"Advertí que con decisiones diferentes, se elevarían los rendimientos individuales"

"E l 11 de febrero de 1996 llegué a Chile por primera vez. Vivía cerca de San Carlos. Está todo distinto. El cerro era solo cerro, ahora hay construcciones preciosas (...) Los traslados eran complicadísimos: iba al aeropuerto y tardaba una hora 45. Ahora en 30' ya estás, la ciudad creció un montón", comenta Daniel Garnero, el flamante DT de U. Católica.
Garnero rememora la temporada 1996, cuando fue el fichaje bombástico del mercado chileno. Pero reventó mal: "Arranqué con algunos problemas físicos. El profe (Luis) Bonini estaba con Miguel Angel López en Independiente y me quería hacer unos test de fuerza terminando el torneo. Sentí una molestia, pero como me fui de vacaciones, pasó. Arrancamos la pretemporada en montaña, muchos kilómetros, muy poco de pelota. Ya no tenías fuerza ni para bajar del bus. Luego me vengo a Universidad Católica, y acá estaban a otro ritmo, haciendo velocidad. Recién llegado no podía decir 'no' . Capaz que no lo manejé bien. Me metí a entrenar y era cada vez peor. Fue una pubalgia que no supe ni pude controlar (...) hice de todo para mejorar, me infiltré, pero no le encontré la vuelta. No tuve ritmo de competencia, no podía sostener los entrenamientos. No me podía parar. Me fui, me operé y no tuve más problemas. El paso por la UC fue una de las peores cosas que me pasó en la vida".
"Terminé el fútbol y no me veía de técnico, no quería saber nada. El que me metió fue Jorge Burruchaga. Él asciende con Arsenal y lo obligan a tener un equipo reserva. Éramos amigos, nuestras señoras también, y en alguna reunión me dice 'tomemos champagne' , y como me gusta, me quedé. Y asumí la Reserva. Me fue gustando. Le dije: 'Me gusta y no me gusta ser ayudante... Me gusta tomar decisiones, no sirvo para acompañar, porque vos querrás hacer una cosa que no comparto y no me voy a sentir cómodo' ".
Luego, retoma: "Decía que terminé de jugar y era cero la chance de seguir en el fútbol. En mi última etapa en Independiente me peleaba con todos: con los hinchas porque tenía que dar la cara, con el técnico que no me ponía y con los dirigentes porque no pagaban. Con la propuesta de 'Burru' me picó el bichito. (...) pero este camino es bravo, tropezás mucho, te golpeás fuerte y alguna caricia recibís. Hace 20 años era muy traumático. Es una profesión ingrata. Hoy disfruto lo que hago y estoy donde quiero. Despendo de los resultados, obvio. Y si estoy en la UC es porque lo elegí. Sabía que estábamos a varios puntos del puntero, con muchos equipos arriba y no teníamos para grandes refuerzos, pero me gustó el desafío".
-Mal no le ha ido: en Paraguay es, junto al legendario Luis Cubillas, el DT más campeón de la historia, con ocho títulos...
"Sí, pero quiero precisar que cuando me voy de Libertad a la selección paraguaya, en septiembre de 2023, nos faltaban dos partidos, íbamos punteros y le llevábamos siete de diferencia al segundo. Y claro, Libertad fue campeón".
-¿Corresponde que se lo reconozcan y así ser el más campeón de todos?
"A los jugadores se lo anotan, al técnico no. Y nos dejaron fuera de las medallas...".
-¿Por qué le fue mal en la selección de Paraguay?
"Le tenía miedo a los tiempos. Y lamentablemente un poco de eso hubo. Hace poco que estamos acá en la UC, pero el entrenamiento de hoy es distinto al de cuando llegamos... Buscamos cercanía con el futbolista, estamos encima, queremos conocerlo rápido y en la selección eso no se permite. Llegaban chicos después de 30 días sin verlos, hablábamos, queríamos entrenar, pero no le podíamos dar intensidad. porque venían de viajar 15 horas y jugábamos el jueves. A lo único que le tenía miedo era a eso... No pudimos convencer al futbolista de la manera que pretendíamos. Y no obtuvimos resultados, porque ahora que ganamos el clásico a Colo Colo todo lo que diga se toma de otra manera. Eso no pasó en Paraguay y en poco tiempo la dirigencia prefirió cambiar".
