Capitalismo autodestructivo
Miguel Gómez Martínez
Adam Smith, el primer economista moderno afirmaba que el interés propio, la división del trabajo y la competencia son los pilares del progreso económico
Miguel Gómez Martínez
Adam Smith, el primer economista moderno afirmaba que el interés propio, la división del trabajo y la competencia son los pilares del progreso económico. Pero, así como el capitalismo produce riqueza, también puede generar los mecanismos de su autodestrucción. Un debate muy pertinente se adelanta en los EE. UU. alrededor de los fondos de capital privado (private equity funds). Estos instrumentos se fondean con recursos de inversionistas privados muy poderosos que esperan recibir una rentabilidad superior a la del mercado. Los fondos buscan empresas que están en dificultades y requieran capital que ellos proveen en condiciones muy reglamentadas. Si el negocio se recupera, el fondo aplicará la cláusula de salida ya sea vendiendo a un tercero o forzando la compra de su participación con recursos que la misma empresa debe conseguir. El objetivo es poder maximizar el valor de venta de sus acciones. Hasta aquí, se trata de un negocio de riesgo que los muy ricos están en capacidad de asumir. Lo que hoy se debate es si no se están utilizando técnicas poco éticas para valorizar sus participaciones. Las empresas en las que invierten los fondos de capital privado no se encuentran listadas en los mercados públicos de valores y por lo tanto no están obligadas a reportar con los niveles de transparencia propios de las empresas abiertas. Como el objetivo de estos fondos no es de mediano y largo plazo, el esfuerzo se concentra en maximizar las utilidades en poco tiempo para luego poder vender la empresa con múltiplos muy elevados de valor. Para ello se pueden comprar competidores que permitan ampliar la participación en el mercado mostrando índices de crecimiento atractivos. Pero también se utiliza el método de recorte agresivo de gastos, privilegiando la reducción de nóminas y programas de bienestar. Cientos de miles de trabajadores han perdido sus empleos para "mejorar" la presentación de los estados financieros. Pero el debate más intenso tiene que ver con los casos en los cuales se han descubierto manipulaciones contables- algunas de ellas abiertamente ilegales- cuyo único objeto es maquillar situaciones empresariales que distan de ser atractivas. Revalorización de activos, estimación del precio del good-will o de las marcas disfrazan la realidad contable de los negocios. Si otra compañía es la que compra, debe hacer un serio ejercicio de debida diligencia. Pero en muchos casos, las cláusulas de salida de los fondos obligan a la propia empresa a endeudarse para comprar la participación del fondo al precio sobrevalorado que el mismo fondo ha definido. El resultado es que la empresa queda desangrada, sin margen de maniobra financiero y al poco tiempo se declara en quiebra. El capitalismo genera, pero también puede destruir riqueza. *** Coletilla: Quedarnos sin grado de inversión es otra de las nefastas herencias de la política económica de Petro. Mucho daño se ha hecho.
Consultor empresarial migomahu@gmail.com @miguel.gomez.m