Con cuatro etapas por delante, la carrera sigue abierta y hay una guerra entre brasileños y venezolanos en la punta que los locales van a intentar aprovechar, cuando el desgaste haga mella.
Enviado Carmelo Primero el corte de la llegada a Paysandú y después la doble etapa de la contrarreloj, definitivamente depuraron la general individual, dejando un selecto grupo de no más de cinco corredores que todavía siguen vivos en la batalla por el título de la edición 80 de la Vuelta Ciclista.
Es real que nunca se deben descartar los batacazos como el que ocurrió el año pasado en la misma etapa a Mercedes, cuando por evitar responsabilidades los líderes dejaron ir una escapada que sacó 11 minutos y puso patas arriba la clasificación, pero esta vez parece que los extranjeros no tienen intenciones de escatimar esfuerzos y van a controlar el pelotón mientras sigan en los primeros lugares.
Tanto es así que camino a Carmelo se dio una pintoresca situación con el líder Swift Pro Cycling, João Pedro Rossi, que incluso vestido con la malla oro bajó hasta la cola del pelotón para buscar avituallamiento para sus compañeros, se cargó de caramañolas y comida en todos los bolsillos y hasta adentro de su camiseta amarilla, y luego volvió a subir para repartirlo todo. Una imagen para nada habitual en ninguna carrera del mundo, ya que al líder siempre se lo protege, se lo lleva entre algodones, para que no corra ningún riesgo.
No está claro si fue porque va sobrado de piernas o si fue para despistar con que el líder del equipo pueda ser otro, cosa improbable porque no hay nadie que le haya podido ganar al venezolano Leángel Linarez embalando, y el campeón panamericano de ruta es la principal amenaza para los brasileños por su explosión en los metros finales que están valiendo mucho tiempo bonificado.
De hecho aunque ayer no pudo quedarse con los 10" de la llegada (ni los 6" del segundo o los 4" del tercero), se acercó de ocho a tres segundos a la malla oro porque se metió en los dos embalajes bonificados del inicio de jornada. Ganó el primer Sprinter y fue segundo en el primer Cima, detrás del brasileño Wisnieski, porque el ACRS Team esa meta volante. Pero después la fuga del día robó los bonificados de la llegada.
Adelante se fueron ocho corredores: Magno Nazaret (el ganador de la etapa del ACRS de Brasil), Lucas Gaday (el mejor posicionado en la general que incluso por un momento fue líder virtual de la carrera, del Dolores Cycles y segundo en la etapa), Alejandro Quilci (tercero, malla Sprinter y del Audax de Flores). También Bruno Castro del Cerro Largo, Pablo Correa del Náutico, Diego González y Máximo Gómez del Olimpia, y Lucas Tuya del Douglas Giles, el mejor oriundo de Carmelo.
El secreto es meter a alguien en la escapada para no trabajar en el pelotón y a la vez desgastar a los equipos de cabeza, en este caso el Swift de Brasil y la selección de Venezuela. Entonces la más larga de la Vuelta, de 197 km desde Mercedes a Carmelo, fue una etapa redonda para los uruguayos, que visto el nivel de los extranjeros el plan tenía que ser agazaparse en el pelotón y esperar que los kilómetros le pasen factura a los rivales, esperando en los próximos días una oportunidad para atacar, posiblemente ante un final más duro que del de ayer. Así aguardan, en relativo orden, Roderyck Asconeguy, Jorge Giacinti, Diego Jamen, Ignacio Maldonado, Agustín Alonso y alguno más.