Los pretendientes

Ilustrativo libro el que compuso don Alonso Núñez de Castro en 1658, de largo título, que empieza con la frase ya célebre "Sólo Madrid es Corte". En él describe la ciudad capital del reino desde 1561, pero también comenta conductas de cortesanos que, con su ejemplo, hacían que la gente común pensara, "que tendrá más de cortesano el que tuviere más de desatento y vicioso". Algunos de noble cuna, comportándose como pecheros, agobiaban a los miembros de los consejos reales con peticiones y papeles. La carroza del presidente del Consejo de Castilla tenía el suelo denso por los memoriales que allí arrojaba un grupo humano muy especial: los pretendientes.
La burocracia del imperio de los Austrias españoles era inmensa y quienes querían plaza en ella iban a Madrid. Estos pretendientes eran numerosos e insistentes, casi lacra, y fueron muchos los esfuerzos y reales cédulas que intentaron reducir su número. Pero eran legión.
El discreto Critilo piensa que aquí hay tema para reflexionar y comparar. ¿No está la ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura en estos aciagos tiempos del siglo XXI inundada de pecheros y suplicantes de sinecuras estatales? ¿No proliferan acaso los que debiendo dar ejemplo de honestidad hacen justamente cosas odiosas? Todos pretendientes, como los de aquel siglo XVII, que pechan por prebendas, regalías y excepciones. Solo que ahora hablamos de democracia, esa mágica palabra que tanto auxilia, aun a los más ignaros.