Sergio Puglia: su vida en Punta, la vigencia, volver al prime time y las criticas por ser del Partido Nacional

Hace más de 35 años que Sergio Puglia llegó a la televisión, donde se ha convertido en una de las figuras más versátiles de la pantalla uruguaya. La cocina fue el motivo y la llave para su ingreso a los medios (para promocionar su restaurante Panorámico en el mirador del Palacio Municipal), y luego de probarse en la radio llegó a la pantalla chica. Comenzó con una columna en un programa de Sonia Breccia en Canal 5, y desde entonces no paró de reinventarse hasta convertirse en sinónimo de televisión uruguaya.

Esa permanencia se debe a que el cocinero con estudios en Austria y carrera en hotelería entre Argentina y Uruguay, ha sido un pionero en varios ámbitos. Fue el primer hombre en aparecer cocinando en nuestra televisión, también el creador del primer magazine matutino uruguayo, y ha sido el anfitrión de un ciclo de entrevistas que continúa al aire por más de 35 años. También es o ha sido conductor, jurado y panelista, además de empresario, escritor, director y fundador de un instituto de gastronomía, y presidente de la Comisión de Cultura del Partido Nacional.


Nada de lo que hizo en televisión, desde 1988 que comenzó hasta hoy, fue planeado. No hubo un plan de carrera, ni un estudio de mercado, fue todo a intuición, trabajo constante y un deseo: poner en valor la cocina como expresión cultural. "Cuando empecé, no había hombres cocinando en la televisión ni se hablaba de la cocina como un polo turístico", dice Puglia a El País.

Hoy dice estar muy tranquilo en Punta del Este, donde se instaló junto a su esposo, Horacio Correa, a inicios de este año. Por ese motivo se había despedido de la audiencia de radio Sarandí, y de la mesa de Polémica en el bar de Canal 10 a fines de 2024. La vida en el barrio Jardín del Golf, dice, le permitió reconectarse con los pequeños placeres cotidianos: leer al lado de una estufa a leña, escuchar música, compartir un café con amigos. "Recuperé el tiempo de vida", dice. "Estoy feliz".

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Claro que esa paz y tranquilidad se contrasta con un presente que tiene un pie en Montevideo por las grabaciones de Masterchef que regresa este mes, y otro en Maldonado donde grabó la primera temporada Nuevos vecinos, de 12 episodios y que también llegará en junio a Canal 10.

La propuesta mostrará el fenómeno creciente de extranjeros que eligen Uruguay como destino para vivir, invertir y desarrollarse.

"Queríamos contar esas historias de vida. Hay empresarios, artistas, profesionales que llegaron con sus familias y se integraron al país", explica. Entre las personalidades estarán: Martín Virasoro, Martín Lombardero, Verónica Cangemi, Pancho Dotto, Gustavo Grobocopatel, Graciela Alfano y el "Negro" González Oro, entre otros.

Y Puglia adelanta que el programa no se limitará a entrevistas en un estudio: propone encuentros en el hogar de los invitados, así como paseos, caminatas y charlas para conocer a estos "nuevos vecinos" y cómo encontraron en Uruguay, su lugar en el mundo.

¿Cómo es la vida en Punta del Este? ¿Cómo te trata?
Estupenda, maravillosa. Es otro ritmo. Para mí, los últimos años habían sido muy intensos desde todo punto de vista. Siempre tuve muchísimo trabajo, pero además me había involucrado en otras tareas, como la política que implicó que recorriera el país durante casi dos años. Cuando resolvimos la venta de Montevideo para mudarnos a Punta del Este, nunca imaginé que el efecto iba a ser tan positivo. Recuperé parte de mi tiempo para esas cosas que en la vorágine de Montevideo no se pueden hacer. Y eso que soy un tipo, al igual que Horacio, que nos gusta ser anfitriones, estar con gente. Pero una cosa es organizar un encuentro, y otra cosa es que estés en tu casa y venga un amigo, toque timbre y entre a tomar un café. Esa sensación de casa de puertas abiertas, de tener tiempo para el otro. Eso es lo que se recupera en un lugar como el que estamos viviendo. Estoy feliz.

