Miércoles, 21 de Mayo de 2025

Lumiére Bistró Bistromanía

ChileEl Mercurio, Chile 4 de abril de 2025

EN FRANCIA, cuna del pomposo y asaz ridículo término "gastronomía", se habla hoy de "bistronomía", debido a la calidad verdaderamente excelsa de la cocina de sus bistrots

EN FRANCIA, cuna del pomposo y asaz ridículo término "gastronomía", se habla hoy de "bistronomía", debido a la calidad verdaderamente excelsa de la cocina de sus bistrots . Bistronomía es menos engolado que gastronomía, por cierto; y entre nosotros, donde son poquísimos quienes captan su sentido, aparece, en su lugar, una "bistromanía" consistente en creer que, con llamar bistró a un restaurante, no hace falta más para largarse a gozar de esa aura francesa que, desde mediados del siglo XIX, es el desiderátum de muchos "restauradores".
Lumière, partiendo por el aspecto exterior, tiene poco de bistró. Lo propio de uno verdadero es ofrecer platos de la cocina llamada canalla, estupenda alianza de lo popular, lo sabroso, lo familiar, lo sencillo, pero no chapucero. En suma, es lo que ofrece en Chile una buena "picá". Y no es que no tengamos aquí ejemplos de buenos bistrós franceses, donde se puede comer excelentes lentejas con chancho o guatitas a la moda de Caen o aligot. Para qué hablar de las picás buenas entre nosotros: patitas de chancho, queso de cabeza, cazuelas, budín de pan y otros platos que tienen su equivalente exacto (o casi) en las Galias.
En el bistró visitado, en cambio, hemos encontrado pocos platos típicos de bistró. Dos de ellos: unos choritos con papas fritas, muy buenos (aunque lo primero que nos salió fue una desubicada cholga), con su caldito aderezado con crema, y un boeuf bourguignon en que el cocinero cometió graves pecados: uso de cebollitas perla en escabeche (si no se las tiene frescas, no se haga el plato, para no arruinarlo); conspicua ausencia de trozos de tocino; total falta de sabor a vino (la salsa fue demasiado espesa, sin asomo de aroma a vino: recomendable, para evitarlo, agregar vino fresco unos quince minutos antes de terminarse la cocción, para reanimarlo), y una carne mal elegida, cortada en trozos grandes, que resultaron secos, impenetrables a los aromas (es buena idea usar para este plato sobrecostilla, corte grasosito que rara vez se seca).
Un punto a favor es la brevedad de la carta; pero, en contra, la mala calidad de algunos de sus ítems: en la tortilla de papas con chorizo, las papas estaban insuficientemente cocidas, casi sin cebolla, con pocos huevos, y el chorizo... !seco, pulverizado y espolvoreado por encima¡ En la merluza con habas y jamón, el punto de cocción del pescado fue el justo; pero las habas, demasiado maduras, casi sin jamón. La tarte Tatin fue lo menos Tatin que nos ha tocado comer jamás (informarse de en qué consiste esta tarta); a la crême brulée le faltó azúcar. Para desquitarnos, pedimos un flan de la casa: bueno, gracias al cielo. Y el más soso jugo de mango de la vida.
Restaurante recién abierto. Si corrige la concepción y ejecución de algunos platos, le auguramos buen futuro. Ánimo; no todo sale bien a la primera.
Puerta del Sol 19, Las Condes.
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