Nicolás "Firu" Fernández habla de cómo fue la adaptación de los musicales "Shrek" y "Matilda" que llegan al Auditorio Nelly Goitiño y al Adela Reta del Sodre.
Llega cargado, con una bolsa enorme, un bolso, la matera y una mochila. Parece que todo se le va a caer, pero se las arregla para llegar al ensayo. "Son gajes del oficio", dice entre risas Nicolás "Firu" Fernández. El motivo del cargamento es que está ultimando los detalles de los dos musicales que trae desde Broadway a Montevideo estas vacaciones.
Son Shrek, el musical que se estrenó ayer y tendrá funciones hasta el 13 de julio en el Auditorio Nelly Goitiño y Matilda, el musical que estará del 3 al 6 de julio en la sala principal del Auditorio Adela Reta. Ambos tienen entradas a la venta por Tickantel.
"Son muchas horas de ensayo y hay muchas exigencias de todos lados, porque son dos musicales de dos horas cada uno", dice Fernández, quien además de dirigir la compañía Box Theater, ha sido actor, libretista y director en teatro y Carnaval.
"Con Shrek tenemos un esquema de trabajo ya establecido por ser una compañía, pero en el caso de Matilda fue un desafío. Tenemos el respaldo del Sodre y está la Orquesta Juvenil, que es hermosa, pero es más complicado coordinar los ensayos", agrega.
Matilda, que fue el puntapié para la creación de la compañía Box Theater, se ha presentado en distintas temporadas en Uruguay, siempre con Fernández como director artístico. Ahora, además, asume el rol del padre de la protagonista, mientras que Humberto de Vargas será la directora Tronchatoro y Paula Silva, la maestra Miel.
Una vez creada la compañía, empezaron a buscar el camino a seguir. Fue entonces cuando surgió la pregunta: "¿Por qué no nos centramos en el mundo del musical?". Debutaron versionando Pateando lunas. Al año siguiente fueron al teatro Metro y montaron El Principito, y el año pasado fue el turno de Madagascar.
El desembarco en Montevideo del ogro verde que vive en el Reino de Muy Muy Lejano comenzó a fines del año pasado, porque, dice Fernández, en la compañía son muy ansiosos. De hecho, ya tienen la programación armada hasta fines de 2026. En octubre, adelanta, harán el musical Tango Feroz.
También a fines del año pasado, uno de sus socios le dijo que ya tenía el musical para las vacaciones de 2025: Matilda. "Volver a hacer Matilda es un montón de cosas juntas. Porque era revivir todo un proceso que estuvo buenísimo y un musical hermoso, pero ya teníamos a todo nuestro elenco trabajando en Shrek. Así que pasamos raya para hacer otra cosa, porque no queríamos que pensaran que era igual a la versión anterior. Ahí empezamos a buscar quién podía hacer qué personaje, nos reunimos con la gente del Sodre y coordinamos las agendas para llegar a tiempo. Entonces unos días ensayábamos Matilda, y otros Shrek. La dicha es que Shrek se estrenó antes", dice entre risas.
Poner en escena un musical como Shrek no es tarea sencilla: se trata de un equipo de 50 personas. Hay 25 actores en escena, y el resto del equipo se completa con vestuaristas, iluminadores, sonidistas, microfonistas, coreógrafos y técnicos.
Matilda no se queda atrás: son 26 actores en escena y más de 45 músicos de la Orquesta Juvenil, además del equipo técnico que aporta el Sodre.
Fernández es parte de esa troupe que en 2019 rompió el hielo al hacer en Uruguay Matilda, que funcionó como puerta de entrada para la realización de musicales actuales e importantes. Hasta entonces, títulos como Chicago, Victor/Victoria o Forever Tango, que se habían presentado antes, eran clásicos de Broadway. Matilda rompió el molde al ser un espectáculo nuevo y en pleno auge.
"Hoy la gente está teniendo más llegada con el código del musical. Antes se pensaba que era como una revista de Carnaval, con una canción, un cuadro de baile y una parte humorística. Ahora se entiende que la comedia musical es un código dentro de lo teatral, y que la estructura del musical se engloba en un mismo idioma", comenta Fernández. "En Shrek, por ejemplo, intentamos que uno no vea simplemente una coreografía sobre una canción cantada, sino que sea la narrativa la que te lleve hacia eso".
Fernández empieza a nombrar los personajes que tiene Shrek en escena y no puede creer cómo se logró llegar a tiempo. Porque no solo son más de 20 actores en escena: hay más de 20 personajes, cada uno con su vestuario y su momento de destaque. "No puedo hacer que Shrek sea azul, porque es verde, es calentón y malhumorado; Burro es intenso y no para; y Fiona tiene carácter, pero al mismo tiempo es una princesa. Son tantos los personajes... Cuando terminamos de organizar los percheros, había más de 500 prendas. ¡Es muchísimo! Aunque el espectador, de repente, no se da cuenta", dice.
Si bien el libreto se mantiene intacto, la productora Musical Theatre International -responsable de los derechos- permite nacionalizar el texto. Por eso, cuando Lord Farquaad pide la lista de los preparativos para su boda, aparecen Los Fatales para animar la fiesta. "Son esos gags chiquitos, esos bocados que se nos permite hacer al momento de traer la obra, y que a nosotros nos suma", dice.
Los cambios en Matilda
Fernández comenta que la versión estrenada en 2019 manejó un código de humor que, en esta nueva puesta, se triplica. "Porque con Paula (Silva) jugamos a otra cosa con el personaje. La llevamos a una maestra mucho más torpe, sin necesidad de variar nada. El texto es exactamente el mismo, lo que cambia es la actitud, y así cambia el humor en la escena. Aparece un humor que no está originalmente en el libreto", dice.
¿Cómo llegan a Humberto de Vargas para Tronchatoro? Muchos preguntan por qué un hombre hace el personaje, pero eso lo exige la productora cuando comprás la licencia: tiene que ser un hombre por el registro vocal. Empezamos a tirar de nombres y un día, en casa, le digo a mi pareja: "¿Cómo ves a Humberto de Vargas?". No sabía si iba a agarrar viaje. Lo conocía porque hice el diseño de luces cuando actuó en Sangre en los tacones, donde también interpretó a una mujer. Le escribí a fines de diciembre y al rato me responde: "Sí, contá conmigo". Una semana antes de que empezaran los ensayos me escribe: "¿Cuándo arrancamos? Porque estoy muy ansioso". Y trabajar con Humberto es hermoso: es un súper compañero, está a disposición para todo lo que le pida y siempre aporta cosas nuevas. Además, logró encontrarle un punto increíble al personaje.