Estás en una casa preciosa, al menos eso muestran las fotos que circularon.
Ay, por favor. No sé por qué la gente le da tanta importancia a eso. Yo vivía en un apartamento casi histórico en el centro de Montevideo, de 700 metros cuadrados y techos de cuatro metros de altura, era un semi-palacio. Y ahora se asombran por la casa de Punta del Este, que además, es más chica. Está el barrio Jardín del Golf, con un buen jardín y un reservorio de árboles que es una maravilla y en esta época del año están en colores naranja, rojo, amarillo mostaza, más los verdes. Una belleza. Pero uno con los años va perdiendo la costumbre de detenerse en esas pequeñas cosas. Ahora me doy el lujo de estar una tarde tirado en un sillón, con los perros arriba, leyendo o escuchando música. Es maravilloso.

La vida que todos querríamos tener. Además este año estás celebrando 35 años del Puglia Invita.
Sí. Empecé con los almuerzos en 1990. Había ingresado a Canal 5 con Sonia Breccia en Los días de la gente, después hice Hoy por hoy, pero fue solo un año, porque al siguiente debuté con El club de la buena vida. Al principio el canal no me daba bolilla, pero finalmente me dieron el visto bueno y arrancó Puglia Invita. Me parece mentira que hayan pasado tantos años.

¿Y cómo se explica que después de 40 años en los medios, la gente siga queriendo verte cocinar y charlar con invitados?
Eso es un privilegio. Hay momentos en que me supera el cariño, las expresiones de la gente. Porque en los medios, uno es lo que la gente te permite ser. Si yo tengo 75 años y debuté en la radio en el 83 cuando compré el restaurante Panorámico y sigo vigente, es por eso.

¿Tu alejamiento de la radio fue por esta nueva vida en Punta del Este?
Sí, y porque sentía que esa etapa ya estaba cumplida. No quiere decir que no vuelva, pero con la mudanza a Punta del Este no podía seguir haciendo un programa diario. Era una falta de respeto hacerlo por teléfono o viajar todos los días. En cambio, en la televisión, el vínculo con la gente sigue intacto.

Lo que pasa es que te convertiste en una marca, seguida por el público y los auspiciantes.
Sí, se generó una marca. Aunque muchos creen que soy frío y calculador, que tengo todos los pasos medidos, no es así. Soy intuición pura. Un día estoy contento y lo muestro. Otro día estoy malhumorado, y también lo muestro. Mi carrera se construyó con intuición, ganas de hacer y trabajar. Llegué a los medios porque necesitaba hacer publicidad del restaurante Panorámico, que tenía un problema gremial, y así entonces empecé en radio. Después me di cuenta de que nunca un hombre había cocinado en televisión, ni se hablaba de cocina como hecho cultural o turístico, y ahí dije: "tengo que demostrar que un cocinero es mucho más que un cocinero". Pero todo fue por impulso. Y hoy, visto en perspectiva, digo: "qué maravilla"!. Estoy contento, feliz.

Aunque digas que estás retirado, seguís más activo que nunca: estás en MasterChef, sigue Puglia Invita y además estrenás un programa nuevo. ¿En qué momento descansás?
¡Ay, qué cosa linda! Nuevos vecinos es una idea fantástica que me planteó la gente de Film Suez junto con Graciela Cafera, que fue quien me llevó de Canal 5 al 10. La producción integral es de ella y ya grabamos toda la primera temporada. Ojalá haya segunda y tercera, veremos cómo responde la gente.

¿Qué se siente tener dos programas que van a estar en el prime time?
Son esas compensaciones que te da la vida, porque yo tenía Polémica en el bar y Masterchef en el prime time. Este año Polémica cambió de formato, ya no estoy, pero voy a tener Masterchef y Nuevos vecinos.

