Lunes, 05 de Mayo de 2025

Federico Paz dice que el teatro es su refugio en momentos difíciles y revela por qué se fue de la Sport

UruguayEl País, Uruguay 5 de mayo de 2025

El periodista de Canal 4 muestra su faceta menos conocida: la actoral. Mayo será diferente. Vuelve a las tablas con dos obras: "Fracasados" y "Que envejezcan los otros". En esta entrevista, los detalles.

La cara y la voz de Federico Paz son un clásico de las mañanas de Canal 4, en Teledía y Vamo Arriba. Sin embargo, estos días su trabajo en televisión no es lo que más ocupa su tiempo. El periodista se prepara para un mayo distinto: vuelve a subirse al escenario después de siete años, y lo hace con dos obras en simultáneo: Fracasados, junto a un grupo de amigos-actores con quienes comparte historia, y Que envejezcan los otros, escrita, dirigida y protagonizada por Franklin Rodríguez.

Si bien pocos conocen su veta artística incluso evita llamarse actor, porque, dice, no tener formación, el teatro le ha devuelto la alegría en momentos duros: "Lo hago como una especie de terapia. Me hace bien a la cabeza", confiesa Paz a El País.

Es la primera vez que se sube a las tablas tras la muerte de su hermano Alfonso Paz, referente de la Agrupación de Atletas del Uruguay, y eso lo hace especial. "Ese ratito ahí me distrae de la realidad", comenta. Asegura que lo haría aunque no hubiera dinero de por medio, porque la contención que encuentra en estos elencos no se paga con nada.

Fracasados se estrena el 22 de mayo en el Teatro Movie, con funciones los jueves 29 de mayo, y 5 y 12 de junio (entradas en la web del Movie). Que envejezcan los otros debuta el 23 en El Sitio, con funciones viernes, sábados y domingos. Por reservas, comunicarse al 094 20 63 73.

Antes de ambos debuts, Federico Paz charló con El País sobre sus primeros coqueteos con el teatro, del escenario como refugio, también repasó sus fracasos y explicó por qué se fue de la Sport 890 a meses de su llegada como comentarista.


Raw Html¿De niño dabas señales de que te gustaba actuar?
Me encantaba. En la escuela participaba de todos los actos, hacía recitados y fui a aprender danza folclórica. En las reuniones familiares hacía sketches con mi hermano y mis primos. Pero siempre me gustó más la comunicación e inventaba programas deportivos.

¿Qué te motivó a anotarte en la escuela de Carlos Aguilera a estudiar teatro a los 17 años?
Unas amigas lo iban a hacer, me entusiasmé y estuve algunos meses. Me acuerdo que compuse un personaje (un hombre en situación de calle) y recibí una buena devolución de Aguilera.

¿Por qué abandonaste?
Porque empecé a trabajar en un negocio familiar, también estudiaba comunicación y no tenía tiempo para todo.

¿Qué te pasó por la cabeza la primera vez que Adriana Da Silva te invitó a sumarte a Diez maneras de ser un hombre?
La veía todas las mañanas en el canal, siempre me decía, 'tenemos que hacer algo juntos', y me invitó en 2010 para hacer una versión masculina de Monólogos de la vagina. Eran tres funciones a beneficio de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y acepté encantado. Decantó en tres años ininterrumpidos donde recorrimos todo el país.
 
Ese primer elenco tenía actores consagrados, ¿cómo te recibieron?
Llegué a la primera reunión y dije, '¿qué estoy haciendo acá?' Estaban Franklin Rodríguez, Leo Lorenzo, Fito Galli, Christian Font, Pinocho Routin. Todos me trataron como a uno más, sin marcar diferencia.

¿Tomaste clases para ese reto? 
No, pero tuve a la talentosa Adriana Da silva de maestra que me dio herramientas y consejos, y sacó jugo a esta piedra. Ni qué hablar de Franklin Rodríguez, escucharlo me enriquecía en cada ensayo.

¿Qué recordas de la primera vez que te subiste al escenario?
Me carcomían los nervios. Veía que con mis compañeros se mataban de risa y decía, 'si conmigo no se ríen, ¿de qué me disfrazo?' Yo venía del noticiero, siempre serio, de corbata y terminaba interactuando con una muñeca inflable. El efecto sorpresa generó algo único y me gané a la gente.


