Lunes, 12 de Mayo de 2025

La nueva era del equilibrio fiscal: ¿hasta dónde puede seguir el ajuste?

ArgentinaLa Nación, Argentina 28 de abril de 2025

El presidente Javier Milei con su gabinete, en noviembre del año último, con la motosierra en el centro El presidente Javier Milei levantó la apuesta para este año respecto del superávit fiscal primario (antes del pago de intereses de la deuda pública)

El presidente Javier Milei con su gabinete, en noviembre del año último, con la motosierra en el centro



El presidente Javier Milei levantó la apuesta para este año respecto del superávit fiscal primario (antes del pago de intereses de la deuda pública). Aunque el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) plantea que será del 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI), el primer mandatario aseguró que el Gobierno apuntará al 1,6% del Producto. El grueso de los recortes en el gasto público se hizo en 2024, cuando efectivamente hubo "motosierra". Ahora, los especialistas sostienen que hay que usar instrumental quirúrgico.

El año último, las cuentas públicas cerraron con un superávit financiero (luego del pago de intereses) equivalente al 0,3% del PBI, una situación inédita en 16 años -la última vez que los números fiscales no finalizaron en rojo había sido en 2008. El superávit fiscal primario conseguido fue de $10,4 billones, un 1,8% del PBI. El ajuste significó unos cinco puntos del Producto, frente a un déficit del 2,9% de 2023.

Con este nuevo escenario histórico para lo que ha sido la economía argentina, la gran incógnita es si el torniquete sobre el gasto es sostenible. Economistas consultados por LA NACION analizaron los números fiscales para este año y, dentro de los componentes de las distintas partidas que sufrieron recortes, encendieron luces amarillas sobre la situación de la obra pública.

La referencia siempre es a los números del acuerdo con el Fondo, porque no hay presupuesto 2025 (sigue vigente el de 2023). Los dos caminos para alcanzar superávit son gastos e ingresos. En lo que hace a la segunda columna, las fuentes descartaron que a priori haya nuevas bajas de impuestos este año y respecto del crecimiento de la recaudación, la lupa está sobre otra "sostenibilidad", la del modelo productivo, plantearon.

Según Econviews, la consultora que dirige Miguel Kiguel, el gasto primario consolidado (incluye provincias) más los intereses será de 34% a finales de 2025. "Vemos probable que el Gobierno cumpla su nueva meta de superávit este año -señala-. La salida del cepo, sin una fluctuación fuerte en el tipo de cambio real, debería ser neutra para la recaudación a corto plazo, mientras que la mayor inflación de estos meses ayuda a licuar los gastos no indexados. A mediano plazo, la Argentina debe ir a un superávit primario de 2,5% del PBI para hacer frente a los intereses de la deuda, que se refinanciará a tasas más altas que las de 2020". En materia de ingresos fiscales, este año se dejan de percibir los excepcionales que aportaron la moratoria, el blanqueo y el adelanto de Bienes Personales del 2024, señalan los especialistas

Hay dos ejes en los que los consultados hacen hincapié: las transferencias a provincias por fuera de la coparticipación y el nivel de gasto en infraestructura . El economista Oscar Cetrángolo repasa que, del ajuste de cuatro puntos del PBI en 2024, 1,2 es gasto de capital y casi un punto, provincias. En las partidas de Seguridad Social señala que, si bien fue fuerte, ya se venía de "apretones salvajes. Hoy representa 6,7% del PBI, igual que en 2009, pero entonces había cinco millones de pasivos y hoy son casi siete millones. Es un sector donde hay un conflicto potencial, con reclamos en la Justicia. No creo que sea sostenible".

Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, ratifica que el superávit de 1,3% del Producto permite calzar el pago de deuda. Por el lado de los ingresos, plantea que se dejan de percibir los excepcionales que aportaron la moratoria, el blanqueo y el adelanto de Bienes Personales del 2024, aunque Ganancias puede aportar "algo más" en la comparación interanual. "Se perderá menos de un punto de ingresos, por lo que hay que recortar el gasto en una proporción similar -añade-. Ese ajuste pasa por reducción de subsidios y por más focalización en el gasto social" .

En lo que hace a ingresos, en el primer trimestre hubo una suba real del 3,5% en los tributarios, pero los recursos totales se incrementaron 0,6%, por una caída en los no tributarios, describe Marcelo Capello, del Ieral de la Fundación Mediterránea. En ese período los gastos primarios aumentaron 11% real interanual, "especialmente porque los primeros meses de 2024 exhibieron el mayor ajuste de la era Milei" . Ya en marzo cayó 1,6% real versus febrero, "con lo que no parece existir una evolución que ponga en riesgo el equilibrio financiero". Observa que las partidas que ajustan automáticamente con la inflación se vienen recuperando desde mediados del 2024, por efecto de la baja progresiva del aumento de precios.

Si la economía crece como proyecta el oficialismo -5% anual- y se mantiene la variación real de ingresos del primer trimestre, habría un extra de recursos equivalentes a 0,3 puntos porcentuales (p.p) en el año, apunta desde el Iaraf Nadin Argañaraz. "Con lo que la meta del superávit primario se podría alcanzar de esa manera, aunque lo más probable es que sea por una combinación de gastos e ingresos", explica.