Lo que no se puede negar, es que has hecho de todo.
¡Sí, hice de todo! Entré en 2004 con La mañana, cuando todavía no existía ese espacio en Canal 10. Primero estuve en Con mucho gusto, después Puglia & Cia. De ahí pasé a En su salsa, que hicimos siete temporadas en la media hora previa al informativo. Y entre medio el Puglia Invita, Masterchef, Polémica y ahora Nuevos vecinos. Y la nave va... como en esa película maravillosa.

¿Costó mucho que la gente te reconociera?
No, la primera vez fue al mes y medio de estar en los medios. Estaba en un restaurante, pasó un tren de gente y se me quedaron mirando. Me puse muy nervioso. Después me di cuenta de que era una reacción tonta. Uno tiene que aprender a convivir con eso. Hay gente que te quiere, y gente que no. Gente que te sigue, te defiende o te ataca. Un día, hablando con Susana Giménez, me dijo que cuando estaba deprimida salía a caminar por Avenida Santa Fe porque la gente te da esa energía, esa savia que te impulsa. Y es cierto. Estoy totalmente de acuerdo con ella. La gente te da la fuerza para seguir.

Y a esta altura, ¿cómo llevás ese cariño del público?
Lo agradezco mucho. Desde el primer autógrafo hasta ahora, pasando por las fotos, todo ha sido una evolución. Antes mi público era clase media o media alta, gente mayor. Con Masterchef llegó otro público: los niños. Que un niño te grite "¡Masterchef!" en un shopping porque quiere una foto, es una locura hermosa. Y con Polémica llegó el público político, con gente de todas las ideas. Me pasó en Piriápolis este verano que un tipo me dijo: "Estamos en las antípodas, pero lo tengo que felicitar". Eso es genial.

¿Y los años no pesan?
No, no me pesan. Esa es la realidad. Desde el primer saludo fue como un mismo día repetido una y otra vez. Es increíble.

¿Y qué otros proyectos hay para este año?
Además de Nuevos Vecinos, MasterChef y seguir con el Puglia Invita, voy a hacer dos programas de radio. Uno sobre turismo y otro sobre el buen vivir.

Así que volvés a la radio, al primer amor.
Sí, a la Aspen. Uno recién empezó, y el otro saldrá cuando terminen las grabaciones de Masterchef. En ese programa voy a hablar de vinos, cocina, cultura, historia gastronómica, música, libros, de todo. Porque lo más importante es que me tengo que entretener. Esa es la historia.

¿Te cuesta parar?
¡Exacto! Esa idea romántica de mirar el techo... no es lo mío. Si me siento a mirar tele con los perros, me vuelvo un viejo choto. Tengo 75, en cinco años tengo 80, y la vida tiene que ser útil, y yo tengo que dejar de contar años para seguir contando experiencias.

¿Te criticaron mucho por decir que sos del Partido Nacional?
Uh, sí. Pero la gente tiene que entender que la democracia es pluralista y diversa, y no voy a vivir ocultándome. No tengo ninguna pretensión política, porque no lo hago por un cargo, no lo tengo y no lo busqué. Pero sí, me dieron y me siguen dando. El otro día fui a TV Ciudad, a De ida y vuelta, un programa donde la gente que me invitó es maravillosa, varios habían trabajado conmigo, y me esperaron con las fotos de cuando fueron a En su salsa. Pasamos maravillosamente bien con una amiga del alma como Glenda Rondán, y conocí una muchacha fantástica, Agustina Giovio que trabaja en Tu Cara Me Suena. Todo estuvo maravilloso, pero publicaron una foto y un montón de gente escribió: "¿qué hace ese fascista?", "¿qué hace esa basura?", "¿qué hace este tipo que quería cerrar TV Ciudad?", y no sé qué más. Y yo pensaba, qué increíble. Porque de la misma forma que criticamos a los argentinos por la grieta, al final acá hay un sector de gente que lo que quiere es hacer una grieta. No aprendemos más.