Del facón del último cacique al sahumador que florece: historias argentinas talladas en plata
Cuchillos tallados en la muestra que aloja el Museo de Arte Popular José Hernández
El cacique Pincén , el último que existía en la Pampa, estaba acompañado por 1500 lanceros
Cuchillos tallados en la muestra que aloja el Museo de Arte Popular José Hernández
El cacique Pincén , el último que existía en la Pampa, estaba acompañado por 1500 lanceros. Enfrentaba a un ejército montado sobre caballos blancos y armado con fusiles Remington, comandado por el coronel Conrado Villegas. Ante la perspectiva de una masacre decidió llegar a un acuerdo. Y en señal de rendición entregó su facón de plata, aquel que lo había acompañado en todas las batallas . El mismo que se exhibe ahora en el Museo de Arte Popular José Hernández (MAP) junto a un poncho del cacique Cayupán , como parte de la muestra Platería argentina, una pasión. Un siglo de coleccionismo , tras haber sido heredado por la hija del militar e integrar luego la colección de Alfredo Anchorena. Collazo, Vega y el facón y el poncho que pertenecieron a dos caciques
Una vez fallecido este último pasó a manos de su dueño actual, el ingeniero Oscar Collazo , quien relató a LA NACION el camino que condujo a ese cuchillo hasta esta antiguo petit hotel de Barrio Parque con leyendas propias. Parte de su colección convive allí hasta fin de julio con medio centenar de piezas de Carlos Daws , una figura central en la preservación de la tradición gauchesca , que creó en su propio hogar de Balvanera el Museo Familiar Gauchesco a principios del siglo XX. Cuando falleció, en 1947, su legado fue adquirido por la Municipalidad para el Museo de Motivos Populares Argentinos, el actual MAP.
"Yo soy un apasionado de la platería. Sobre todo porque es una manera de contar la historia, algo que me fascina -dice Collazo-. También es importante el motivo por el cual colecciono: no me interesa acumular sino difundir; me considero un administrador temporal de este patrimonio cultural" . "El caballo perdió el rol de relevancia que tenía porque apareció el ferrocarril y los campos se alambraban", recuerda Vega
Esa visión fue compartida en tiempos muy distintos por los formadores de ambos acervos según Roberto Vega , uno de los responsables de esta exposición junto con Segundo Deferrari , director del Museo Las Lilas en Areco, y Horacio Torres , curador del museo. Las coincidencias llegan a tal punto que cada uno aportó un par de estribos de la misma serie realizada por Cándido Silva , definido por el fundador de la galería de arte y antigüedades Hilario como "el Picasso de la platería" . Lo más inusual es que las dos piezas reunidas se exhiben junto a los moldes de los cuales surgieron, que pertenecen al museo.
Otra historia de reencuentros es la de dos mates tallados por un platero famoso de apellido Martínez, que firmaba con el cuño Mz . Uno pertenecía a la coleccionista Elisa Peña y fue rematado por Vega. Al verlo, Collazo reconoció otro igual que le habían ofrecido y tardó ocho meses en volver a encontrarlo. "No era común que los mates se copiaran -apunta Vega-. Cuando se hacían dos solía ser porque había un encargo de un matrimonio o de hermanos, o para hacer un regalo a una persona especial. En general se dispersan. Cuando se puede conservar en el tiempo el par dentro de una colección, tiene el encanto de que provienen del mismo origen ". Las parejas de mates, inusuales en una colección
No es la única pareja de mates que tiene Collazo. Hay otra que tuvo un gran protagonismo en el Vaticano : su imagen fue reproducida en gigantografías que promocionaban en 2013, en la Plaza de San Pedro, la muestra titulada El Gaucho: arte, tradición y fe . "Nos habían convocado el año anterior para hacer esa exposición sobre un tema que no es sencillo, porque el gaucho es más bien agnóstico -recuerda Vega-. Cuando estábamos preparando todo, renunció Benedicto XVI y eligieron a Francisco. Nos dijeron que seguía en pie, y se inauguró dos meses después. Lo curioso es que la muestra actual, que incluye muchas de esas piezas, abrió dos días después de su muerte ".
Otros mates tienen sus propias historias: el que perteneció al general Máximo Santos, presidente de Uruguay, y los que reflejan la evolución de ese objeto , desde que dejó de ser gradualmente sólo una calabaza adornada con piezas de plata hasta que se convirtió en una pieza de metal tallado con forma de cáliz. "Ahí se da el salto a la platería pampa", observa al señalar piezas más austeras y claras. "El color es más blanco porque no se partía de un lingote de metal sino de patacones -explica-, de monedas fundidas". Mate que perteneció al general Máximo Santos, presidente de Uruguay
"En los siglos XVIII y XIX todavía eran trashumantes, tomaban ganado del territorio argentino y lo vendían en Chile -observa Vega-. Con ese dinero iban a los talleres de platería en Chile, fundían las monedas, encargaban las piezas que querían y las traían a la Argentina. Marcaban una jerarquía, eran un símbolo de poder ". Muchos hacían sus propias piezas, según Collazo. "Era bastante lógico que al lado del toldo del cacique estuviera el toldo del platero del cacique -afirma el coleccionista-. Ahí se fundían las monedas de los peajes que cobraban a quienes venían del Alto Perú, por ejemplo ".
Un intercambio similar se daría en los pactos de paz que harían más tarde con el Estado nacional . A cambio de detener a los malones, según Vega, a mediados del siglo XIX les prometían "yerba, azúcar, alcohol, elementos de uso cotidiano y platería. Entonces encargaban a talleres de platería de Buenos Aires piezas hechas al gusto de las comunidades indígenas". Es por eso que muchos cuchillos que usaban los aborígenes, explica Collazo, están hechos con hojas de origen alemán . Arriba a la derecha, tupus que pertenecieron a Nicolás García Uriburu
Las costumbres de los gauchos también fueron cambiando. "Se transformaron en peones de estancia, asalariados -recuerda Vega-. El caballo perdió el rol de relevancia que tenía porque apareció el ferrocarril y los campos se alambraban, entonces hubo un cambio rotundo de la teoría del gaucho como el jinete vaquero. Esa imagen romántica que tenía de independencia, de libertad, había desaparecido ".
Fue entonces cuando Daws se ocupó de revalorizar su jerarquía, al crear el primer centro tradicionalista en Buenos Aires . "En pleno proceso inmigratorio -agrega Vega-, los extranjeros tomaron el modelo del gaucho como un arquetipo del personaje argentino. Iban a las casas de fotografías, se vestían con ponchos y se sacaban fotos para mandar a Europa". "Cuando lo destapás -dice Collazo señalando una flor de plata- los pétalos se abren"
Entre quienes se ocuparon de conservar piezas valiosas vinculadas con la identidad argentina se contaron también Nicolás García Uriburu y Carlos Pedro Blaquier . Algunas de sus piezas pasaron a manos de Collazo y se incluyen en la muestra. Procedencia y cuño, dos garantías de valor, se unen en el sahumador tallado por Martínez en la primera mitad del siglo XIX. Fue encargado por Manuel Pérez del Cerro, padre de su tatarabuela, y no sólo marcó el inicio de su acervo. También, de su amistad con Vega . "Cuando lo destapás -dice señalando una flor de plata- los pétalos se abren ".
Para agendar
Platería argentina, una pasión. Un siglo de coleccionismo , hasta el 27 de julio en el Museo de Arte Popular José Hernández (Avenida del Libertador 2373. Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19; sábados, domingos y feriados de 11 a 20. Entrada: $1500, miércoles gratis.