Después de la Albirroja regresó a Libertad, en agosto de 2024. "Mi cuerpo técnico quería volver y dije 'no, no es el momento' . Porque lo de la selección fue fuerte, hice el duelo. Más encima murió mi viejo. Prefería esperar, pero mis colaboradores meinsistieron: 'vamos' . Fuimos, las cosas no salieron y ahí sí dije 'paramos y vamos a parar, pero no hasta diciembre, sino hasta que me sienta bien' . En marzo empecé a conversar, a mitad de año hubo más movimiento de mercado y surgió la UC".
-¿Qué vio en la Católica?
"Miramos varios partidos. Advertí que con una idea clara y con decisiones diferentes, podíamos mejorar algunas cosas y, sobre todo, los rendimientos individuales. Creía que se podía revertir. Jamás se me cruzó por la cabeza decir llego a ser campeón, pero sí enderezar al equipo, corregirlo y pelear por un torneo internacional. La Copa Libertadores está lejos, pero se puede (...) Si resulta vamos a ganar crédito para proyectar el año que viene de mejor manera".
-Dirigió ante La Calera al quinto día de llegar a la UC...
"Conocíamos a muchos, pero a otros no. Algunos corrían con desventaja. Me gusta tener un conocimiento global y después elegir. El primer partido fue incómodo para armar la lista. Ante Colo Colo ya estaba más seguro, más convencido, aunque mirar el banco y no tener reemplazantes en posiciones muy puntuales es algo que estoy charlando con la dirigencia".
-Ante Colo Colo jugó un 4-4-2 que pasaba a 4-2-4 con Bello y Montes en ofensiva. ¿Dónde encaja el '10' ahí?
"Me gustan los jugadores ofensivos. Tuve a Néstor Camacho, Roque Santa Cruz y William Mendieta, delanteros y mediapuntas. Estábamos acostumbrados a ver seis zurdos por equipo y hoy cuesta encontrar. Eso para el perfil, para la pelota parada. Tener las dos variantes es importantísimo. Me vendría bárbaro un zurdo de características ofensivas, porque es muy difícil que un '10' zurdo no le pegue bien a la pelota. En la defensa pasa lo mismo, me gustaría tener un central izquierdo. Hoy no lo podemos pedir, pero para el año que viene".
Garnero hace una pausa y deja la pelota de lado por un momento. "Claro que hay vida, cómo que no. Es mi trabajo, le dedico todo lo que se necesita, pero la vida pasa por otro lado. Es como cuando dicen 'partido de vida o muerte' . Y no, estamos hablando estupideces. Hay partidos importantes, decisivos, que te dejan marcado, lo entiendo y es verdad. Si sale bien te sentís un fenómeno y si no, te sentís un boludo. Pasa. El estado de ánimo cuando ganás o perdés es diferente. Pero trato de equilibrar. Siempre trato de estar igual, aunque a veces cueste. Si gano digo 'vamos a comer algo' , si pierdo prefiero quedarme en la casa".
-¿Qué hace aparte del fútbol?
"De todo un poco. Me gusta estar fuera de casa. En Buenos Aires me creo jardinero, aunque no entiendo nada, pero me gusta ver las plantas, cortar. Si hay frío o lluvia, entro y leo, aunque cada vez veo menos... Me gustan los deportes, tenis, basquetbol, Fórmula 1".
-¿Es obsesivo?
"No, pero sí. No quiero que me pase ni se me escape nada (...) Me gusta estar encima y me parece que hay un poco de obsesión en eso. Sí soy cercano al futbolista".
'' El paso en la UC como jugador fue una de las peores cosas que me ocurrió en la vida".
'' No me veía de técnico, el que me metió fue Jorge Burruchaga. Éramos amigos, nuestras señoras también. Y en una reunión me dice, "tomemos champagne", y como me gusta, me quedé con él en Arsenal".
'' En mi última etapa de futbolista en Independiente me peleaba con todos: con los hinchas porque tenía que dar la cara, con el técnico que no me ponía y con los dirigentes porque no pagaban".