"La no izquierda en Uruguay"
Dr
Dr. César Eduardo Fontana | Montevideo
@|El pasado miércoles 5 de marzo, en la Sección Ecos, se publicó una carta muy interesante de un lector, el Sr. Juan Pedro Arocena, bajo el título de "La no izquierda en Uruguay", que es claramente compartible dejando de lado su afirmación de que la no izquierda viene agonizando desde la elección de 1966, lo que yo trasladaría a la elección de 1985; dado que resulta imposible obviar la excepcional votación en favor del Sr. Jorge Pacheco Areco de 1971, por más que fuera de manera individual y no por el régimen vigente entonces, lo que no opaca la tendencia popular de apoyo.
Pero dejando de lado este aspecto puntual hay en su misiva aspectos brillantes al subrayar como más trascendente, a mi juicio, la pérdida de la identidad ya que además, detrás de ella viene la mística.
La izquierda tiene su identidad, la no izquierda carece de ella. Y ese punto es crucial porque las elecciones, al menos en nuestro país, tienen un sustrato emotivo que no es posible ignorar, bastando para demostrarlo por ejemplo que no debe existir ningún blanco como hueso' e bagual que no lleve en su termo una imagen de Aparicio Saravia, resultando chocante entonces que la fórmula nacionalista llevara como candidata a la Vicepresidencia de la República el pasado año, a una persona absolutamente ajena a sus tradiciones y a su gente, independientemente de si en lo personal era buena, regular o deficiente.
La identidad de algo se expresa visualmente además por sus signos externos, entre los cuales el más notorio es una bandera. Por algo desde un equipo de fútbol hasta los ejércitos- al menos antiguamente - hacen y hacían ostentación de su pabellón.
¿Qué bandera o qué símbolo va a exhibir la Coalición Republicana en los tres departamentos en los que concurrirá como lema político formal? Que se sepa al menos, no lo hay.
La identidad, en consecuencia, comprende muchas cosas y es necesario tenerla y hacer muy buen uso de ella.
Naturalmente no lo es todo, pero debe comenzarse por ella para pensar y reconocerse como algo propio y diverso de lo demás. Debe comprenderse que no todo es lo mismo y esto es trascendental sentirlo hacia dentro y hacerlo conocer hacia afuera.