente la situación se enfrió.


-¿Lo ve viable a mediano o largo plazo?

-Como nosotros siempre dijimos, si se puede con el Mercosur mejor. Por eso llamamos al diálogo Mercosur-China en el pasado semestre, cuando tuvimos la Presidencia Pro Témpore. Pero en el contexto mundial en el que estamos ahora los tratados de libre comercio tienen mucho más consecuencias geopolíticas, y hay que entender bien cómo es que terminan alineándose las potencias para saber si van a estar dispuestas a hacer este tipo de acuerdos o no. Estamos justamente en un momento muy fluido donde hay mucha volatilidad y muchos cambios.

-Hablando de esa volatilidad, ¿le preocupa este radical viraje de la política exterior en Estados Unidos con las intempestivas decisiones de Donald Trump en temas migratorios, arancelarios o incluso en la intervención de los grandes conflictos bélicos actuales?

-A todo el mundo le preocupa. Hay que ver al final qué es lo que se concreta. Porque han habido muchas declaraciones, pero en concreto todavía no hay tantos hechos. Sí nos preocupan algunas cosas vinculadas con la guerra de Ucrania. Porque no hay ninguna duda de que Rusia fue la agresora y la que comenzó la ocupación o el intento de ocupación de Ucrania y de algunas zonas de Ucrania, y Uruguay ha sido claro de que esa no es la forma de resolver los conflictos que a nosotros nos interesa. Uruguay cree en la solución pacífica de controversias, no cree en las acciones unilaterales y mucho menos las ofensivas. Y tampoco tiene sentido pensar en negociar la paz sin la presencia de Ucrania sobre la mesa; o sea que eso nos preocupa.
-Ahora, si Trump concretara algunas de esas acciones, ¿podría embretar a Uruguay al momento de definir posturas en un escenario cuya complejidad hace acordar a la Guerra Fría?

-¿Guerra Fría por qué? ¿Cuáles serían los dos bloques ahora? Me parece que no hay dudas de que estamos en un mundo mucho más multipolar, donde también está China, que no es nada menor dentro de este escenario, y donde está Europa ahora menos alineada con Estados Unidos, lo que generó que la alianza atlántica ahora sea más débil. Entonces en esta multipolaridad Uruguay debe mantener su independencia de política exterior lo más que pueda y llevarse bien todo lo que pueda con las distintas potencias, defendiendo sus principios y valores que siempre fue lo que nos ha posicionado, pese a nuestro menor peso relativo, con un gran prestigio en el contexto internacional.



-El escándalo en que se vio inmerso Javier Milei con la criptomoneda $LIBRAy la eventual inestabilidad del gobierno argentino en que como consecuencia ha caído, ¿puede impactar de alguna manera en Uruguay?

-Hay que esperar que los hechos se desarrollen. No voy a calificar el episodio que involucra a un presidente argentino en un tema privado. Que puede generar inestabilidades políticas en Argentina es indudable, pero me parece que también, desde el punto de vista general de la relación con Uruguay, no habría ningún tipo de afectación, en la medida en que Argentina se está estabilizando económicamente, está logrando recuperar un nivel de crecimiento, la inflación está bajo control, la relación bilateral con Uruguay es muy buena y el flujo comercial se ha normalizado al igual que el turismo.


-Luego de que Lacalle Pou bloqueara las invitaciones que cursó el gobierno electo a Venezuela, Cuba y Nicaragua, ¿hubo algún reclamo de parte de Yamandú Orsi o se aceptó con beneplácito la decisión?

-Yo no recibí ningún mensaje.

-¿Por qué hubo tanto énfasis de Uruguay en el seguimiento de los acontecimientos políticos en Venezuela? Desde el Frente Amplio se ha remarcado ese aspecto y cuestionado que no se criticaran los mismos problemas en otros países, como por ejemplo China y su régimen político.

-A ver, varias cosas. Primero, con Venezuela nos ata la Carta Democrática Interamericana, los acuerdos del Mercosur, donde ambos países y todos los participantes nos comprometimos a defender la democracia y a mantener la tutela entre nosotros para que los regímenes sean democráticos. No es así con otros países que, además, nunca tuvieron democracias. y nosotros también entendemos que estratégicamente la democracia es algo muy importante en la región. Segundo: en la medida en que uno tiene democracia, tiene reglas legales funcionando, tiene estabilidad y nuestras poblaciones viven mejor y además atrae inversión, nos distingue de otras regiones del mundo y nos permite además conversar con regiones con las que compartimos estos valores, como puede ser Europa. En tercer lugar: la inestabilidad política que sucede en Venezuela impacta a todo el continente; o sea, no solo es un problema de democracia, también es un problema de seguridad continental: se han expulsado ocho millones de personas a la región, con todo lo que implica el desplazamiento de esa cantidad de gente. Pero sobre todo nos preocupa porque el pueblo venezolano tiene una tradición democrática muy fuerte, y que en su momento nos ayudó cuando Uruguay estaba en dictadura, y muchas veces no se recuerda eso.
-Cree que el gobierno que viene puede tener en cambio gestos de acercamiento con Venezuela, sobre todo a partir de algunos pronunciamientos públicos, por ejemplo el del designado ministro de Trabajo, Juan Castillo, que considera que es legítima la presidencia de Nicolás Maduro?

-La verdad que no entiendo cómo Castillo ha dicho eso, creo que no hay nadie que diga eso ya en el mundo, salvo los regímenes iguales a Venezuela, como Cuba o Nicaragua. No sé todavía que opina el nuevo canciller al respecto (N.d.r: Mario Lubetkin). Así que no me animo a adelantar posición sobre qué van a hacer ellos. Sí escuché algunas declaraciones del presidente electo diciendo que había que buscar un mecanismo de diálogo; me parece que cada gobierno tiene su libertad para hacer esto, pero francamente creo que si algo demostró el régimen es que no tiene voluntad de diálogo de ningún tipo. Y es más, nuestras cartas preguntando por el uruguayo desaparecido, sobre lo que tenemos todo el derecho del mundo a reclamar, no fueron ni siquiera respondidas.

-¿Sobre Fabián Buglione, precisamente, no han surgido novedades, aunque sean extraoficiales, más allá de lo que se conoció hace unos días, de que estaba vivo y en prisión?

-No, eso es lo que se sabe: está en una cárcel en Venezuela y además forma parte de la lista por la cual el gobierno norteamericano también está haciendo averiguaciones, porque cuando se liberaron los seis ciudadanos de ese país, fruto de la conversación que tuvo el gobierno de Trump con Maduro, en la lista que se difundió estaba Buglione, que es uruguayo pero que tiene la green card. O sea que confirmamos por lo menos que, aunque sea por vías informales, la persona está viva y de alguna manera no es un desaparecido; es uno que está detenido de manera ilegal en Venezuela.

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