En términos del gasto, Argañaraz describe que en el acuerdo con el Fondo se proyecta un incremento interanual de 0,3 p.p. del PBI de gasto primario, explicado fundamentalmente por el incremento de jubilaciones (0,7 p.p.) y la baja de subsidios a la energía (0,5 p.p.). No habría modificaciones en función del PBI del ítem salarial, bienes y servicios, subsidios al transporte, del de capital (inversión real directa y transferencias de capital a provincias) y transferencias corrientes al sector público (incluye las destinadas a provincias). El gasto amplio en asistencia social (programas sociales, asignación universal, asignaciones familiares, Inssjp, bono a jubilados) caería 0,2 p.p. del producto. "Jubilaciones es el tema central; crecería 11% real el gasto con el bono y el FMI dice 13% sin bono -agrega Argañaraz-. Esas partidas tienen una presión de 4,4% sobre el total" .

Infraestructura, clave

El acento de los economistas está sobre la obra pública, prácticamente paralizada desde la asunción de Milei. En 2024, el gasto de capital fue de 0,4% del PBI, el más bajo de los últimos 25 años. De esa partida, un tercio la ejecuta directamente la Administración Pública Nacional (APN) principalmente a través de contratistas y el resto es por transferencias a empresas públicas, universidades y provincias . El economista Guido Rangugni, de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Pública (ASAP), señala que la baja interanual fue de 0,9 p.p del Producto excluyendo la inversión financiera (que corresponde a aportes de organismos Internacionales).

El especialista grafica que, dentro de los gastos de Transporte, la Dirección Nacional de Vialidad concentra la mayor parte, ya que se encarga de la red vial nacional (40.000 kilómetros de rutas). En 2024, la merma interanual ajustada por IPC fue de 81,3%. Las partidas de capital en "Educación y Cultura" bajaron 90%; las destinadas a "Agua Potable y Alcantarillado", que "por su naturaleza es un gasto que no hace el sector privado", 82,5%; y las de "Vivienda y urbanismo", 81,6%, según la Asap.

Rangugni habla de descapitalización de la infraestructura pública ya que hay un stock de capital de infraestructura que requiere un gasto de mantenimiento y, si se está por debajo de esa línea, hay descapitalización. Para la red vial, por ejemplo, hay una matriz que revela que si se gasta por debajo del nivel requerido "en el cuarto año lo necesario no equivale al acumulado, sino que es mucho más, además de afectar la competitividad sectorial".

"Se terminó una etapa en cuanto a la consolidación fiscal; en algunas partidas las transferencias fueron casi nulas y no es sostenible en el tiempo" , sostiene por su parte Claudio Caprarulo, economista de la consultora Analytica y agrega: "Varias crecieron en el primer trimestre por la base de comparación, pero siguen debajo de 2023. Mínimamente hay que recuperar la inversión y recuperar las condiciones para los privados". Enfatiza que la Argentina tenía un gasto de capital promedio anual en torno a 1,6% del PBI que "ya es muy bajo; 0,4% no sirve ni para mantener y termina generando mayores gastos. La falta de logística afecta la productividad".

El diagnóstico es compartido por Sigaut Gravina, quien destaca que el freno a la obra pública afecta la competitividad: "El Gobierno dice que no hay problemas; hubo una ganancia rápida de productividad, pero ya no. Además, el problema del gasto de capital viene desde la segunda mitad de la gestión macrista".

Por dónde seguir

El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ya anticipó que el achicamiento del Estado seguirá con una "importante refuncionalización" de organismos públicos. El impacto de esas medidas será marginal, sin embargo, en el gasto total, según los expertos. Los consultados suman entonces un elemento a la discusión: la necesidad de coordinación con los gobernadores.

Argañaraz reitera que ya son tiempos de "sintonía fina y hay que determinar cómo se encara, ¿conjuntamente, individualmente? No hay margen para que los ingresos crezcan más que lo previsto y hay que seguir bajando impuestos". En esa línea, plantea que "el poder adquisitivo ya cayó, la obra pública está frenada, las transferencias a municipios son por ley. Entonces hay que buscar consensos".

Cetrángolo también cree que el Gobierno, para avanzar, requiere de los gobernadores. "Tener equilibrio es necesario, pero no es suficiente, hay que analizar también el impacto en el crecimiento. Para mantener y que crezcan los ingresos la economía debe crecer y la estructura tributaria que hay es espantosa" , subraya.

"La clave para mantener el equilibrio, y cumplir con las nuevas metas de superávit para períodos futuros pasa por el gasto con ajuste no automático -enuncia Capello-. No queda por ahorrar en materia de transferencias a provincias (pueden aumentar si se retoman los pagos a las Cajas de Jubilaciones provinciales) ni el gasto de capital (fue mínimo en 2024, y si no se recupera se deteriorará la infraestructura). Sí queda margen para ahorros a futuro en los subsidios por tarifas y por déficit de empresas públicas , y en el gasto en personal, ya no tanto por ajustes en salarios sino por la racionalización en la cantidad de puestos".

La misma mirada tiene Caprarulo, quien suma que en el caso de la Seguridad Social "ya es difícil seguir recortando jubilaciones, se estabilizaron muy abajo y hacia adelante hay que resolver cómo se complementan con la pata de los ingresos, hay que resolver cómo aumentar la tasa de registro". Rangugni dice que la jubilación mínima con el bono creció respecto a marzo del 2024 porque la base de comparación es muy baja, pero en relación al mismo mes de 2023 su poder de compra cayó 10% ajustado por el IPC general.

Sobre la necesidad de coordinar medidas, Caprarulo no duda en que "debe existir porque es la manera de mostrar que todos los actores están de acuerdo y que, por eso, esta vez, puede ser distinto".
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