María Elena Pérez: la actriz y docente uruguaya que fue premiada en Málaga y quiere ser una chica Almodóvar

"La verdad es que todavía no caigo. Nunca me lo esperé en la vida", dice María Elena Pérez. Es el lunes 24 de marzo y está sentada en el auditorio del Instituto Juan XXIII, donde enseña en bachillerato artístico y acaba de recibir un homenaje. El viernes 21, la actriz uruguaya ganó el premio a Mejor Actriz de Reparto en el Festival de Cine de Málaga por Perros, la ópera prima de Gerardo Minutti. Tres días después, todavía le cuesta asimilarlo.

Comenzó a hacer teatro en Durazno, algo que sostuvo hasta que su familia se mudó a Montevideo. En 1991 egresó de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) y, desde entonces, fue parte de obras teatrales como Juego de damas crueles, El vampiro en el Jockey, Bette Davis, ¿estás ahí?, Sala de profesores y El tiempo sin libros; participó en películas como Una forma de bailar y Otra historia del mundo; y en series como Todos detrás de Momo y Barrabravas.


Pérez vio por primera vez la película de Minutti, donde comparte elenco con Noelia Campo y Marcelo Subiotto, recién cuando estuvo en Málaga. Paseó por la alfombra roja, habló con la prensa española e incluso se postuló para ser "chica Almodóvar". La proyección de Perros fue el martes 18 de marzo. El jueves por la noche tomó el vuelo de regreso a Montevideo para retomar sus compromisos laborales, y el viernes la llamaron para darle una noticia impensada. "Me hubiera encantado estar, pero era imposible pensar en la posibilidad de ser premiada en Málaga", dice Pérez a El País.

"Nosotros fuimos al Festival de Málaga con la película, lo que ya era un montón, porque llevó casi 10 años poder filmarla. Hace 10 años hicimos el teaser con Néstor Guzzini, ya sabíamos que íbamos a ser la pareja. Después vino la pandemia y se demoró, y en 2024, a esta altura del año, se terminó de filmar", cuenta. "Es una película, como todo lo que pasa acá, hecha con mucho esfuerzo. Así que el hecho de que la hubieran seleccionado para concursar en Málaga ya era un premio, y que me invitaran a ir, otro".

En charla con El País, María Elena Pérez comenta que haber participado en proyectos elogiados como Bette Davis, ¿estás ahí? y El tiempo sin libros, que ganó un Florencio a mejor elenco, se debe a años y años de entender el oficio. "Eso me ha hecho ser más selectiva con las cosas que realmente me interesan hacer. También he tenido suerte, y estoy feliz, contenta, esperando que esto abra posibilidades de trabajo", dice.

"Porque esa es la meta. La meta de todo esto, de cualquier premio, festival y la mar en coche, es más trabajo. Porque es lo que no abunda", agrega.

Hija de un ingeniero agrónomo y una ama de casa, madre de un psicólogo y de una cantante (Isabel Lenoir), Pérez se siente "muy privilegiada" de haber encontrado temprano su pasión. "No tenía plan B, nunca hubo otra cosa que me moviera. No tenía una familia relacionada con el arte y, sin embargo, apareció esto y no se fue más".

Esta es parte de su charla con El País.

Estuviste en Una forma de bailar, que junto a Pepita la Pistolera es una de las primeras películas uruguayas.
También estuve en Pepita la pistolera (se ríe).

¿Todos los proyectos que has hecho en cine demoran tanto en desarrollarse como Perros?
Con Rambleras también fueron muchos años. Es que cuesta porque sale plata, y nunca hay plata. Ha habido un progreso enorme en la cantidad de posibilidades, y la pandemia nos ayudó, porque estábamos en un momento y, por decisiones del gobierno, mucha gente vino a filmar acá. Eso también hizo que se conocieran actores, actrices y técnicos. He tenido muchas participaciones en varias series argentinas que se han venido a filmar.

