Por héctor villalobos
Alianza para el Progreso parece empeñada en exterminar la meritocracia
Por héctor villalobos
Alianza para el Progreso parece empeñada en exterminar la meritocracia. La idoneidad ha sido cogoteada por la bancada de César Acuña. El carnet partidario ha derrotado por goleada al diploma universitario.
?Una persona es feliz cuando logra la felicidad? es una máxima del líder apepista. Para alcanzar la felicidad ?traducida en un salario bien remunerado en el Congreso?, sus afiliados no necesitan títulos o experiencia profesional. Basta con una afiliación a APP.
César Acuña tiene plata como cancha. Sus militantes, en cambio, no necesitan tener cancha profesional o académica. Este sábado, el periodista Martin Hidalgo publicó en El Comercio un nuevo informe que confirma que APP maneja los puestos laborales en el Legislativo a su antojo y que bajo el cargo de ?técnico? se puede colocar a cualquier persona sin más requisitos que una inscripción partidaria.
La Oficina de Comunicaciones del Congreso tiene en su planilla a siete jóvenes pertenecientes a APP. De ellos, solo una cuenta con título universitario. Esto se suma al caso de las hermanas Estefany y Diana Dávila, denunciado también por este Diario, quienes fueron colocadas en puestos laborales en el Parlamento sin contar con la experiencia necesaria. O al de Yessenia Lozano, la autodenominada hija política de Acuña, que fue propuesta por el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, como jefa del Centro de Modalidades Formativas.
No tendría nada de malo que los partidos políticos prioricen para algunos cargos públicos a sus afiliados o a personas cercanas a la agrupación. Eso, siempre y cuando se trate de cuadros técnicos que cumplan el perfil para el puesto en el que son contratados. Pero eso no es lo que está pasando en el Legislativo con APP y otras bancadas. La trayectoria es cosa del pasado. La única exigencia para ser feliz y alcanzar la felicidad es una foto al lado de César Acuña, sonrientes y con el pulgar bien arriba.