Nos quedamos sin gas
El horizonte para la industria de los hidrocarburos en Colombia no para de enrarecerse para los próximos años
El horizonte para la industria de los hidrocarburos en Colombia no para de enrarecerse para los próximos años. El Informe de Recursos y Reservas, publicado ayer por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y correspondiente al año 2024, registró un leve aumento del 0,74 por ciento de las reservas probadas de petróleo y una disminución del 13 por ciento en las reservas probadas para gas natural. De acuerdo con la entidad, el crudo alcanzaría para un período de 7,2 años- un 0,1 año más que en el 2023, mientras que, en el caso de la vida útil del gas natural, este período pasó de 6,2 años a 5,9 años. Mientras que el Gobierno Nacional ha celebrado el aumento de las reservas probadas bajo signos de admiración, expertos y voces de sector energético no ocultaron la gran preocupación por la tendencia que están marcando estos volúmenes, en especial los del gas natural. En la última década, las reservas de esta molécula se han desplomado a la mitad: 2.064 gigapies cúbicos. Más aún, en ese lapso de diez años, 2021 ha sido el único año en que las cifras oficiales de las reservas probadas no disminuyeron. En otras palabras, Colombia se está consumiendo su gas natural a una mayor velocidad que lo que lo está reponiendo con nuevos yacimientos listos para la producción. Que el país se esté ‘quedando sin gas’ debería despertar todas las alarmas y desencadenar medidas con el máximo sentido de urgencia, orientadas a mejorar estas estadísticas. El portafolio de acciones a seguir para robustecer las reservas probadas y la producción ya han sido plenamente identificadas. Por ejemplo, el Gobierno Nacional tendría que estar desplegando, desde hace mucho tiempo, todas sus capacidades para contribuir a que los recursos, en tierra firme y en costa afuera en el Caribe, engrosen lo más pronto posibles estos reportes de las autoridades energéticas. No se puede ignorar en esta preocupante fotografía la desastrosa política del gobierno Petro de no avanzar en nuevos contratos de exploración de hidrocarburos en el territorio nacional. La insistencia en esa negativa, con más fundamento ideológico que técnico, ha contribuido, junto a otros factores, no solo a la pérdida de dinamismo en estos hallazgos y reservas, sino también al paulatino marchitamiento de una industria, clave para el desarrollo regional y crucial para las finanzas públicas. El marginal aumento de las reservas probadas de petróleo tampoco se traduce en un panorama despejado para la explotación del crudo en el país. La sobrecarga impositiva, los impunes bloqueos a las operaciones, el deterioro de la seguridad territorial, la inseguridad jurídica y de trámites y licencias y la conflictividad social con las comunidades continúan deteriorando la competitividad y el atractivo de esta importante actividad económica. En conclusión, estas cifras de recursos y reservas reflejan la urgencia para que el Gobierno Nacional tome las medidas necesarias para fortalecer la seguridad y la soberanía energética del país para los próximos años. Constituye una apuesta estratégica para el país desarrollar los máximos esfuerzos para extraer mucho más gas natural del subsuelo y de la costa afuera nacional para satisfacer la creciente demanda, reducir la dependencia de la molécula importada y dar pasos sólidos en la ruta de una transición energética accesible, sostenible y ordenada.