Nuevos embajadores y retórica dura: la presión de la izquierda regional contra Israel
Colombia cortó relaciones con el Estado hebreo, mientras que Brasil lo ha criticado con dureza y México busca mantenerse neutral.
La actual ofensiva israelí en Gaza y la crítica situación humanitaria en el enclave palestino han generado cuestionamientos internacionales al gobierno de Benjamin Netanyahu -incluso de aliados tradicionales como Estados Unidos y Alemania-, entre ellos de países de izquierda latinoamericanos, algunos de los cuales han tomado medidas de presión.
Uno de los más recientes fue el Presidente chileno, Gabriel Boric, quien retiró a sus agregados militares en Israel, entre especulaciones sobre si podría llegar a romper relaciones.
Algunos países de la región como Bolivia, Belice, Nicaragua y Colombia ya dieron ese paso. El Presidente colombiano, Gustavo Petro, es uno de los mayores críticos de la ofensiva israelí y califica como "genocida" a Netanyahu.
"Niñas tratando de sobrevivir el bombardeo hecho por Netanyahu, el genocida, a una escuela (...) Lo que vemos lo producen Nazis", publicó esta semana en X. Poco después, dio un nuevo paso en su campaña de presión al designar al exalcalde de Cali Jorge Iván Ospina como el primer embajador en Territorios Palestinos del país.
"Se tendrá que conversar y establecer con Israel los trámites necesarios para que posibilite desarrollar desde Ramala la embajada colombiana", dijo Ospina a France Presse.
Para expertos como Javier Garay, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado de Colombia, las acciones de Petro dan cuenta de una "visión muy ideologizada" del mundo y de lo que ocurre en Gaza. "Al Presidente Petro no le interesa que la situación en Gaza se resuelva, sino adelantar su visión ideológica en la región", planteó el académico, para quien el actual gobierno "quebró" las relaciones bilaterales con Israel que "históricamente habían sido muy buenas".
Entre "genocidio" y persona " non grata "
Otro de los presidentes latinoamericanos que han manifestado su oposición a la campaña israelí es el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los mayores referentes de la izquierda regional.
"Lo que vemos en Gaza hoy es venganza. El único objetivo de la actual fase de este genocidio es privar a los palestinos de las condiciones mínimas de vida con el objetivo de expulsarlos de su territorio legítimo", afirmó el domingo pasado, en un mensaje similar a los que ha hecho en varias ocasiones desde que comenzó la guerra.
El mandatario envió a su ministro de RR.EE., Mauro Viera, a participar el fin de semana pasado en Madrid en una reunión de cancilleres de todo el mundo para crear una coalición a favor de Palestina.
Las relaciones diplomáticas entre Brasil e Israel están en mínimos históricos desde febrero de 2024, cuando Lula comparó la ofensiva militar con el Holocausto nazi y fue, en respuesta, calificado de persona " non grata " por el Ejecutivo del Estado judío. Poco después, Lula retiró a su embajador y todavía no ha nombrado a un sucesor.
El miércoles, unas 200 personalidades brasileñas, entre congresistas, intelectuales y artistas, le exigieron al gobierno romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, pero, hasta ahora, el Ejecutivo de Lula no se ha pronunciado.
"Brasil no tiene tradición de romper relaciones con ningún país. Va en contra de la característica de potencia media que la diplomacia brasileña busca asumir para ser una potencial mediadora de conflictos. Además, aunque la ruptura con Israel estuviera sobre la mesa, tendría un costo político enorme", aseguró Vinícius Vieira, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas, quien citó la enorme influencia económica que tiene "el lobby judío".
El país neutral presionado por Trump
Entre los gobiernos de la izquierda latinoamericana, México es el que ha tomado menos acciones contra Israel.
La Presidenta Claudia Sheinbaum, por ejemplo, condenó esta semana los últimos bombardeos en Gaza, aunque con una retórica menos encendida que Petro, Lula o Boric.
"No estamos de acuerdo (con la violencia). Lo primero, condenamos. Lo segundo, nosotros lo que buscamos es la paz y es la política exterior de nuestro país", dijo el martes. Cuestionada por los periodistas sobre si tiene pensado romper relaciones con Israel, la mandataria evitó responder.
México ha mantenido una postura neutral en el conflicto entre Israel y Palestina, pero la visión de Sheinbaum, quien asumió el cargo el 1 de octubre, ha causado expectativa internacional por su origen judío, aunque no es practicante. Este último factor no es "sustancial", de acuerdo a Mauricio Meschoulam, profesor de la Universidad Iberoamericana, aunque plantea que "Sheinbaum necesita navegar con cuidado" sobre este tema.
Es clave "no contravenir en ningún sentido a la administración (del Presidente estadounidense Donald) Trump considerando su posición respecto al conflicto y considerando que la Casa Blanca ha sido hostil ante algunos de los países que toman medidas concretas contra Israel", sostuvo el especialista en política exterior mexicana y Medio Oriente.
Los expertos consultados por "El Mercurio" destacaron el "factor Trump" como una de las grandes razones para la neutralidad de Sheinbaum. "El hecho de compartir una frontera y tener una alta dependencia del mercado estadounidense inhibe la toma de decisiones diplomáticas más radicales contra Israel, especialmente por la posición de Trump ante el conflicto", manifestó Alberto Lozano-Vázquez, experto en relaciones internacionales de la Universidad del Mar (Oaxaca).
Esta semana algunas decenas de personas han participado en manifestaciones para exigir al gobierno tomar medidas más duras, incluso romper relaciones con Israel, pero, debido a la importancia de Washington para el país, los especialistas estiman poco probable que se vean "medidas diplomáticas más fuertes, que supongan un compromiso más decidido con la cuestión palestina", dijo José del Tronco, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).