En el comienzo de su gestión al frente del elenco, Onaindia habla de sus intenciones para estos tres años de gestión, cuál es la narrativa de su programación y cómo ve la cultura uruguaya
El nuevo director de la
Comedia Nacional,
José Miguel Onaindia es un argentino que vive hace 14 años en Uruguay y tiene una larga carrera rioplatense como gestor cultural (un término que no le gusta mucho), incluyendo desafíos como la Dirección Artística del Sodre y el Instituto del Cine argentino. Al frente de la Comedia, Onaindia, que es buen conversador y un militante del poder del arte, sustituye a Gabriel Calderón, de quien se dice cercano aunque impondrá en su gestión una impronta personal. Algo ya se ve en sus primeros estrenos que incluirán un Dulce pájaro de juventud de Tennessee Williams con Enzo Vogrincic.
¿Hay una continuidad entre su gestión y la de Gabriel Calderón?Sí. Cuando asumo un cargo así, nunca me gusta adoptar una actitud fundacional, porque uno continúa una tarea. Y eso, aunque -no es este el caso- haya que imprimirle una impronta muy distinta. Integré el Consejo Artístico de la Comedia durante la gestión de Gabriel, a quien admiro profundamente como creador y con quien siento una gran empatía como persona.
¿Qué aspectos va a mantener?-La Comedia debe responder a las expectativas de un sector del público que espera obras de repertorio. Eso sigue siendo convocante en el mundo y no es incompatible con apostar por nuevas dramaturgias, nuevos directores y experiencias innovadoras. Habrá algunos proyectos que saldrán del arquetipo tradicional de la representación.
¿Ese tipo de búsquedas responde a una inquietud artística o a la necesidad de atraer nuevos públicos?Ambas cosas. Me interesa que la Comedia acompañe un proceso de renovación estética, pero que, al mismo tiempo, estos nuevos lenguajes permitan llegar a un público más amplio que no se siente atraído por Tennessee Williams o García Lorca.
¿Entonces hay un público para conquistar?Sí, y es enorme. Me preocupa que nos hemos conformado -y no hablo solo de la Comedia- con tener un público reducido. Hemos perdido espectadores potenciales, cuyo obstáculo no es el precio de la entrada, sino una barrera cultural, fronteras que son más prejuicios que cuestiones económicas. Después de la pandemia, la vida social en las grandes ciudades ha cambiado mucho y el teatro, no solo en Montevideo sino en toda Latinoamérica, no se ha aggiornado.
¿En qué sentido?Por ejemplo, no se ha reflexionado sobre si los horarios de las funciones son atractivos. Es fundamental ampliar el número de presentaciones. Estoy conversando con los directores de la Sala Verdi y del Solís para evaluar la posibilidad de programar funciones matinales los miércoles o jueves y ver qué público podemos alcanzar. También quiero estrechar el vínculo con el ámbito educativo. Hay una desconexión con la Universidad y el mundo académico, y me interesa generar experiencias específicas para el público universitario, buscando nuevas formas de acercamiento.
Uno de los términos recurrentes en la escena cultural es la descentralización. ¿Ese proceso ha funcionado?Sí, porque acerca el teatro a un público que difícilmente asistiría a una sala céntrica, no por razones económicas, sino porque cree que comprar entradas es complicado o más costoso de lo que realmente es, o porque desconoce la cantidad de promociones disponibles. También hay quienes sienten que el teatro exige un determinado código de vestimenta. Por eso, cuando el espectáculo se acerca a los barrios, al menos se puede despertar la emoción estética y el interés por asistir luego al Centro. Las salas descentralizadas están muy bien equipadas, y estoy considerando estrenar una obra primero en los barrios y luego llevarla al Solís o la Verdi.
¿Hacia dónde apunta su proyecto artístico?Queremos hacer hincapié en la construcción de universos narrativos, armando una temporada que, aunque diversa, refleje una intención común.
Todos pájaros aborda un conflicto existencial con referencias a un contexto social y político. Estrenaremos Dulce pájaro de juventud, una obra de principios de los años 60 que también trata la pérdida de la juventud.
Carne viva, de Denise Despeyroux, explora problemas sociales con un humor contemporáneo y exacerbado. Me interesa comunicar estos temas porque, si centramos la difusión solo en autores y directores, nos dirigimos exclusivamente al círculo teatral. En cambio, si planteamos una programación atractiva por los temas que aborda, podemos llegar a más público. Todo esto, sin renunciar al rigor estético ni a la excelencia, una palabra que reivindico, aunque hoy no esté de moda
La Comedia ha incursionado en obras populares como Esperando la carroza. ¿Es una línea a explorar?-Discrepo ideológicamente con la dicotomía entre "popular" y de elite. Es un concepto del siglo pasado. En una sociedad de masas como la actual, es difícil definir qué es popular, porque existen múltiples formas de expresión. Un espectáculo que en principio parece poco convocante puede sorprender con su éxito, mientras que otro que se presume exitoso puede no funcionar. Este año, vamos a rendir homenaje a Florencio Sánchez por su 150.º aniversario. Montaremos una versión de Los derechos de la salud y posiblemente rescatemos sus sainetes, poniéndolos en diálogo con las nuevas migraciones. Quizás eso pueda considerarse teatro popular.
-Hace 14 años vive en Uruguay. ¿Cómo percibe la evolución del mundo cultural?Creo que es necesario repensar la estructura del sistema cultural. Hay cosas que fueron muy positivas hace algunos años, pero que hoy requieren revisión. Fondos, sistemas de financiamiento. Los presupuestos son demasiado bajos para un país donde la cultura no solo tiene un valor simbólico, sino también económico. La nueva directora de Cultura, María Eugenia Vidal, lo mencionó y yo insisto en ello: para desarrollar una actividad cultural de impacto, se necesitan presupuestos adecuados y estables, que no cambien con cada administración. Cuando llegué en 2012, había una gran efervescencia cultural, con políticas de fortalecimiento de las artes y la creación de salas descentralizadas. Luego vino la pandemia y hoy debemos replantearnos los modelos de gestión.
Su tarea parece ser a la vez desafiante y abrumadora. ¿Cómo la vive?-Quienes dirigimos instituciones culturales no solo administramos presupuestos y equipos humanos, también debemos pensar. Somos el puente entre los artistas y la comunidad, los que podemos facilitar el diálogo entre los lenguajes estéticos y la sociedad. Siempre me ha preocupado que el arte llegue a la mayor cantidad de personas posible. El arte transforma la vida. Quienes lo disfrutamos le debemos mucho, y me gustaría que más personas descubrieran que podrían vivir de manera más plena gracias a las instituciones artísticas.
Lo que hay y lo que viene
Este viernes 28 es el preestreno del segundo título de la "administración Onaindia": Dulce pájaro de la juventud, la obra que Tennessee Williams estrenó en 1959 y que tuvo versión en cine conPaulNewman y Elizabeth Taylor (que mañana se exhibe enCinemateca). La versión, que tendrá su estreno oficial el 4 de abril, que dirige el argentino Alejandro Tantanian y en el elenco tiene una participación especial Enzo Vogrincic, el protagonista de La sociedad de la nieve. Actualmente la Comedia Nacional tiene en cartel Carne viva de la uruguaya Denise Despeyroux con dirección de André Hübener (en Sala Verdi de jueves a domingo hasta el 27 de abril) y Todos pájaros de Wajdi Mouawad con dirección de Roxana Blanco (de jueves a domingo en la Zavala Muniz).