En 2018 hiciste Más hundidos que nunca, junto a otros periodistas deportivos y te bajaste de las tablas, ¿por qué?
Hubo varias propuestas, pero no estaba en un buen momento personal. Tengo mucho trabajo y el teatro demanda muchas horas de ensayo y dedicación.

¿Qué te motivó a volver?
Con Franklin me sentía en deuda porque en su momento me había hecho una oferta y no le di una respuesta concreta; además trabajar con él y con Rodrigo Garmendia es una posibilidad preciosa. Fracasados es un grupo que viene de Diez manera de ser un hombre, somos amigos y cada función era una fiesta.

¿Partió de ustedes la iniciativa?
En los asados siempre decíamos, 'hay que hacer algo'. Hablábamos de nuestros fracasos, le pusimos al grupo de Whatsapp Fracasados. Fernando Schmidt, que está en el grupo, escribió la obra, nos fascinó a todos, conseguimos sala y acá estamos.

Tu monólogo aborda el fracaso en la vida de pareja. ¿Te sentís fracasado en algún aspecto?
Esta es una profesión donde la frustración está a la orden del día. Tengo un montón de pilotos arrinconados en algún cajón del canal que nunca salieron. Uno le pone mucho amor y dedicación, y si no sale, algo de frustración o fracaso hay. Después entendés que a veces el contenido no está mal, pero no se ajusta a las necesidades de la empresa.

¿Alguno te dolió especialmente?
El primero. Era la versión televisiva de un programa de radio que hacíamos, Los de afuera son de palo. Habíamos invertido, era una joyita. Nos dijeron: "Acá hicieron su ópera prima, ¿qué van a hacer en el segundo capítulo?". Nos frustró, porque sentíamos que podíamos mejorar lo que tanto les gustó.

¿Probaste con emprendimientos fuera de los medios?
Lo intenté. Tuvimos la idea de poner una cafetería, invertimos en mobiliario, pero no se concretó.

¿Te tienta hacer Carnaval?
Leo Pacella me invitó a salir en Los Chobys, pero no puedo seguir ese ritmo. Me levanto a las 5 AM todos los días para hacer el noticiero. Es muy divertido, pero inviable.

En Que envejezcan los otros estás con dos actores de carrera. ¿Sentís presión?
Ellos se encargan de quitarme el miedo. Son muy generosos y pacientes. Disfruto de los ensayos, igual que con Fracasados. Esto lo hago como una especie de terapia. Me hace bien a la cabeza. Me sentía abrumado por los compromisos laborales, tuve que dejar la radio. Esto es terapéutico: disfruto y aprendo.


¿Te sirvió el teatro como refugio tras la muerte de tu hermano?
Desde que falleció Alfo no me había subido al escenario. Y ahora también estamos atravesando un momento familiar complicado. A veces cuesta entrar en ritmo porque uno viene con sus cosas, pero ese ratito ahí me distrae, me saca. Hay una contención distinta a la de una terapia.

¿El teatro vino para quedarse en tu vida?
Es difícil por la carga horaria que tengo, pero los proyectos con gente querida los voy a abrazar.

¿Te gustaría probarte en el audiovisual?
Soy primo de Micaela Solé (productora de cine) y siempre le digo en broma que si tiene algún papel, se acuerde de mí. Hice algunos cortos con ella cuando estudiaba. Hacer una película estaría bueno para desbloquear otro nivel, pero como no me dedico a esto, no estoy pendiente.

Estuviste solo unos meses en Último al arco. ¿Por qué dejaste la radio?
Estoy agradecido con la Sport por pensar en mí para ser comentarista en una radio tan importante. Siempre soñé tener ese trabajo, pero llegó en un momento muy complicado. Me levantaba muy temprano y los partidos terminaban tarde. Iba al noticiero con dos horas de sueño. No tenía fines de semana, la familia lo reclama, y el cuerpo me pasaba factura. Algunas cuestiones personales me hicieron querer estar más cerca de los míos. Fue una decisión difícil, pero necesaria.

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