¿Y entonces, cuál es la sensación que te deja recibir un premio así?
En el homenaje que me hicieron mis alumnos, yo les decía que la sensación es que se puede, que en Uruguay también se pueden hacer cosas y que pueden ser reconocidas en el mundo. Sobre Perros, de lo que más se habló en Málaga fue del nivel actoral. Les llamaba la atención los actores, porque es una película que está muy basada en la actuación. Y Tato (Minutti), el director, hizo un muy buen trabajo de casting y en la dirección de actores, lo que no abunda. Los cuatro estuvimos muy contenidos en ese sentido.

Filmaron en cuatro semanas. ¿Hubo mucho ensayo previo?
Sí, hicimos un proceso de ensayo que estuvo bueno porque, como su nombre indica, trabajamos con perros, y fue todo un desafíos. Había dos entrenadores de perros, muy capos, y durante los ensayos, para conocernos más, salíamos a pasearlos por el barrio. También tuvimos un buen tiempo en la locación, en esas dos casas donde se desarrolla la película. Eso estuvo bueno porque pudimos apropiarnos de nuestros espacios.

Tu rol como docente de actores comienza en los años noventa.
Sí, tengo una carrera docente muy larga que culminará en la EMAD. También tengo un estudio, y la docencia me ha nutrido mucho como actriz, porque en el diálogo entre alumno y profesor uno va aprendiendo muchas cosas. Además, me ha permitido vivir de mi oficio; si no, tendría que estar trabajando, no sé, de secretaria. Siempre pude estar muy cercana al oficio, y eso está buenísimo. Y tengo una familia que siempre me apoyó.

¿Qué le ves a un alumno para decir: "se puede dedicar a la actuación"?
El interés. Hay algo en eso, cuando uno plantea las cosas, la manera en que miran y escuchan, y después cómo se mandan al espacio físico, al salón. Tengo el ojo afinado, porque ya son 35 años. También soy muy de apuntalar, de decir: "vos tendrías que hacer esto", y a veces les da un poco de miedo, al comienzo.

Además de estos títulos en cine, teatro y televisión, ¿hay algún proyecto en el que te hubiera gustado estar, como La sociedad de la nieve?
Estuve en La sociedad de la nieve, después de muchísimos castings. Era la madre de Numa Turcatti, o sea, la madre del protagonista. Fueron muchos ensayos, muchas pruebas de vestuario para un solo día de rodaje con una escena muy emotiva. Llegué a ver las escenas, porque tuve que hacer el doblaje, y unos días previos al estreno me avisaron que toda esa parte se había sacado de la película. Cuando se estrenó, con toda la movida que se generó, me decía: "Pah, lo que me perdí".

¿Ahora tenés algún proyecto en teatro?
Mirá, estoy trabajando en el turno nocturno de la EMAD y tuve que rechazar algunos proyectos que me habían planteado. Y como estoy siendo muy selectiva, tengo un proyecto de un monólogo que vengo arrastrando hace un tiempo con Ignacio Tamaño, que el año pasado hizo La Sapo. Me había planteado trabajar sobre un monólogo, vamos a ver. Nos presentamos a unos fondos, a ver si salen. Nunca hice monólogo. Tengo ganas del desafío que, si sale, sería para el segundo semestre.

¿Y hasta entonces qué hacés?
El lunes hice un casting, ahora tengo el rodaje de una peli que se empezó a filmar hace pocos días, y después tengo un corto para filmar en Semana de Turismo. Me gusta trabajar, me llama gente que recién empieza y siempre que puedo doy una mano.

Volviendo al festival, ¿te encontraste con algún famoso, tal vez con Antonio Banderas que es local?
A Antonio Banderas no lo vi. Pero sí, me crucé con un montón de actores, varios de series conocidas. Y le dejé un mensaje a Pedro Almodóvar.

¿Cómo fue eso?
En una nota, antes del cierre, nos preguntaron a quién teníamos como referencia del cine español o con quién nos gustaría trabajar, y le dije: "Pedro, si me estás escuchando, llámame". Cuando suene el teléfono, te aviso.