Tras décadas extinto en Los Ríos, el huemul regresa a poblar esa zona de los Andes
Desaparecido desde fines de los 80, hoy hay 40 individuos que se reproducen y viven en el territorio. "En las escuelas de la región, los niños antes dibujaban jirafas o elefantes. Eso cambió", dice una vocera de la iniciativa.
Newenche es una palabra en mapudungún que significa "valiente".
Y también es el nombre de un huemul macho que este año hizo historia: cruzó la frontera de Chile con Argentina, desde la Reserva Biológica Huilo Huilo (Región de Los Ríos) hacia el Parque Nacional Lanín (provincia de Neuquén).
"Newenche le hace honor a su nombre, se mueve por el bosque con destreza y muy seguro. Tiene una personalidad parecida a la de sus padres", dice Eduardo Arias, director de conservación de la Fundación Huilo Huilo, que trabaja en la protección del bosque húmedo templado del sur de Chile.
La migración de Newenche es considerada un hito por ser el resultado de un objetivo desafiante y complejo: el regreso de una especie que estaba extinta en los Andes australes hace más de 30 años.
El huemul es un ciervo endémico de Sudamérica, presente solo en el extremo austral de la cordillera de los Andes (Chile y Argentina): es considerado un símbolo de la Patagonia y uno de los ciervos más amenazados del mundo.
"En esta zona de la Patagonia había desaparecido. Hay una población en Nevados de Chillán, pero en la Región de Los Ríos, el huemul estaba extinto desde fines de los 80", dice Arias.
Pero la historia cambió. "Con el proyecto que trabajamos de reproducción en semicautiverio, hemos logrado reintroducir la especie acá, con una población estable de 40 huemules, lo que ha permitido que la región salga de la categoría de extinción local", cuenta el experto.
Llegar a esos resultados tomó 20 años. El proyecto del que habla Arias es el Centro de Conservación del Huemul del Sur, creado en 2005 por la Fundación Huilo Huilo.
La historiadel repoblamiento comenzó poco antes, durante un viaje a Argentina de Ivonne Reifschneider, fundadora y presidenta de la Fundación Huilo Huilo.
Fantasma de la Patagonia
Allá, cuenta, se encontró con un libro que hablaba del huemul como "el fantasma de la Patagonia" al haber desaparecido de la región.
"Yo pensaba que eso no podía ser algo definitivo, que había que hacer algo y estudiar cómo devolverlo a un lugar donde naturalmente habitaba", cuenta Reifschneider.
Así nació el proyecto, que arrancó con la llegada de dos ejemplares, Pewun y Tukun -un macho y una hembra-, que fueron trasladados desde la Región de Aysén y liberados en la Reserva Biológica Huilo Huilo.
"Yo pude abrir la puerta de uno cuando llegaron. Es algo que jamás se me va a olvidar. Vi salir a ese animal hacia el bosque y se comportaba como si siempre había sido parte de este territorio", contó Arias el miércoles en un evento realizado en Panguipulli para conmemorar los 20 años del proyecto.
Arias relató que con esa pareja comenzó el proceso de reproducir huemules en un ambiente controlado por primera vez en el mundo. Pero en 2006 ocurrió algo inesperado: la hembra fue asesinada de un disparo, un misterio que nunca lograron resolver.
Sin embargo, la reproducción continuó y en 2016 pasaron a la siguiente etapa: retrointroducirlos a la vida silvestre.
"Fue emocionante ver lo rápido que se adaptaron al lugar. Como estaban tranquilos podían reproducirse y tener más crías", cuenta Arias.
Desde el 2019 los huemules empezaron a tener crías en libertad y en 2022 firmaron una colaboración binacional con el Parque Lanín y se creó un corredor biológico.
"Ahora en 2025 habitan en la Reserva dos grupos familiares en vida silvestre y se están dispersando muy bien", comenta Arias.
La idea era que, en algún momento, los animales empezaran a usar el corredor biológico binacional.
"Newenche ya lo hizo, migró y se está moviendo bien a través de esa zona compartida, que décadas atrás fue un lugar de tránsito para los huemules", añade.
Nicolás Ferreyra, jefe de conservación del Parque Nacional Lanín, cuenta que el avistamiento de Newenche ocurrió en febrero tras el recorrido de un guardaparque.
