Domingo, 23 de Marzo de 2025

¿Sigo en esta junta?

ColombiaEl Tiempo, Colombia 13 de marzo de 2025


Carlos Téllez
La rotación de los miembros de una junta directiva es reconocida como una buena práctica por distintas razones


Carlos Téllez
La rotación de los miembros de una junta directiva es reconocida como una buena práctica por distintas razones. Algunos integrantes del directorio pierden progresivamente su interés, otros simplemente se van quedando atrás respecto a las necesidades de la empresa y a la evolución de su estrategia. Así mismo, algunas relaciones se deterioran, aparecen conflictos de interés o simplemente la edad hace agudo su llamado al retiro. Por encima de estas consideraciones, casuísticas algunas, la clave es contar con un directorio comprometido y en el cual están disponibles las competencias y capacidades claves para orientar la empresa y acompañar con pertinencia al equipo gerencial. Los miembros que permanecen, y los que llegan, deben cumplir esa premisa al margen del tiempo que lleven en el directorio o de lo que motivó la partida de los relevados. Un reto que con frecuencia enfrentan las asambleas de accionistas, las juntas directivas, y las familias empresarias, es la rotación de miembros del directorio, aun cuando sea evidente la necesidad de hacerlo. Políticas establecidas tanto en estatutos y acuerdos de accionistas como en protocolos de familia, la evasión del conflicto para preservar alguna suerte de armonía, y la falta de evidencia sólida que demuestre la necesidad de un cambio, contribuyen a preservar la inercia que priva a la junta de refrescar su dinámica y perspectiva. Un ejercicio que contribuye a legitimar esta rotación, al poner en evidencia aquellos miembros cuyo ciclo en el directorio está cumplido, es la evaluación de la junta directiva. Si bien es una práctica aun poco extendida en nuestro medio, es una herramienta valiosa que ayuda tanto al directorio como a las asambleas de accionistas y familias empresarias a fortalecer la junta directiva y a cuidar su composición. Otro ejercicio al que invito a miembros de las juntas a las que asesoro es la autoevaluación individual para responder este interrogante: ¿Debo seguir en esta junta? Y para motivar esa reflexión, estas son algunas preguntas útiles: ¿Mi perfil esta alineado con las necesidades actuales de la junta y de la empresa? ¿Tengo el tiempo suficiente para dedicar a esta responsabilidad? ¿Mis aportes son relevantes y mi relación con los otros miembros es adecuada? ¿Ser miembro de esta junta es una experiencia positiva y enriquecedora para mí? ¿Alguien más podría ejercer este rol mucho mejor que yo? Desde mi experiencia, recomiendo ampliamente este ejercicio a los miembros de junta patrimoniales en empresas familiares. Una reflexión personal honesta y pragmática, poniendo los intereses de la empresa por encima de los propios, puede llevarlos a proponer su propio relevo en la junta, lo cual, de ser pertinente, directorio y accionistas agradecerán.
carlos@carlostellez.co
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