La best seller española habla de "Por si un día volvemos", su nueva novela, y cuenta por qué tiene el arco argumental más largo de su carrera.
"Estoy muy contenta de volver a Uruguay. Ya llevaba unos añitos sin venir por aquí", comenta la escritora española María Dueñas en un hotel frente a la rambla de Montevideo.
No recuerda la fecha exacta, cree que hace 10 años que no visita nuestro país, pero sí que presentó La Templanza, también que fue a comer a una parrillada y que le queda pendiente conocer Punta del Este, aunque quiere que el encuentro sea en el verano, para poder caminar por la rambla, la playa y el puerto.
"El tiempo se me ha pasado volando", agrega Dueñas, quien hasta su primera novela, El tiempo entre costuras, trabajaba a tiempo completo como profesora titular de filología inglesa en la Universidad de Murcia.
El motivo para la charla es Por si un día volvemos (Editorial Planeta, 990 pesos), su nueva novela ya disponible en librerías. En la misma cuenta sobre una joven que se hace llamar Cecilia y llega a la ciudad de Orán, hoy parte de Argelia, para empezar una nueva vida en esa ciudad africana que era mezcla francesa y española.
Desde que comenzó a escribir, ha publicado una novela cada tres años. ¿Se puso ese tiempo entre libro y libro? Es algo que va surgiendo de forma natural porque es el tiempo que necesito para planificar, escribir, corregir, y mandar a la editorial para que haga el trabajo de producción. Además, en ese entonces tenía hijos pequeños, la universidad todos los días y mil historias familiares. Se podría decir que era una vida mucho más agitada, en muchos sentidos. Ahora es movida también, pero trabajo con más serenidad y con otra perspectiva. Es distinto.
Sus libros son relatos históricos, ¿siente que se especializa en eso? Algunas de mis novelas, o casi todas, vuelven la mirada hacia el pasado, pero no las defino como realmente históricas. Tal vez porque nadie sabe cómo definir la novela histórica. No hay un concepto único, pero creo que la novela histórica es volver todavía más al pasado, siglos para atrás. Creo que estoy en el ayer, más que en la historia.
Siempre con personajes fuertes, femeninos, y en lugares distintos. ¿Qué es lo primero que surge cuando empieza una novela? ¿Es el personaje, el período? Empiezo primero con el sitio y el contexto. Es un lugar geográfico, pero donde ha pasado algo que me interesa y quiero recuperar. Algo que normalmente ha caído en el olvido, o que no es de conocimiento muy amplio, y que ha estado vinculado a la historia de España, de lo hispano, el mundo que me interesa. Es entonces que decido sumergirme en ese contexto, explorarlo, y tratar de rescatarlo.
¿Tiene un proceso? Voy documentando y a la vez pensando qué tipo de personaje quiero para que nos cuente qué pasó. Un personaje a través de cuyos ojos podamos ver cómo fue ese mundo en ese momento. Y así ha sido prácticamente con todas las novelas.
https://www.youtube.com/watch?v=dDjN9_1d6_Q ¿Usted tiene un nombre para la protagonista de Por si un día volvemos? No, no tengo ninguno. Para mí es Cecilia, ella se asume así, y yo también. El otro día me decía de broma una lectora que es como la protagonista de Rebecca, de Daphne du Maurier, que es una novela que de joven me gustó muchísimo. Y es verdad, ella nos lo cuenta, es la auténtica protagonista porque lo vemos todo a través de sus ojos, pero el nombre que se nos queda Rebecca no es el suyo, y no sabemos cuál es. Tampoco importa, porque es lo que el personaje crea con ella misma, a través de su recorrido, a través de su esencia. Eso es lo que interesa. No tanto el nombre.
¿Y qué le interesó de la ciudad de Orán? Que es una ciudad que no se conoce. Vosotros estáis lejísimo, pero en España que estamos al lado, mucha gente tampoco la conoce. Orán es una ciudad interesante porque ha estado vinculada a España desde el siglo XVI y por 300 años fue propiedad de la corona española. Y cuando los españoles se van, entran los franceses que la hacen parte de su propio territorio, no como una colonia, sino parte de la Francia de ultramar. Pero los franceses no quieren ir, no les interesa nada esa África de tierras resecas y casi sin agua. Los que sí saben son los españoles, entonces van en manada a trabajar. Huyen de una España complicada, sobre todo del mundo rural, con pocas posibilidades de un futuro digno. Y ese es un capítulo de la historia de España que está muy olvidado. Porque fueron cientos de miles de españoles los que fueron.
Es una novela distinta a las que ha escrito porque se desarrolla a lo largo de varias décadas. Sí, es el arco narrativo más amplio de mis libros. Estaba haciendo cuentas el otro día, El tiempo entre costuras son tres o cuatro años, Las hijas del capitán son unos meses, La templanza son semanas, y Sira es un año y poco. En esta son tres décadas y media, es mucho, pero quería recorrer todo ese tramo histórico porque ocurren muchísimas cosas: la Guerra Civil española y el impacto que tiene con el exilio. Después la Segunda Guerra Mundial y allí tiene lugar la Operación Torch, el desembarco de los americanos que cambia la guerra hacia los aliados. Y finalmente la independencia de Argelia de Francia, y el éxodo de los europeos. Además, me interesaba que el personaje tuviese esa evolución mucho más prolongada.
Más tiempo, en sus historias se traduce como más sufrimiento para la protagonista. Pero siempre escribe de mujeres resilientes. Claro, porque había ejemplos de mujeres, pero la palabra resiliencia no se usaba. Y además, ¿a quién importaba que las mujeres resistieran? A nadie, era su obligación, era "lo único que tenían que hacer". Las mujeres han llevado una existencia sacrificada y complicada. Toda la vida ha habido este tipo de mujeres, la cosa es que han estado calladas y nadie se acordaba de ellas. Creo que hay que, no reivindicar o hacerles algún homenaje, pero sí recordar que estuvieron ahí. Que eran nuestras antepasadas, que no eran heroínas, ni grandes reinas, pero eran nuestras tatarabuelas. Y eso es la historia de un país, y es lo que nunca se nos cuenta. Porque sufrieron, pasaron situaciones tan tortuosas, y con qué sacrificio, con qué dignidad las llevaron.