"Cuando yo llegué a este parque en 2010, mi trabajo era recorrer buscando huemules. Doy fe de que no había. Ver que reaparecen fue emocionante", dice Ferreyra.
Una historia imposible
El regreso del huemul es una buena noticia porque se considera una especie paraguas. Esto quiere decir que contribuye a la conservación de todo el ecosistema por medio de funciones ecológicas, explican desde Fundación Huilo Huilo.
Pese a sus beneficios, Rodolfo Menichetti, director ejecutivo de la fundación, cuenta que el proyecto fue visto al inicio "como un objetivo lleno de imposibles".
Y explica por qué: "Nos decían que no se podía trasladar huemules; después, que en ambientes controlados no se iban a reproducir. Y después de que se reprodujeron, que no iban a sobrevivir en vida silvestre al reintroducirlos. Eran puros no".
Además, no había mucha experiencia con huemules. "Teníamos referentes, como los ciervos rojos. Uno ve para atrás y se da cuenta de la importancia de armar un buen equipo técnico y de las ganas de intentarlo. Eso fue un punto clave de este proyecto de conservación, ser capaces de soñar", dice Menichetti.
En el aspecto técnico, cuenta, tuvieron que aprender en terreno sobre el huemul, su dieta en la zona, su forma de interacción y sus amenazas. Y con esa información educar a la comunidad. "También fue importante dejar a la naturaleza ser. Los teníamos en ambientes controlados, pero de muchas hectáreas, por ejemplo, porque teníamos que lograr que vivieran de la forma más natural posible".
De hecho, Ferreyra asegura que ahora el equipo de Huilo Huilo es reconocido como el que más sabe de huemules en el continente.
Como parte de la estrategia, también llevaron adelante trabajos de conservación con guanacos y un proyecto de monitoreo de pumas. Los tres proyectos, complementarios entre sí, buscaban restablecer la tríada ecológica original.
"Gracias a un equipo comprometido, apoyo de expertos, de las autoridades y de las comunidades, fue posible recuperar al huemul en nuestra región", dice Alexandra Petermann, directora de la Fundación Huilo Huilo.
Desde su visión, el tercer punto fue clave para la conservación. Hacer que la comunidad sea parte de los proyectos de conservación y educar sobre el tema ha hecho un cambio de mirada sobre la importancia del territorio, lo que incluye a la fauna nativa, asegura.
"La comunidad se relacionaba de forma distinta con el bosque. Ahora saben que pueden habitarlo, pero también conservarlo e incluso atraer al turismo. Pero si esto siguiera siendo un lugar forestal o con perros asilvestrados, ganado u otras amenazas, esto no se hubiese logrado", dice Petermann.
"Hemos visto el cambio. De partida, aquí nadie sabía lo que era un huemul. En las escuelas de la región, los niños antes dibujaban jirafas o elefantes. Eso cambió. Ahora tú ves que dibujan un huemul o se disfrazan de ranita de Darwin", asegura.
''Hace veinte años no sabíamos cómo hacer esto, pero el paso clave fue decidir intentarlo, no quedarnos de brazos cruzados viendo cómo se extingue la especie".
RODOLFO MENICHETTI DIRECTOR EJECUTIVO DE FUNDACIÓN HUILO HUILO
Corredor transnacionalComo una forma de reforzar el trabajo conjunto que Chile y Argentina han realizado para la conservación del huemul, ambos países firmaron el miércoles una declaración de intenciones conjunta para impulsar aún más el corredor transnacional que busca el tránsito natural y seguro de la especie entre la Reserva Biológica Huilo Huilo (Chile) y la provincia de Neuquén (Argentina).
Menichetti explica que el acuerdo actúa en tres líneas de acción: conservación de especies y hábitats, fortalecimiento comunitario mediante educación y capacitación, y promoción del turismo sustentable enfocado en la protección del entorno y el desarrollo local.
Con esta alianza, se esperaría que Parques Nacionales de Argentina asumiera un rol más parecido al de Fundación Huilo Huilo para recuperar la especie, con la creación de centros de reproducción, por ejemplo, señala Ferreyra, del Parque Nacional Lanín (Argentina).
Esto, comenta, permitiría tener huemules argentinos que se reproduzcan y circulen libremente hacia Chile en el corredor binacional.