Liliana de Riz: "Milei cree que la libertad es hacer lo que uno quiere y se beneficia de un sistema político roto"
"La Argentina viene habituada a ciclos de escándalos que son naturalizados", advierte la investigadora Liliana De Riz
En un país habituado a naturalizar los escándalos, es difícil pronosticar el impacto electoral del caso $LIBRA , que golpeó de lleno en la línea de navegación del gobierno de Javier Milei
"La Argentina viene habituada a ciclos de escándalos que son naturalizados", advierte la investigadora Liliana De Riz
En un país habituado a naturalizar los escándalos, es difícil pronosticar el impacto electoral del caso $LIBRA , que golpeó de lleno en la línea de navegación del gobierno de Javier Milei. La socióloga e investigadora Liliana De Riz percibe que hay conciencia de que se trató de una estafa y de un escándalo.
"A muchos no les gusta Milei, ni su iracundia, ni su grosería, ni su hermana, pero enfrente no hay nadie. Una vez que uno empieza a atravesar el desierto, es mejor seguir adelante porque no puede parar en el medio sin morirse de sed", reflexionó la reconocida intelectual en una entrevista con LA NACION.
"El Presidente no tiene restricciones e ignora las instituciones. Cree que la libertad es hacer lo que uno quiere y se beneficia de un sistema político roto", explicó la doctora en Sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de la Universidad de París e investigadora superior del Conicet. Está convencida de que la sociedad es más sensata que su dirigencia.
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Referente internacional en el análisis de las políticas públicas, De Riz coordinó los Informes de Desarrollo Humano de la Argentina encomendados por las Naciones Unidas en 2002 y en 2005. Ahora viene de examinar la gestión de Milei desde el primer día. En las próximas semanas saldrá a la luz su flamante libro: "Laboratorio político Milei. El primer año en el sillón de Rivadavia" (Planeta), que define como "una descripción de la Argentina fracturada y la forma de gobierno del presidente libertario.
-¿Qué significado tiene el caso de $LIBRA, con el involucramiento del presidente Milei?
-La Argentina viene habituada a ciclos de escándalos que son naturalizados. Lo inesperado e imprevisible acontece, como ocurrió en los 90 con el Swiftgate . La historia no se repite, pero enseña. Hay un hábito de enfrentar lo inesperado, de que las cosas no sucedan como están previstas. Después de dos décadas de cleptocracia kirchnerista, la capacidad de asombro disminuye. Esto no le quita gravedad al episodio de $LIBRA, que es un escandalete mayor. "Es un escándalo, sin duda, y la mayoría cree que fue una estafa", asegura Liliana De Riz
-¿Qué consecuencias se pueden esperar?
-No podría dimensionar hoy la magnitud de las consecuencias. La sociedad es más sensata que su dirigencia y encuestas recientes señalan que la mayoría reconoce que esto fue una estafa, incluso entre partidarios de La Libertad Avanza. El Presidente no tiene restricciones e ignora las instituciones: cree que la libertad es hacer lo que uno quiere. Al mismo tiempo que hay conciencia de que esto fue un escándalo, es posible que la sociedad diga que estamos en un Vía Crucis, lo tenemos que atravesar, Milei tiene que llegar a buen puerto y reordenar la economía. A muchos no les gusta Milei, ni su iracundia, ni su grosería, ni su hermana, pero enfrente no hay nadie. Y, una vez que uno empieza a atravesar el desierto, mejor seguir adelante porque no se puede parar en el medio sin morirse de sed.
Después de dos décadas de cleptocracia kirchnerista, la capacidad de asombro disminuye. Esto no le quita gravedad al episodio de $LIBRA, que es un escandalete mayor
-¿El escándalo es el precio que hay que pagar para superar la crisis?
