Vigencia del liberalismo
El liberalismo político nos dio la mejor forma de gobierno que la humanidad ha conocido hasta el presente.
En 2019 Vladimir Putin expresó que el liberalismo "estaba obsoleto" y pocas personas le creyeron. En 2025, con un mundo convulsionado por guerras, dictadores, jaqueado por el proteccionismo y con la democracia liberal en crisis en muchos países, la afirmación de Putin ha ganado adeptos. La bravuconada de Putin, de todas formas, merece una respuesta razonada, más allá de la mera negación instintiva.
El liberalismo como filosofía es bastante reciente. Sus antecedentes pueden remontarse a la Revolución Gloriosa y a John Locke, pero su desarrollo teórico debe encontrarse recién en el siglo XVIII. Tanto en su vertiente anglosajona como en la francesa, sus primeros autores destacados son de ese siglo en el que brillaron en la primera David Hume, Adam Smith y Edmund Burke, mientras que en la segunda se destacaron Jean Jacques Rousseau, Voltaire y el Marqués de Condorcet, entre otros.
De la tradición anglosajona vienen las ideas que asociamos al liberalismo clásico. De impronta empirista, la idea del orden espontáneo descubierta por Smith es quizá la más destacada. La tradición francesa, más racionalista y voluntarista, tenía un mayor énfasis democrático, aunque con los excesos propios de su falta de límites y respeto por las minorías.
La democracia liberal se nutre de ambas vertientes, en distintas proporciones dependiente del tiempo y el lugar, pero en cualquier caso el gobierno de la mayoría con un Estado de Derecho sólido ha sido el sello de distinción de la civilización Occidental, progresivamente adoptado por el resto del mundo. Luego de la caída del muro de Berlín se dio una gran expansión que llegó a su máxima expresión a comienzos del presente siglo. En las últimas dos décadas hemos visto, un retroceso significativo y preocupante tanto a nivel de la propia democracia como de sus formas y contenidos, en que se referencia el liberalismo.
El liberalismo político nos dio la mejor forma de gobierno que la humanidad ha conocido hasta el presente y el liberalismo económico el gran enriquecimiento económico que ha permitido que miles de millones de personas salieran de la pobreza en el mundo en el último medio siglo. Sin embargo, la frase de Putin resonó en muchos oídos y más de uno ha asentido a su afirmación más recientemente.
El mundo viene cambiando a un ritmo nunca antes visto en muchos sentidos y cabe preguntarse si las formas de gobierno que conocimos seguirán teniendo vigencia. Las personas cada vez demandan más resultados y la democracia liberal puede asegurar muchos aspectos sobre los marcos normativos que permiten alcanzar esos resultados, pero no está en su propia naturaleza asegurarlos. De allí los estallidos sociales o la elección de gobiernos populistas de izquierda y de derecha que luego atentan contra la propia democracia desde adentro del sistema.
El liberalismo surgió observando la realidad y la naturaleza humana antes de brindar su visión normativa, en este sentido es que puede adaptarse a distintos contextos, a diferencia de las ideologías rígidas que se yerguen por encima de la realidad. Los valores liberales no tienen sustituto, así como su propuesta de organización social basada en la libertad, pero su supervivencia depende la capacidad de convicción de sus defensores en un escenario particularmente desafiante.