Temas viejos, temas nuevos
Cuando uno es columnista semanal durante tanto tiempo, es inevitable que los temas se reiteren en algún momento
Cuando uno es columnista semanal durante tanto tiempo, es inevitable que los temas se reiteren en algún momento. La novedad no es siempre posible en un ejercicio de frecuencia continua. Sin embargo, dado que las crónicas responden también a coyunturas y estados anímicos distintos, se da entonces que, incluso en un escrito con la misma temática que alguno anterior, el contenido varía significativamente. Eso quiere decir que aludir a lo mismo no supone hacerlo de la misma manera, pues nunca el articulista es una persona incólume, no es alguien al que nada le sucede ni le afecta. Por consiguiente, prima en toda escritura una repetición dinámica, o sea, en la que en lo que se recae parece novedoso y en la que la primicia tiene algo de pasado y, por ende, de algo ya pensado y mencionado por el mismo autor.
Al mismo tiempo, es inviable para uno como cronista recordar exactamente qué escribió y cómo escribió en un determinado momento sobre un asunto al que antes también se refirió. Si "nadie se baña dos veces en el mismo río", tal como decía Heráclito, de igual modo cabe parafrasearlo y señalar que "nadie escribe dos veces la misma gacetilla". En síntesis, en todo oficio, sobre todo en los más creativos, la inédita reinvención va a la par de la sólida reposición.