-Es la imagen bíblica que trajo Milei. Es un escándalo, sin duda, y la mayoría cree que fue una estafa. Pero, al mismo tiempo, Milei hace lo que otro no se atrevió y mientras baje la inflación, se ordene la economía, mientras uno no salga a la calle y le atraviese un piquete, mucha gente se queda con Milei porque enfrente no hay nadie. Es penoso, pero es así.
-El Congreso frenó la creación de una comisión investigadora, pero la oposición, en especial el kirchnerismo, ya toma el tema como bandera.
-Sí, pero está tan deslegitimado… Que el kirchnerismo empiece a levantar banderas éticas hoy es una burla. La gente no es tonta y lo sabe. Es una demanda devaluada. Lo inconcebible es que los propios firmantes del dictamen para la creación de la comisión investigadora, como el senador radical Eduardo Vischi, terminen diciendo que no la aprueban. Los gobernadores han decidido que no van a investigar nada. El problema es en el exterior.
-¿Cómo puede repercutir la investigación judicial en Estados Unidos?
-La investigación va a avanzar, porque hay una trampa mortal. Milei le dijo a Jonatan Viale que él actuó como ciudadano en su cuenta personal. Pero el periodista le dije que no, que es presidente las 24 horas. Por eso intervino Santiago Caputo. Al difundir el Presidente la criptomoneda y publicar el link de algo que manifiestamente es una estafa hecha por improvisados y de lo cual parece que se venía hablando antes, es el Estado argentino el comprometido. Vamos a volver a enfrentar juicios en el exterior, al estilo Axel Kicillof en el caso YPF. Es un escandalete inquietante. "El impacto puede ser limitado, pero no sabemos cuántos cisnes negros pueden ocurrir hasta las elecciones", observa la socióloga e investigadora Liliana De Riz
-¿Este escándalo tendrá impacto en la elección de octubre?
-El impacto puede ser limitado, pero no sabemos cuántos cisnes negros pueden ocurrir hasta las elecciones. La gente tiene la idea de que por más loco que sea este personaje hay que atravesar el desierto. Las excentricidades de MIlei no tienen nada de original, si uno piensa que Donald Trump se permite decir que Volodimir Zelenski es un dictador y Elon Musk le dice que es un asesino de periodistas. Las cosas que el trumpismo trajo son de un calibre como la dimensión desconocida. Milei es un outsider del siglo XXI. Puede decir las cosas que dice y, sin embargo, la gente lo vota. Cuando la oposición no ofrece una alternativa las personas votan seguro. Y, aunque no les guste, van a seguir votando a Milei. Al suspender las PASO y aprobar la lista única, le dio un golpe a la UCR.
-¿Los casos de corrupción no tienen incidencia en las elecciones?
-La gente se mueve mucho por cómo le va el bolsillo. A eso se suma la paz social, haber destapado el negocio de los administradores de la pobreza. Son cosas muy grosas, la sociedad está muy indignada y el kirchnerismo tiene un nivel de descaro para el robo, que al final de la historia la gente dice: "Pero esa señora levantaba $35 millones en una jubilación y $6 millones por un domicilio en el sur que no lo era". Un despropósito sideral, en un país donde los jubilados cobran $300.000.
-¿Por qué estas cosas suceden en la Argentina?
-La Argentina tiene una institucionalidad muy endeble. Venimos de un siglo XX en el que a partir de 1930, como decía Tulio Halperín Donghi, las reglas que no les gustan a los poderosos se suspenden, se anulan o se ignoran. Tuvimos un siglo XX de gran inestabilidad política con el retorno de militares que trataban de ordenar. Llegó la democracia, entramos al siglo XXI, con cambios tan profundos -sociedades de redes, el atentado a las Torres, la crisis de 2008, la pandemia-, que los parámetros de evaluación son otros.
-¿Es negativo el estilo de gobierno de Milei, con el "triángulo de hierro" que forma con su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo?
