Los empresarios de ACDE piden "instituciones inclusivas" y consensos para avanzar con las reformas impositiva y laboral
Silvia Bulla y Víctor Valle, de ACDE
Con el título "Forjadores de un nuevo mundo
Silvia Bulla y Víctor Valle, de ACDE
Con el título "Forjadores de un nuevo mundo. La persona, principio y fin del desarrollo", la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) celebrará el martes 1° y miércoles 2 de julio su 28° encuentro anual, en el que pondrá sobre la mesa temáticas candentes como la importancia de las instituciones en el desarrollo económico, el proceso de cambio que atraviesa la Argentina y el rol del ser humano frente a la revolución de la inteligencia artificial. La agenda del encuentro incluirá la participación en la apertura del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, y luego recorrerá en las distintas mesas disparadores como las tendencias globales y el desafío del ser humano en tiempos de cambio, la Argentina del futuro en un escenario mundial incierto y la institución como camino hacia un desarrollo sostenible. Entre los expositores, estarán presentes la diputada española del Partido Popular Cayetana Álvarez de Toledo, el investigador de la Universidad Austral Mariano Asla y los analistas Sergio Berensztein y Marcelo Elizondo, además de ejecutivos de empresas. Habrá, también, un espacio para analizar casos exitosos de interacción público-privada, como el de la ciudad de Tandil, y de aporte al crecimiento, como los de las cámaras fintech y de economía del conocimiento.
"Lo que queremos lograr con este encuentro, primero, es un espacio de reflexión, irnos enriquecidos. Después, generar comunidad, porque todos los que se acercan están buscando una forma diferente de hacer negocios. Que cada uno se vaya al menos con un compromiso de cambiar su metro cuadrado ", afirma Víctor Valle, presidente del 28° encuentro y CEO de la filial local de Google, aunque todos los miembros de ACDE participan de manera individual en la entidad fundada por el empresario Enrique Shaw en 1952. "Hay que involucrarse en lo que pasa si uno quiere cambiar la realidad", acota Silvia Bulla, presidente de la institución y con una trayectoria ejecutiva de 35 años en Dupont, Danisco e IFF (International Flavors & Fragances), donde llegó también a CEO. Víctor Valle y Silvia Bulla
-El planteo sobre la importancia de las instituciones es una bandera histórica de ACDE. ¿Cuál será el mensaje que buscarán transmitir esta vez?
-(Víctor Valle): Si queremos ser un país maduro, tenemos que tener instituciones maduras. Cuando estábamos preparando el encuentro surgió un concepto que está bueno, el de instituciones inclusivas e instituciones extractivas. Puede haber instituciones extractivas, que sacan recursos sin traer un valor de vuelta. El objetivo es generar instituciones inclusivas, que abran espacios de diálogo.
-(Silvia Bulla): En el tema institucional hemos levantado la voz varias veces, porque es fundamental. El país no puede tomar la oportunidad que tiene hoy sin una base institucional. Cuando las empresas tienen que decidir en qué país invierten, el menú es amplio. Para preservar la inversión y hacer planes a largo plazo necesitan solidez institucional. De hecho, hemos levantado la mano cuando creímos que había una amenaza clara a las instituciones.
-¿En qué casos?
-Hoy seguimos pensando que Ficha Limpia hubiera sido una gran oportunidad para el país. También mostramos preocupación por el tema de la Corte Suprema, con [el intento de nombramiento como miembro del tribunal del juez Ariel] Lijo. Primero lo hicimos por nuestra parte y después adherimos a un comunicado con otras cámaras empresarias con las que compartimos valores, como Amcham y el Colegio de Abogados. El tema institucional nos preocupa porque el ambiente empresarial tiene la posibilidad de avanzar con las inversiones que necesitamos para que haya mucho más empleo.
-¿Creen que el empresariado debería elevar aún más la voz para que haya estabilidad en las reglas de juego?
-(SB): Creo que hay que mantener el reclamo. Es un tema continuo en las organizaciones. De hecho, el Foro de Convergencia Empresarial, cuando se creó [en 2013], ya lo tenía muy claro.
-¿Y en cuanto a la necesidad de consensos para que se concreten las reformas? ¿Qué puede aportar ahí el empresariado?
-(SB): Creo que algunas cosas se han concretado en el último tiempo, pero seguimos con un listado de cosas que queremos. El Gobierno encaró una serie de reformas, algunas alineadas con nuestro pensamiento, como bajar la inflación, pero no todas pudieron llevarse a la práctica aún. El tema impositivo es clave: lo que diferencia la competitividad de un país a otro son los impuestos. Sigue siendo necesario que el Gobierno impulse esas reformas para que podamos ser un país más competitivo y que el talento que tenemos -que es mucho- pueda mostrarse.
