La fiesta de las clientelas
Nunca un gobierno ha estado tan sometido al yugo del clientelismo y la politiquería como el de Gustavo Petro
Nunca un gobierno ha estado tan sometido al yugo del clientelismo y la politiquería como el de Gustavo Petro. Ni siquiera parece haber entendido la lección que dejan los problemas judiciales que pueden llevar a la cárcel a un exministro de Hacienda y su asesora, un exdirector del Dapre y una larga lista de altos funcionarios, por mover miles de millones de pesos supuestamente para asegurar la aprobación de los proyectos de ley presentados al Congreso. Todavía se siguen usando millones y millones de pesos para mover clientelas buscando réditos políticos. Pero esa práctica no solo tiene implicaciones judiciales. El problema es que se ha "gubernamentalizado". Las decisiones que toma el Gobierno, las acciones que emprende, los proyectos que impulsa en el Congreso, los dineros que mueve en los territorios, todos parecen estar atravesados por un interés particular, por tener un beneficiario definido. Saben que nadie se mueve si no hay una ganancia de por medio. La debilidad del Gobierno deja ver cuánto se ha fortalecido y normalizado ese complejo de transacciones particularistas jerárquicas de patronazgo, nepotismo, favores y redes de favores (O’Donnell, 1998), que llamamos clientelismo y que explica cómo se estructuran y organizan las relaciones de poder; cuáles son los canales de interacción entre la política nacional y la política local, y cómo la dependencia entre elegidos y electores ha servido para legitimar del poder político. El problema no está ya en la fuerza y normalización del clientelismo en el sistema político. No. La cuestión ahora está en cómo ha permeado las entrañas del Gobierno en Colombia. En el pasado, la entrega a los parlamentarios de las entidades gubernamentales estaba condicionada al cumplimiento de las políticas del presidente de turno. Pero ahora la presión del clientelismo es la que define la agenda de gobierno. El 25 de abril de 2023, la exigencia por puestos y favores llevó a que Petro rompiera con la coalición. Y cuando se creía que la ruptura conduciría a una nueva forma de gobernar al país, la decisión presidencial de "negociar con cada congresista" (y no con los directores de los partidos) fue la entrega. El fracaso sucesivo de las alternativas de "sacar la gente a la calle", "radicalizar" el Gobierno y la "constituyente" en defensa de las reformas fortaleció tanto a los clientelistas que terminaron asumiendo el manejo discrecional de las entidades que les han entregado. El clientelismo que antes explicaba cómo se estructuraba y organizaba la participación de la coalición en el Gobierno Nacional, ahora da cuenta de cómo se gobierna. Explica su composición política y social y esclarece los canales de relación con gobernaciones y alcaldías. Es el nuevo mecanismo de legitimación de los gobernantes frente a los gobernados. Cada decisión que tome, cada acción que emprenda, se hace buscando un beneficio particular y atendiendo a otro que espera una ganancia. ¿Que el presidente Petro necesita apoyo para su movilización del 1.º de mayo y luego para la consulta? Se le tiene. Organizaciones indígenas, sindicatos, juntas de acción comunal se mueven para mostrar el "pie de fuerza" del que pueden disponer. No lo hacen por militancia o convicción en el proyecto presidencial. Lo hacen por plata. ¿Que Petro quiere a la minga en Bogotá mostrando su fuerza? Se le tiene. Pero, eso sí, a cambio de un largo listado de reivindicaciones y el pago de la logística que se necesita. Y detrás de ellos, todos los demás. Lo hacen porque Petro está dispuesto a pagar. No importa que la reforma laboral no resuelva los problemas de informalidad del 53 % de los trabajadores. Lo que importa es que la movilización beneficia al contratante y los contratistas. El Primero de Mayo no es en homenaje a los trabajadores ni a la defensa de sus derechos. Es la fiesta de las clientelas y la vitrina que le permite a cada uno mostrar cuánto puede cobrar por el "pie de fuerza" que puede movilizar en las calles. Es lo que el jefe necesita. Así desenvaine la espada de Bolívar. * Profesor titular, Facultad de ingeniería, Universidad Nacional
El Primero de Mayo
Pedro Medellín Torres*
El Primero de Mayo no es en homenaje a los trabajadores. Es la fiesta de las clientelas y la vitrina que le permite a cada uno mostrar cuánto puede cobrar por el ‘pie de fuerza’ que puede movilizar en las calles.