-El Presidente no tiene idea de la administración pública. Tiene muy pocos funcionarios idóneos, como Federico Sturzenegger, Luis Caputo, Guillermo Francos. Son excepciones. Quedaron funcionarios del antiguo régimen. El criterio de la obediencia debida en la administración pública es una cosa anacrónica, que cuando lo lleva a la Cancillería se vuelve escandaloso. Maneja la administración como un coto de caza privado, sin criterios de idoneidad y meritocracia, y la amenaza de la guillotina y ejecución para el que se corta solo. Ese lenguaje revolucionario, muy Robespierre y de guillotina, es todo lo contrario de la libertad. Cuando uno está contra el Estado está contra la libertad, porque el único garante de la libertad es el Estado de Derecho. Para la reconocida investigadora, la suspensión de las PASO "es una puñalada trapera a la oposición".
-El escándalo de las criptomonedas puso en el centro de la escena a los tres actores principales: los hermanos Miley y Santiago Caputo. ¿Qué impacto puede tener en el manejo del Gobierno?
-El Presidente tiene un relato y esto funciona bien mientras el liderazgo y el relato no son cuestionados. Pero cuando el relato choca con la realidad aparece la figura de que el rey está desnudo.
-¿Son convincentes las explicaciones del Presidente?
-A la gente no le convence nada porque la mayoría piensa que fue una estafa y que la principal implicada es Karina.
-¿Le sorprende el tipo de personajes que han ingresado a la Casa Rosada?
-Si no nos sorprendemos de las figuras que encarnan Milei y su hermana, nada se puede esperar. Karina Milei tiene competencias múltiples y es representante en el exterior de los intereses comerciales de la Argentina. Tiene la lapicera y es la jefa de una nueva fuerza política que está armada a la manera de Perón: un partido creado desde el Estado. Javier Milei es un extraordinario peronista. No tiene ningún principio que no le venga bien. No tiene empacho en las contradicciones.
-¿La suspensión de las PASO favorece al Gobierno?
-Claro, porque es una puñalada trapera a la oposición. Las PASO son un mecanismo por el cual compiten los pretendidos liderazgos para armar una ´coalición. Mal compiten, porque la desgracia de la competencia interna en Juntos por el Cambio nos costó el fracaso de esa fuerza y la llegada de Milei. Si no hay un mecanismo para discutir liderazgos, no se puede armar una coalición. A eso hay que sumarle la lista única de papel, que le quita poder a los partidos y es una puerta abierta para que cualquier estrella de cine avance.
-¿Mauricio Macri es uno de los más perjudicados por esta reforma electoral?
-Lo perjudica mucho. Aunque algunos piensan que este escándalo de Milei los va a ayudar a que puedan hacer un acuerdo para enfrentar a Kicillof en la provincia de Buenos Aires. A Patricia Bullrich le va bien en las encuestas, pero creo que muchos del electorado de Cambiemos están muy enojado con ella.
-¿Por qué?
-Lo único que hizo la interna de Juntos por el Cambio fue convertir esta fuerza política en la segunda marca de Milei. Se torpedeó una alternativa de centro y todavía no queda claro cómo una candidata presidencial se convirtió al día siguiente de la elección en ministra de su oponente.
-¿El kirchnerismo se beneficiará si este escándalo produce una caída en la imagen del Presidente?
-Cristina Kirchner puede aspirar a eso y más, ya la conocemos. Pero está obturando la renovación del peronismo y, de alguna manera, el peronismo se lo va a cobrar. Si hay gente que no soporta a Cristina son los peronistas.
-Pero no se animan a enfrentarla.
-No hay alguien que tenga la espalda para oponerse. Ya no es la que fue, muchos la desafían, su imagen está gastada.
-¿Kicillof no aspira a encabezar esa renovación en el PJ?
-Si Cristina Kirchner no lo bendice, tendrá que competir para sucederla. Pero Kicillof hasta ahora ha sido ambiguo. Tal vez apele a desdoblar la elección, lo que le daría una ventaja. Pero hay que ver si tiene estatura política y claridad de metas para enfrentarla.