El reconocido realizador, guionista y productor argentino habla de "La cena de los tontos", la comedia que tiene grandes figuras en su elenco, su estilo y los "sapos" de su carrera.
Es argentino, responsable de éxitos en cine como Inseparables, Elsa & Fred, Corazón de León, Granizo yGoyo. También de telenovelas y series como Esperanza mía, Herederos de una venganza, 099 Central, Padre coraje, Las estrellas y una variedad de títulos que se han vuelto clásicos. Marcos Carnevale, el guionista, productor y realizador nacido en Corrientes que soñaba con ser director de cine siendo niño, también se ha animado a dirigir teatro.
La semana pasada estrenó la comedia La cena de los tontos, en Teatro El Nacional de calle Corrientes, que protagonizan Martín Bossi, Laurita Fernández y Mike Amigorena y tiene funciones de jueves a domingo y seguro que es parte del programa de muchos turistas uruguayos, aunque el cambio ya no convenga tanto.
En una charla telefónica con El País, Carnevale habla de esta comedia, el proyecto que lo llevará a Hollywood y también los "sapos" que ha tenido en su imponente carrera.
Sos conocido como director de cine y televisión, aunque también has incursionado en el teatro. ¿Cómo te sentís moviéndote en esos ámbitos? Es un juego que me encanta. Venía haciendo mucho cine y mis amigos Guillermo Francella y Adrián Suar me contaron de esta obra que habían hecho hace tiempo. Luego apareció otro amigo, Martín Bossi, y no me pude negar. Me divirtió mucho la idea de volver a trabajar en teatro. Hacía rato que quería trabajar con un esquema más acotado, porque el cine es un monstruo gigantesco. También quería estar en contacto con los actores todos los días. Eso es genial. Además, la obra es una pieza preciosa, un clásico del teatro francés. Trabajamos muchísimo, porque es muy exigente, pero creo que llegamos a buen puerto.
Sabés que la comedia tiene un timing muy preciso. Sí, por eso digo que la comedia más que para actores es para músicos, porque hay que saber mucho de ritmo, de timing, de tempo. Y esta obra es tremenda, muy intensa, porque cada siete segundos hay un gag. No descansás. Es el crossfit de la comedia.
Por suerte tenés un elenco que te levanta todas las pesas y hace los ejercicios. Sí, tengo atletas recontra entrenados.
¿Cómo fue revisitar este clásico francés para darle una impronta nueva? Siento que, a lo largo de todo lo que he hecho, logré una impronta personal. Sé que tengo un estilo muy propio y que cualquier proyecto en el que me involucro lo impregno con eso. No me preocupa darle una personalidad porque no me considero un director neutro. Además, existen dos películas, la francesa y la estadounidense, y múltiples versiones teatrales, incluyendo la de Adrián y Guillermo en Argentina. Me sirven como referencia para ver los aciertos y evitar los errores.
La obra original se desarrolla en los años ochenta, ¿se mantiene esa ambientación? No, la adaptamos al 2025. La original tenía la mirada y la tecnología de aquella época. Se usaban teléfonos fijos, y en nuestra versión hay celulares y Alexa. También cambió la mirada sobre la mujer y el abordaje del bullying, así que modificamos muchas cosas. Eso hace que sea una versión muy distinta y propia.
¿Habías trabajado con los tres protagonistas? Con todos, menos con Mike. Lo conocía del ambiente, pero nunca habíamos trabajado juntos. Me resultó sumamente interesante porque tiene una coloratura muy personal, y empatizamos divinamente. También me gustó el desafío de transformar a Martín, que está acostumbrado al showman y a romper la cuarta pared, en un actor de texto que interactúa con otro sin dirigirse al público. Con Laura ya habíamos trabajado en dos películas y una serie. Es infinita: canta, baila, es acróbata, actriz, conductora, hace drama, comedia... Es todo lo que quieras.
Además de esta obra de teatro, tenés una filmografía muy conocida, y uno de tus títulos, Corazón de León, se va a hacer en Hollywood con Woody Harrelson como protagonista. Sí, es algo muy reciente. Compraron los derechos hace un par de años y ahora se está concretando la idea de filmarla el próximo año. Me ofrecieron dirigirla, así que imaginate, estoy feliz. Me voy para Hollywood a dirigir en inglés.
¿Era el sueño del pibe llegar a Hollywood? No. Mi sueño era hacer una película, y ya me pasé 54 pueblos. Desde que tengo memoria quise ser director de cine. Nací en un pueblito de Córdoba y era muy difícil salir de ahí para venir a la ciudad y hacer cine. No sabía si lo lograría alguna vez, y cuando lo hice, sentí que había cumplido mi sueño. Me siento muy afortunado. También fui muy intuitivo, porque desde chico, aunque todos me decían "estás loco", "es imposible", "te vas a morir de hambre", yo sentía que podía lograrlo. Y se dio.
Y esa intuición te ha generado muchos éxitos. No todo, tengo mis sapos también. Tengo algunas películas fallidas que quiero igual, porque fui feliz haciéndolas. Es verdad que el balance general es más positivo que negativo, pero he tenido mis fallas.
¿Y cuál sería un fallido feliz? Mi primera película (Noche de ronda, 1997), porque no la vio nadie. Me quedé endeudado dos años con la casa hipotecada, filmando publicidad para pagar las deudas. Pero la amo porque me posibilitó estar hoy acá.
Después hiciste dupla exitosa con Suar en televisión, en Pol-Ka. Sí, con el "Chueco" hicimos grandes éxitos en televisión, pero también algunos fracasos terribles. Aunque cuando los ideábamos, éramos felices.
Es lo ingrato de la profesión, horas pensando, meses filmando una serie o película y la gente no la ve. Así es. Podés invertir millones en una película y que la reciba la sala vacía y te querés matar. Pero eso es un veneno, porque a los dos meses te recuperaste y volvés a jugártela. Y puede pasar lo mismo, o no. Tuve la suerte de tener más aplausos que abucheos, pero cuando te abuchean, es duro.
¿Cómo se sobrevive a un abucheo? No hay fórmula. Se supera. Lloras un rato y te vas olvidando de a poco. No hay que caer en la boludez del: "se aprende del fracaso". Yo prefiero aprender del éxito. Prefiero aprender de lo que funciona, no de lo que no funciona. Porque es consuelo de tontos.
¿Filmar en Uruguay sigue pendiente? Sí. Hice comerciales en Uruguay, pero me debo una ficción allá. Tengo muchas ganas. Me atrae mucho Uruguay, es uno de mis países favoritos, porque los uruguayos son uno de mis humanos favoritos en este planeta. De verdad lo digo. Me parece que ustedes son como Londres en castellano. Son muy educados, calmos y nosotros somos como los yanquis hablando en español: más alocados y caóticos.