La JNJ apuntó una escopeta de dos cañones contra Delia Espinoza. Quiso conciliarla con Patricia Benavides mientras buscaba apoyo de la PNP. El Poder Judicial paró la pelea.
Por FERNANDO VIVASPeriodista
El primer round lo había ganado la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Delia Espinoza se desbarató al atrincherarse en su despacho. El segundo round empezó el pasado lunes 23 con cierta ventaja para Delia. Por tres razones: se sumó Tomás Aladino Gálvez a la Junta de Fiscales Supremos (JFS), un anticaviar respaldando a Espinoza. El ingreso de Luciano López a la defensa legal de Espinoza ayudó a ordenar el caos. López me contó que su apoyo es ad honórem. En realidad, la mejor ayuda para Delia vino de la propia JNJ, que con su belicosidad, presumiblemente, apuró la medida cautelar del Poder Judicial. Las claves para entender el porqué se sobregiró la JNJ se las empecé a contar la semana pasada (ver la crónica ?¡Esas juntas!?). Vamos a eso.
?El factor María Teresa?
La voz cantante en la JNJ la lleva su vicepresidenta María Teresa Cabrera. En el 2008, María Teresa demostró que era una mujer de armas tomar cuando era jueza y envió a Magaly Medina a prisión efectiva por delito de difamación a Paolo Guerrero. Quedamos advertidos de que, cuando entra en trompo, Cabrera da más de lo que se espera de ella. María Teresa tiene bajo su mando a la Dirección de Procedimientos Disciplinarios (DPD) de la JNJ, que es donde se armó el expediente de Benavides. Mi fuente me contó que Cabrera impone a través de Ríos la agenda y el apuro al pleno. El lunes sucedió algo que lo confirma. Se filtró temprano un documento firmado por Magnolia Martínez Hidalgo, que incluía este texto referido a Delia Espinoza: ?Se requiere para que en el día cumpla con lo dispuesto [?] bajo apercibimiento de solicitar la fuerza pública en caso de incumplimiento?. Doña Magnolia es la directora de la DPD, de modo que podemos presumir que fue autorizada ?si no alentada? por Cabrera a lanzar algo tan temerario.
En la noche del martes, aparecieron los seis miembros de la JNJ que votaron por reponer a Patricia. Gino Ríos leyó un texto de 11 puntos en el que sustentó la vigencia de la resolución que manda reponer a Benavides. En su punto 9, como quien no quiere la cosa, pero sin el énfasis del documento que llevaba su presunta firma, dice que la JNJ ?ha iniciado el procedimiento de ejecución forzosa, de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 205 del TUO de la Ley del Procedimiento Administrativo General?. Le pedí a López un comentario sobre ese artículo y opinó que, si bien la JNJ puede recurrir a esa ley general a falta de normas propias sobre ejecución forzosa, no se había cumplido el requisito de haber iniciado un proceso de ejecución antes de pedir el apoyo de la PNP. Mi fuente de la JNJ me asegura que hay varias irregularidades en el acta de esa sesión en la que un par de miembros no habrían sabido lo que votaron y habría apurado la salida de la ex secretaria general de la JNJ Giovanna Díaz.
¿Por qué Benavides peleó su retorno de FN si era predictible que los actuales supremos harían lo imposible por impedirlo y tenían las de ganar en el PJ? Sucede que Patricia se convirtió en heroína anticaviar cuando decidió, ampliando fronteras para el Ministerio Público, investigar a Pedro Castillo, ayudando a la caída del supuesto presidente de los caviares. Las presuntas trapacerías de Patricia reveladas por el Eficcop y las revelaciones de su asesor Jaime Villanueva ?que la acusó desde complotar para deshacerse de la fiscal Bersabeth Revilla que investigaba a su hermana Emma, hasta hacer contratos amañados con proveedores del MP? poco hicieron por destruir la fe ciega que el anticaviarismo mantiene en Patricia.
En el ataque al MP hay algo más específico y dramático que el anticaviarismo genérico. Se puede resumir en tres palabras: vengar a Alan. La respetable filiación aprista de los abogados Jorge del Castillo y Humberto Abanto refuerzan esa percepción. También, que Gino Ríos tenga por defensor a Wilber Medina, uno de los abogados del difunto García. Ríos, además, ha sido una muy estimada autoridad en la Universidad de San Martín de Porres, donde el afán de desagraviar al político García, exdirector de su Instituto de Gobierno, está muy presente. Cabrera, por cierto, es docente en la UNMSP. Lástima que Benavides, imputada de serísimos cargos de corrupción que han provocado el desenlace judicial de esta semana, sea usada de herramienta en ese fin que aquí no juzgo. Si lo destaco es porque mis fuentes, los hechos y las conexiones entre sus actores, lo vuelven un factor indispensable para comprender el lío. A Espinoza no se le conoce filiación política, pero el anticaviarismo asume que ella es una continuidad de la gestión que persiguió a Keiko y empujó a García a la muerte.
El tercer round, si se da, ya agarrará a Patricia con plazo vencido para ser FN (aunque su defensa pide que se descuenten los meses que estuvo suspendida), y dependerá de que algún tribunal acoja uno de los varios pedidos de su defensa. Pero hay otra vía de retaliación a Espinoza y está en la propia JNJ. Mi fuente me contó que la intención de abrirle proceso por el desacato está presente y, además, hace ya tiempo, antes del lío, que el pleno acordó abrirle proceso tras la denuncia que hizo Juan José Santiváñez por pedir levantarle el secreto de sus comunicaciones (en realidad lo hizo un fiscal adjunto, aunque bajo el mando de Espinoza). La defensa de Patricia y sus aliados de la JNJ van al contraataque.