Infecciones y lesiones deportivas encabezan las consultas en Urgencia en edad escolar
Con el regreso a clases hay un alza de las visitas de los menores a los centros médicos, reconocen expertos de diferentes clínicas de la capital. Aunque hay causas recurrentes, algunas son más frecuentes según la edad de los niños. Acá, los expertos entregan los detalles para estar alerta.
La vuelta al colegio también trae un aumento de las atenciones de urgencia en niños y adolescentes, advierten los médicos. "En parte, porque los escolares están más expuestos a situaciones de riesgo, como juegos en los recreos o actividades deportivas", comenta Pamela Urbina, enfermera jefa de Urgencia Escolar en Clínica Alemana.
Vanessa Aguilera, jefa de Urgencias de Clínica Indisa Maipú, confirma: "El incremento en el número de consultas asociadas al ingreso escolar es estadísticamente significativo". Según datos de la Urgencia Pediátrica de ese centro, mientras en febrero de 2024 se realizaron 734 atenciones, al mes siguiente (marzo) la cifra aumentó a 1.170.
Asimismo, las atenciones de tipo traumatológico, por esguinces o fracturas, por ejemplo, casi se duplicaron: pasaron de 102 a 199 en igual período.
La gran mayoría de las consultas "están relacionadas con accidentes en recreos y actividades deportivas en clases de Educación Física", cuenta Francisco Marino, jefe del Servicio de Urgencia y Rescate de Clínica Las Condes. En menor porcentaje, agrega, están los casos que ocurren en el trayecto y que suelen asociarse a accidentes de tránsito (atropellos o caídas en bicicleta/patines/ scooters ).
A continuación, especialistas en el tema describen los principales motivos de consulta de urgencia, según la edad de los menores
Prebásica y básica
En niños preescolares, las infecciones respiratorias son uno de los factores habituales por los que llegan a Urgencia, comenta Natalia Vidal, urgencióloga de Clínica Dávila Vespucio. "Suelen estar más expuestos a bacterias y cuadros virales, que pueden causar problemas gastrointestinales o respiratorios".
Vómitos, diarrea y dolor abdominal suelen alertar sobre trastornos digestivos, en ocasiones también asociados a intoxicaciones por un mal lavado de manos o consumo de alimentos en mal estado. "La gastroenteritis aguda es típica, cuando comparten alimentos o se pierde la cadena de frío", cuenta Aguilera.
Entre las infecciones respiratorias, predominan "bronquitis y crisis asmáticas, sobre todo en otoño e invierno, donde hay una mayor circulación viral", precisa Marino.
Si bien muchas veces estas enfermedades son leves y cursan sin complicaciones, en ocasiones se requiere de una oportuna revisión médica, sobre todo si se observa "dificultad para respirar o ruido al respirar", dice Marino.
Con menor frecuencia, pero no menos importante, hay niños que llegan a Urgencia debido a reacciones alérgicas, ya sea de tipo alimentaria, como por picaduras de insectos. "Hay que evitar que ocurra una anafilaxia, una reacción alérgica que desencadena un cuadro más grave", advierte Vidal. Entre los signos de alarma está la taquicardia, adquirir un color rojo en la cara, hinchazón o dificultad para respirar.
Síntomas similares puede provocar una obstrucción de la vía aérea, en particular en los más chicos, "debido a frutos secos u objetos pequeños" que se introducen en la boca, alerta Marino. Por ello, se aconseja no darles frutos secos enteros a niños menores de 7 años.
A mayor edad, en escolares de básica, los traumatismos por caídas o golpes son, por lejos, el principal motivo de consulta de Urgencia. "Se producen lesiones, contusiones o fracturas (de tobillo, rodilla u hombro, principalmente) por actividades deportivas o jugando en los recreos", comenta Urbina. Asociado a las mismas actividades, pueden producirse heridas erosivas o cortantes, que requieren atención.
Enseñanza media
Al igual que entre los alumnos de básica, en estudiantes de secundaria son las lesiones deportivas la principal razón para que lleguen a Urgencia, debido a "esguinces, fracturas y contusiones, asociados a actividad física más intensa, especialmente deportes de contacto", explica Marino.
Los especialistas precisan que los traumatismos, en todas las edades, ocurren con mayor frecuencia en varones, debido a conductas más temerarias y juegos que en ocasiones son más bruscos.
En este grupo también es frecuente que acudan por trastornos del ánimo, comenta Marino, como "ansiedad y episodios de desregulación emocional, así como también situaciones relacionadas con bullying ".
Estas situaciones, al igual que el estrés, "pueden causar crisis de pánico en los adolescentes, que requieren de atención de urgencia", complementa Urbina.
Hasta los 15 años se atienden en Urgencia pediátrica, sobre esa edad -alumnos de 3º y 4º medio-, son atendidos en Urgencia de adultos. Es en este grupo de jóvenes, precisa Urbina, entre quienes se pueden ver casos de consulta por abuso de sustancias, aunque en menor medida, y accidentes derivados de su consumo.
Por último, otra causa de consulta de urgencia es por descompensaciones metabólicas, agrega Marino. Por ejemplo, hipoglicemias en adolescentes con diabetes o trastornos alimentarios. Urbina complementa: "Los niños y adolescentes con patologías crónicas, como epilepsia o diabetes, deben cumplir con sus tratamientos y medicamentos de uso frecuente para evitar problemas".
Cuándo irMantener la calma, no traspasar la ansiedad y contener a los niños son medidas básicas cuando se requiere ir a un servicio de Urgencia, dicen los expertos. También es clave saber cuándo acudir. "Según la causa del accidente y de la condición del paciente, hay banderas rojas o signos de alarma", dice Marino. Por ejemplo, en caso de golpes en la cabeza, hay que ir si hay vómitos, convulsiones, movimientos anormales o dolor de cabeza. Fracturas, luxaciones y heridas abiertas también requieren de atención inmediata, al igual si "hay deformidad en la zona lesionada, aumento de volumen y/o dolor inmanejable en casa con medicamentos de uso habitual", precisa Urbina.
En caso de patologías respiratorias, la dificultad para respirar, ruido al respirar o dolor torácico son signos de alerta. Lo mismo ocurre si el paciente no respira o no responde, en caso de desmayos; o ante cualquier compromiso de conciencia del estado general.