(VV): Las instituciones cumplen un rol importante en generar una visión de largo plazo. Creo que no somos conscientes de lo que pueden lograr 10 años de trabajo constante y con un propósito. Puede cambiar un país, y no lo hemos tenido. Salir de la impaciencia del corto plazo. Eso es lo que permite la estabilidad. Hay que generar esa visión a 10 años. Tenemos vecinos que lo han hecho, ¿por qué nosotros no? Cuando miramos a Uruguay, a Chile, tienen instituciones que han permanecido décadas y que les permiten a los empresarios apostar sin esperar un retorno a los dos años, sino a más plazo. Eso demanda diálogo y consenso social de todos los sectores. Las empresas son una parte, pero no el único que tiene que llegar a consensuar eso.
-¿Vamos en ese camino, creen?
-(SB): Creo que es una aspiración más que una lectura de la realidad todavía. Es una aspiración que eso ocurra. Creemos que la Argentina no puede convivir con estas situaciones de división que nos impiden ponernos de acuerdo sobre las grandes cuestiones, como la educación, la baja de la pobreza y el empleo.
(VV): Para poder superar la división el trabajo empieza por uno mismo. Es uno mismo el que tiene que generar el diálogo, cada actor social. Tenemos por delante una posibilidad concreta de prosperidad como en muchas décadas no hemos tenido. Las herramientas, las palancas para el desarrollo están en nuestras manos. Al menos desde que yo nací, no hubo estas condiciones.
-Se refiere a las exportaciones de Vaca Muerta y la minería…
-Sí, son sectores que pueden ayudarnos a superar este stop and go [frenar y arrancar]. Con eso no va a alcanzar, hay que generar un país para los próximos 50 o 100 años. Pero como punto de partida es muchísimo. Después hay que hacer las cosas. Ahí el rol de las instituciones es clave.
-Volviendo a las urgencias, ¿el tema impositivo figura al tope?
-(SB): No, lo institucional también, y esperemos que no se convierta en urgencia. La reforma impositiva es muy importante, como prestarle atención a los emprendedores, liberar la fuerza productiva del país. El empleo es también una preocupación porque hablamos de salir de la pobreza, pero podría pasar el camino inverso. Cómo generar oportunidades y apoyar a los sectores que pueden crear trabajo. Está el caso de los servicios ligados a la tecnología, la economía del conocimiento genera muchísimos empleos en todo el país y hay que sostenerlos. También pensar en otros sectores que son generadores de trabajo, porque Vaca Muerta y la minería están localizadas y no son una solución para todo el país.
-¿La reforma laboral es imprescindible en ese sentido?
-(SB): Hay varias reformas que están dando vueltas -la reforma laboral, la previsional- que requieren análisis y consensos, escuchar a distintos sectores. No es solo una fórmula matemática porque hay mucha gente en el medio, muchos proyectos de vida.
-Hay advertencias sobre la velocidad del cambio que está viviendo la economía argentina, en la que la destrucción de puestos de trabajo puede ser más rápida que la creación si no se equilibra la falta de competitividad con baja de impuestos y reformas…
-(VV): Hay que consensuar las reformas y las miradas. Que todos veamos que estamos en una transición, pero existe un norte, un lugar de llegada. No será eterno. Pensar que será fácil es muy simplista. Madurar como país a una economía abierta, competitiva, tiene su cuota de esfuerzo muy importante. Lo bueno es que tenemos industrias que nos permitirán llegar a ese desarrollo.
-Desde su rol en multinacionales, ¿cuál es la mirada en el exterior sobre la Argentina hoy?
-(SB): Hay dos miradas. La primera es muy positiva, por cómo están las variables y de dónde venimos. Pero también hay una segunda mirada de preocupación por la competitividad del país. Si miran para atrás, cuando era imposible planificar, hoy ven una situación mejor. También atrae interés la figura del presidente Milei en las empresas. Cuando hacen un doble click, quieren saber cómo se posiciona la Argentina para ser competitiva y que producir en el país valga la pena.
(VV): Hay una mirada más positiva y tenemos que hacer un trabajo para posicionar a la Argentina en el mundo. Cambiar la mirada va a llevar tiempo. Se logra mostrando resultados concretos paso a paso y siendo consistentes en el camino, sin volantazos. Eso va a generar tarde o temprano más prosperidad.
-El Papa advirtió recientemente que "la identidad humana corre riesgos" y "la persona no es un sistema de algoritmos". ¿Qué desafíos plantea el avance de la inteligencia artificial?
-(VV): El empresario tiene un deber en la búsqueda de la eficiencia y como país tenemos que ser competitivos e incorporar tecnología. En cada decisión que tome, el empresario debe pensar si lo que hace dignifica o no a las personas. Debe haber un momento de reflexión. Queremos fomentar eso. La tecnología puede ayudar a elevar al ser humano, pero para eso debe estar formado y preparado, para que la tecnología sea una garrocha y no una muleta.