Jueves, 19 de Junio de 2025

Hay magia en la aceptación

ColombiaEl Tiempo, Colombia 30 de mayo de 2025


Gonzalo Gallo G


Gonzalo Gallo G.
Gaman es la actitud japonesa de aceptar con calma, y perseverar ante situaciones adversas. Es dejar ir pensamientos y actos negativos que afectan el ser, y llevan a pelear o al desespero. Lo sabio es actuar con aceptación, madurez y responsabilidad. En Japón, esta técnica la aprenden desde pequeños, en casa y el colegio. Viene del budismo y te lleva a eliminar quejas, derrotismo y negatividad. Acepta y maneja sin peleas lo adverso, actúa con calma y serenidad en situaciones difíciles. Ante el terremoto y el tsunami de 2011 en Japón, hubo civismo, aceptación y resiliencia. De modo sorprendente todo estaba reconstruido en poco tiempo. Ganas si asumes lo negativo con calma y das lo mejor para superar traumas o crisis. Aceptar es dejar de luchar para tratar de cambiar a una persona o una situación. Es comprender que resistirte es el resultado de tu actitud no amorosa que solo genera sufrimiento. Es egoísmo pretender cambiar a los demás para sentirte cómodo. Ama y elige adaptarte. La aceptación no es resignación ni pasividad. Aceptas con amor, en paz y de modo activo. Sin tolerar abusos, actúas para que todo fluya del mejor modo sin hacer resistencia. Ámate, ama y decide no sufrir, ya que el sufrimiento es opcional, tú lo eliges y lo creas. Decide asumir. Es no culpar a nadie ni a nada por las situaciones que nos corresponde vivir. Nada de culpas por tus decisiones, ni por los sentimientos o emociones que experimentas. Es bueno actuar. Ante una situación difícil haces lo necesario para que la vida fluya normalmente. Aceptas, no peleas, no hay ninguna reacción agresiva, sentimental o emocional que te haga sufrir. Actúas del mejor modo, independientemente de si la situación tiene o no tiene solución. Lo sensato es aceptar sin peleas, adaptarte a los hechos, y para nada culpar ni culparte. Asumes la realidad en paz y decides aprender lo que necesitas para vivir mejor. Agradece. Valora lo que has aprendido de la situación, porque todo enseña algo. Gracias a algo arduo mejoras en comprensión y actitud para no cometer los mismos errores. Aceptar, asumir, actuar, aprender y agradecer son acciones que te regalan paz y felicidad. Aceptar es asumir en paz lo adverso, aunque tu mente lo etiquete como absurdo o injusto. Aceptación no es resignación, no es cruzarse de brazos ni sentarse en el sofá de los lamentos. Aceptar es comprender que todo lo que se vive es perfecto y llega para el bien. Lo que ves como enigmático tiene un sentido y un para qué. Elige aceptarte, aceptar a los demás tal como son y acoger lo que parece insufrible. Así superas los azares, abrazas lo desconocido y disfrutas experiencias reparadoras. Si cuidas tu espíritu, permaneces firme ante los vaivenes de la realidad. Según los sabios siempre te llega lo que te corresponde.
Escritor y conferencista.
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