Lunes, 07 de Julio de 2025

CRÓNICA

PerúEl Comercio, Perú 6 de julio de 2025

Dina no quiso prescindir del censurado exministro del Interior Juan José Santiváñez. Desde un rincón en el despacho presidencial, vigila y, fiel a su carácter, invade canchas ajenas.

Por FERNANDO VIVASPeriodista



?No invade nada, el problema es que es figuretti?, me dice una fuente de alto nivel de gobierno, sobre la batahola que se ha armado a raíz del reportaje de ?Cuarto poder? que revisó el registro de visitas de Santiváñez y encontró que aparecen ministros y personalidades. ?Es tan figuretti ?dice la fuente? que, cuando aparece un ministro que va a ver a la presidenta o a Arana, se las ingenia para que pase por su oficina y sea registrado como su visita?, me replica mi interlocutor ante mi escepticismo. Le repregunto si el primer ministro, Eduardo Arana, piensa poner coto a tal figuretismo de Juanjo. Mi fuente me contesta que a Arana ?no le afecta personalmente, pero sabe que sí afecta al gobierno y hará lo necesario si Santiváñez no cambia?. Luego de esta conversación, vino la noticia de la denuncia a periodistas de Latina por reglaje. Se inflamó, durante la semana, la incomodidad del factor Santiváñez para la cabeza del Gabinete. No es una sombra, es una tremenda piedra en el zapato para Arana, aunque para Dina sea una metralleta sin control pero funcional. No importa cómo y cuándo dispare, lo importante es que dispare.





Sabemos que Arana no es ?intenso? como Juanjo, que es discreto en sus afectos y desafectos, y de esa forma ha sobrevivido en el Gabinete desde setiembre del 2023 hasta el reciente ?upgrade? a primer ministro. Por lo que me cuentan, esta semana está aplicando la misma frialdad mientras escala la leyenda y percepción de que Santiváñez lo encima y es un prospecto de Montesinos. Luego de los destapes dominicales, fue, según mi fuente, el propio Juanjo quien se adelantó a conversar con él y le dijo que tendrá cuidado en adelante. Santiváñez sabe que se excede y ha prometido no hacerlo, pero dejaría de ser él si no se excede. Y Dina dejaría de ser ella si no se lo permite.





?El panóptico?





Juanjo Santiváñez es un muerto empoderado. El Congreso, en un consenso pocas veces visto ante el Ejecutivo, lo censuró el 21 de marzo pasado. Dina no lo empujó a renunciar porque se aferró a la ilusión de que una ola de recapacitación congresal salvaría al más funcional de sus ministros. Murió formalmente en el hemiciclo, pero ella salvó de la muerte sus lazos con él y lo encumbró en el sector informal del gobierno. Ahora son más cercanos que nunca, porque Juanjo está en Palacio en la Oficina General de Monitoreo Gubernamental (OGMG); una suerte de panóptico desde el que puede vigilar todo lo que hacen los demás y una ?aduana de atajo? por la que pueden pasar quienes buscan llegar más rápido a la presidenta o al propio Eduardo Arana.





Juanjo ha hecho de la OGMG su bastión y se ha sentado ?como mostró el reportaje de ?Cuarto poder?? con ministros (MTC, Produce y Trabajo aparecen en el registro) y, en varias ocasiones, con el jefe de la DINI, Alejandro Oviedo. La intensidad de Juanjo lo lleva a invadir predios que no le corresponden, pero ¿por qué la presidenta ha delegado en él parte de la inteligencia contra el crimen y contra sus enemigos? Dudo de que la respuesta se limite a una confianza en su lealtad y habilidades. Mi hipótesis es que a la presidenta le abruma y le fastidia el tema de la inseguridad, prefiere lo más frívolo y ficho, lo volcado a los viajes, inauguraciones de obras y eventos, así que le da alas a quien conoce las claves del sector. Tener a Santiváñez en el mismísimo Palacio facilita esta delegación informal. ¿Y el actual primer ministro, Eduardo Arana, cómo lleva la cruz?





Es difícil para un ministro que ya estaba en el Gabinete marcar su diferencia como primer ministro. Ya conoce los límites y debilidades de la presidenta. Ya conoce a Santiváñez. La más visible concesión que le arrancó a Dina es que ella tolere que los ministros no están para defenderla. Habrán notado, en las últimas semanas, que cuando se les pregunta por las cuitas presidenciales, los ministros dicen que eso lo responderá el abogado de Dina. Veamos cuánto dura esto, porque la presidenta, según me contó un ex miembro del gabinete, los instaba a defenderse entre ellos y a ella con uñas y dientes. ?Si tocan a uno, tocan a todos?, les decía. Arana, en cambio, predica la posición zen.





La distracción de un programa presidencial, según mis fuentes, es una noticia conocida a destiempo. La idea se retomó intermitentemente, pero la presidenta nunca le puso afán y, menos, a un programa propio con horario y monologal. Si TV Perú despierta el interés de personajes como Santiváñez y su visitante frecuente Luis Francisco Vivanco, candidato a encabezar el canal público, hay que tomar con mucho cuidado la situación expectante del ente. Pronto se mudará a un edificio en la avenida Arenales, en el que estará provisionalmente mientras se construye la nueva sede, con un presupuesto aproximado S/300 millones. La jefa provisional encargada Rossella Lieblinger tendrá que vigilar que ese proceso sea limpio. Al Gabinete Arana le conviene mantener a Juanjo lejos del 7, de los asuntos de inteligencia y del registro de visitas; en realidad, lejos del gobierno.

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